El lunes, cuando termine el fin de semana festivo, la Organización de las Naciones Unidas izará la bandera de la ONU en Centro De Eventos Valle Del Pacifico, lo que implicará que la organización diplomática tiene jurisdicción sobre esta zona donde se desrrollará la agenda de la zona azul de la COP16.
En entrevista con EL TIEMPO, Mireia Villar Forner, coordinadora Residente Naciones Unidas en Colombia y coordinadora Humanitaria, reslata la relavancia de la cumbre para el país, los retos que ha implicado su organización articulada entre el país y la ONU y hace un llamado al mundo a ponerse de acuerdo para enfrentar la crisis climática.
(Lea también: ‘La COP16 es una gran oportunidad para destacar la belleza natural de Colombia ante la comunidad internacional y el mundo’: Embajador de Reino Unido en Colombia)
El próximo 14 de octubre se iza la bandera de la Naciones Unidas en la Zona Azul designada para la COP16, ¿qué significa eso?
Bueno, ese acto va a estar lleno de simbolismo, porque lo que en efecto representa es que traemos a Colombia, a Cali, al Valle del Cauca, una conversación global que se da dentro de la Organización de las Naciones Unidas, que es una organización de Estados, de Estados miembros. Con la izada de la bandera lo que haremos es activar una Zona Azul, que, auspiciada por Colombia, pero coorganizada con Naciones Unidas, va a culminar meses de trabajo en preparación a la primera reunión de la Convención de Diversidad Biológica después de la aprobación del marco de Kunming-Montreal.
Esta es la primera vez, después de haber acordado esa visión global para el mundo, en la que queremos vivir en armonía con la naturaleza para el año 2050. Ahora toca, remangarnos las mangas, concretar los objetivos, darle ambición, asegurar los recursos financieros y los mecanismos de monitoreo. Dicho de otra manera, Colombia va a ser a partir del 14 y en particular a partir del 21, cuando dé inicio el programa de la Conferencia de las Partes, el epicentro del mundo y un actor protagonista de la construcción de soluciones a un elemento fundamental de lo que es la triple crisis planetaria, que es la pérdida de biodiversidad junto con la contaminación y el cambio climático.
Mireia Villar Forner, coordinadora Residente Naciones Unidas en Colombia y coordinadora Humanitaria.
ONU
¿Cómo ha sido el trabajo de organizar las discusiones diplomáticas de la Conferencia?
Bueno, las conferencias tienen lugar cada dos años, pero eso no significa que uno solo se encuentre cada 24 meses, sino que es un trabajo continuado en los años anteriores y posteriores de la conferencia. Lo que ocurre es que las convocatorias de las conferencias vienen a nivel ministerial y en el caso de Colombia también algunos jefes de Estado.
Pero en el periodo antes y después hay un trabajo técnico en una serie de órganos subsidiarios que la Convención tiene, que permiten por un lado implementar y avanzar en los acuerdos de las COPs anteriores, pero también armar las agendas y las propuestas de trabajo de las subsiguientes conferencias. Y eso es lo que ha pasado. Esencialmente, los Estados Miembros continúan activos en esta construcción.
Esto ya viene de décadas atrás. Esta es la COP16. Y lo que quisiera destacar más allá de esta misión o de esta lectura que podría parecer un poco burocrática de lo que son los procesos, es que en estos periodos entre COPs se genera una enorme cantidad de consultas, porque los temas que trae la agenda de biodiversidad no es una agenda estrictamente para los gobiernos, sino que necesita un cambio en nuestra sociedad y un cambio en nuestra economía.
Y sobre todo poder consultar a las personas más afectadas por los impactos de la pérdida de biodiversidad. Así es que en estos periodos se ha trabajado con comunidades indígenas, con mujeres, con juventud, con el sector financiero, con la empresa privada y con el mundo científico, todos ellos con roles importantes en esta construcción.
(Lea también: En solo 50 años, el tamaño promedio de las poblaciones de vida silvestre ha caído un catastrófico 73%, señala el Informe Planeta Vivo de WWF)
¿Cómo está apoyando el equipo local de la ONU en Colombia en la organización del encuentro?
Como coordinadora residente quiero destacar que realmente nos hemos movilizado como equipo de país de Naciones Unidas. Somos 26 entidades del sistema presentes aquí en Colombia y creo que hemos hecho una construcción, no sé si tiene antecedentes, pero me gustaría pensar que es bastante única.
Por un lado, ha habido una serie de apoyos, como por ejemplo el que han hecho la organización de los voluntarios de las ONU junto con la Organización Internacional de las Migraciones, que se han puesto la mochila al hombro para apoyar la movilización de más de mil voluntarios. Estos son voluntarios que van a operar y a contribuir tanto en la Zona Verde como en la Zona Azul. Y lo que estamos haciendo allí es colaborar muy cercanamente con la organización de la COP, el gobierno en Cali, para el reclutamiento, la identificación, la capacitación y la gestión de este gran número de voluntarios que van a estar apoyando y habilitando la recepción de visitantes, la orientación a los mismos y muchos elementos de logística que tiene que darse en un encuentro de estas dimensiones.
Tenemos agencias como la OPS, la Organización Panamericana de la Salud, que también trabaja con los gobiernos locales, las secretarías de salud, para asegurar que se haya hecho el necesario análisis del riesgo, pero también los planes de contingencia para prevenir y saber atender si se viera cualquier incidente de salud pública. Esto es postpandemia, vamos a tener a más de 12.000 personas en delegaciones que vienen de todo el mundo y estar preparados para que no se den problemas de salud pública se vuelve importante. Una tercer área donde hemos apoyado, sobre todo desde el Departamento de Seguridad de Naciones Unidas, es en temas de seguridad.
Vale aclarar, y aprovecho, que obviamente la seguridad de todo el evento y de todo lo que representa la COP está en manos del gobierno anfitrión, del gobierno de Colombia y de las fuerzas públicas. En particular dentro de la Zona Azul sí se genera un anillo cuya responsabilidad cae en el Departamento de Seguridad de Naciones Unidas con el apoyo de la policía y otros elementos de la fuerza pública, pero fuera de la Zona Azul seguirá habiendo una enorme presencia de personal de Naciones Unidas y de delegaciones de todo el mundo y ahí sí hay un trabajo de asesoría, de intercambio de información y de coordinación para los eventuales incidentes que pudieran generarse.
En lo sustantivo la movilización es mucho más amplia. Tenemos delegaciones de muchísimas entidades de Naciones Unidas y los equipos locales están trabajando con sus colegas que vienen de distintas partes del mundo, no únicamente la Secretaría de la misma Convención de Biodiversidad, pero entidades como el Programa Mundial del Medio Ambiente, la FAO, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, Unesco, ONU Mujeres, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo o Unicef, por mencionar algunos, están todos activados tanto en participar en el programa oficial de la COP, como en los eventos laterales y en los foros que se han dado antecediendo y durante la COP.
Finalmente, lo que me da más orgullo presentar es que por primera vez Naciones Unidas Colombia se ha unificado y va a tener un pabellón en la Zona Azul. Para nosotros este pabellón es de importante simbolismo porque, en un espacio que tendrá visitantes de todo el mundo, vamos a poder mostrar lo que hace Colombia y lo que hace Colombia con Naciones Unidas.
Mireia Villar Forner, coordinadora Residente Naciones Unidas en Colombia y coordinadora Humanitaria.
ONU
¿De qué se hablará en ese pabellón?
Sabemos que habrá otros pabellones, como el pabellón mismo del Gobierno de Colombia y de otras instituciones del mundo científico-académico en el país, pero en nuestro pabellón hemos armado y activado una programación para los 12 días de la COP, con conferencias, conversatorios, entrevistas, presentaciones que vamos a transmitir en vivo a través de nuestro canal de YouTube. Esto ha involucrado a 20 de las 26 entidades que estamos en el país.
Nos van a hablar de conservación, de economía de la biodiversidad, de justicia ambiental, vamos a tener participación de pueblos indígenas, de mujeres, de niñas y niños de Colombia y alrededor de esta agenda tenemos una exposición permanente donde mostraremos algunos de los productos del trabajo que tenemos y sobre todo con algunas actividades de realidad virtual poder ser también un canal que muestre el trabajo que hacemos en el territorio de Colombia.
Así que el pabellón está muy bien ubicado para mostrarle al mundo ese trabajo tan local y con las comunidades afro-indígenas campesinas de este país.
(Lea también: ‘Cali no puede ser solo la ciudad donde ocurrió la COP16’: Alejandro Eder, alcalde de Cali)
¿Qué le queda a Colombia durante y tras el desarrollo de la Conferencia de Biodiversidad?
Le quedan muchas cosas y para aquellos que estén tentados en medir el legado de una conferencia de este tipo en términos de beneficios hoteleros o en otros sectores de la actividad quisiera realmente reubicarlos en otro lugar. Esta COP posiciona a Colombia, le ofrece la posibilidad de liderar por los próximos dos años una conversación global en la que va a poder imprimir ambición y soluciones concretas.
Esta COP permite acercar el mundo entero a una agenda de diversidad desde un territorio que está afectado, desde un país que vive desde una lógica existencial el resolver el tema de la biodiversidad. Entonces creo que hay una legitimidad moral que permite a Colombia liderar las conversaciones que vienen. Por otro lado, la movilización que ha hecho el mismo gobierno, que ha hecho el gobierno de Cali y que estamos haciendo muchos de los socios creo que va a impregnar a la sociedad de una conciencia que tal vez no estaba tan presente.
Yo creo que además de poder dejar unas metas nacionales que como el resto de países Colombia va a llevar a la COP, cuáles son sus objetivos, lo que va a tener es una ciudadanía que reinterpreta la necesidad de trabajar en los temas de pérdida de biodiversidad y ojalá esa sociedad incluya a muchos empresarios, a muchos banqueros, a muchos actores de la economía real porque los cambios que necesita una agenda como la COP a largo plazo no sólo tienen que ver con lo que se hará desde el sector público desde la regulación y la inversión, pero sobre todo cómo reinterpretamos la necesidad que tenemos de convivir dentro de los límites planetarios y ese es el corazón de la agenda de paz con la naturaleza que el gobierno está planteando.
Colombia está impulsando que exista una sinergia entre la COP del Clima y la COP de Biodiversidad. ¿Qué piensan de esta propuesta?
Bueno está muy alineada de hecho con lo que el secretario general de la ONU está pidiendo y parte de la razón por la que él viene a la COP de Biodiversidad, lo cual no siempre es tan habitual. Y es poder ejercer esa conexión al más alto nivel de Naciones Unidas entre las tres COP que se van a dar este año.
Por un lado, empezamos en octubre con la COP en Cali la de biodiversidad, vamos a tener en noviembre la COP de cambio climático en Azerbaiyán y en diciembre la COP contra la desertificación que va a ser en Arabia Saudita. Entonces en un trimestre vamos a hacer el recorrido de los grandes temas y de las convenciones de Río. ¿Y por qué es importante juntar lo que la burocracia ha separado? En el fondo las soluciones a los temas climáticos, de biodiversidad y de desertificación son muy parecidos.
Lamentablemente hemos generado una lógica viciosa entre estos temas cuando en verdad la solución a muchos de los temas climáticos y a muchos de los temas de desertificación tienen que ver con la capacidad que tengamos de proteger la biodiversidad y viceversa. La biodiversidad es en nuestro caso, en el caso de Colombia, sobre todo sus bosques, su Amazonia, pero no sólo la Amazonia, son la mejor herramienta que tenemos para poder adaptar y tener una agenda de adaptación al cambio climático.
Entonces, entender cómo estos tres fenómenos -por mucho que los hayamos tratado a nivel internacional como procesos separados- son el mismo proceso a nivel de naturaleza; y cómo destruir la biodiversidad o sobrepasarnos con los límites de temperatura del cambio climático tiene que ver con desestabilizar unos equilibrios que la naturaleza siempre ha tenido o había tenido y que ahora la acción del hombre está poniendo en riesgo. Entender esta integralidad y tener un abordaje conjunto de estas tres dimensiones creo que va a ser la agenda en adelante más importante y el hecho que Colombia esté posicionándola es algo que nos consta se habló en la asamblea general el pasado septiembre y es de absoluta pertinencia.
Por último, quiero sobre todo destacar lo que ya he dicho pero me parece relevante que este es un trabajo de todos luchar contra la pérdida de biodiversidad y por ende frenar estos desequilibrios que hemos creado en nuestro hábitat. El planeta no solo pasa por un accionar de lo público, el público puede dar los incentivos correctos, puede normar, puede dar el tono en la ambición, en la rapidez con que queremos abordar estos temas, pero es un accionar que pasa desde la ciudadanía y desde la economía.
Pensar y repensar cuáles son esos sectores que en sus modelos actuales están contribuyendo a la destrucción de biodiversidad es una tarea importantísima y el llamado es no solo a hablar y a tener estas conversaciones en el ámbito de lo público, sino en el ámbito del mercado también. Así que una invitación a que las voces de las poblaciones que hoy han sido los mayores protectores de la biodiversidad, pero cuyos medios de vida están en riesgo, sean escuchados por los gobiernos, por la banca, por las industrias y por la sociedad en general.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros
Edwin Caicedo