Una cosa es la precaución y otra muy distinta tener miedo. Una cosa es la prevención y otra bien diferente ser cobarde. La Selección Colombia, la actual subcampeona de la Copa América y la segunda de la eliminatoria, ha demostrado su coraje, su valentía y su resilencia remontando marcadores en ese largo invicto que solo perdió en la final de la Copa América.
Con ímpetu le ganó por primera vez a Brasil cuando empezó perdiendo, con hambre de triunfo derrotó a Argentina en el último partido en Barranquilla –¡cómo no se le ganaba desde 1994!–, con coraje venció a Uruguay en la batalla semifinal de la Copa América. ¡Y también, con valentía, por primera vez triunfó sobre Alemania!
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Esta Colombia, ya está dicho, no le teme a nada ni a nadie.
Ahora Colombia, además de sus ganas de triunfo, está además toreada, picada, provocada, porque, como lo contó el técnico Néstor Lorenzo con un evidente disgusto nunca antes visto, le cambiaron las condiciones acordadas para su concentración en Cochabamba, porque espiaron sus entrenamientos, porque el técnico rival desestimó rayando en la ironía su plan de preparación para este juego, porque han querido asfixiar la mente de toda la Selección con los 4.150 metros de altitud sobre el nivel del mar de El Alto.
A la valentía tantas veces vista y ya contada de Colombia, no le caería mal, por ejemplo, una dosis extra de precaución, de prevención sensata, porque aunque en la altura nadie se ha muerto jugando al fútbol, pues es una realidad que a menor presión atmosférica, mayor velocidad de la pelota y menos oxigeno: a mi gusto, no vendría mal jugar con un volante de marca más, con un cinturón de seguridad de 3 broches en el medio campo.
No creo que Lorenzo cambie su equipo titular con Ríos, Lerma y Arias, pero yo metería otro volante de marca más.
Jefferson Lerma
EPA
Los antecedentes de Colombia en Bolivia
Me apoyo en el fabuloso archivo de mi ‘parner’ José Orlando Ascencio, el subeditor de estas páginas: con línea de tres en el medio (Guillermo Celis, Daniel Torres y Sebastián Pérez), la Colombia de José Pékerman ganó en La Paz 2-3.
Guillermo Celis (izq.) debutó con la Selección Colombia en La Paz, en 2016.
Efe. Archivo EL TIEMPO
Con línea de tres en el medio (Abel Aguilar, Carlos Sánchez y Fredy Guarín), la Colombia de Leonel Álvarez ganó en La Paz 1-2. Con línea de tres en el medio (‘Ringo’ Amaya, Carlos Sánchez y Yulián Anchico), la Colombia de Jorge Luis Pinto empató 0-0 en La Paz. Con línea de tres en el medio (Juan Guillermo Cuadrado, Wílmar Barrios y Mateus Uribe), la Colombia de Reinaldo Rueda empató 1-1 en La Paz.
Y no voy a hablar de la Colombia del ‘Chiqui’ García que con cinco defensas (tres centrales) y Arley Dínas y Freddy Rincón de ‘doble cinco’, empató 1-1 en La Paz.
Se puede pensar que con Ríos, Lerma y Arias está la línea de tres en el medio. Vale. Pero, ¿por qué no un volante más de marca-marca? Eso no es cobardía ni miedo. Esta Colombia de Néstor Lorenzo ya ha demostrado que no le teme a nada ni a nadie. Es El Alto, sí. Pero es Bolivia también. No es más. Una precaución, una prevención no es temor. Es prudencia para volver a sacar el resultado en las alturas...
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GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
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