A diario cientos de bogotanos son víctimas de una red de estafadores que cada vez es más poderosa en la capital. Se trata de los pinchallantas, grupos de delincuentes que, luego de poner objetos afilados en algunas calles de Bogotá, esperan a que un vehículo pase por encima y se pinchen sus llantas para ofrecerle ayuda y cobrarle montos que llegan hasta el medio millón de pesos.
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Aunque todos los días aparecen nuevas víctimas en diferentes zonas de la ciudad, estos casos se intensifican en los puentes festivos, la semana de receso escolar y las temporadas de vacaciones en reconocidas vías como la avenida Boyacá, la autopista Sur y la calle 80.
Así delinquen
En su principal modalidad, los delincuentes ubican objetos metálicos con filo como puntillas, tornillos y varillas en la vía, para que se incruste en la llanta en el momento en que el vehículo pasa por encima. Generalmente las ponen en rejillas de alcantarillado, cerca de policías acostados o camuflados en los huecos de las carreteras.
Objetos usados por delincuentes para pinchar neumáticos en Bogotá
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También, se han conocido denuncias que incluso son incrustados en frutas, cauchos o plásticos que resultan desapercibidos por los conductores.
De acuerdo con información de la Secretaría de Seguridad, obtenida por EL TIEMPO, esta modalidad inicia cuando el establecimiento se contacta con un externo que será quien esté en las calles. Generalmente, se mueven a pie, en motos o en bicicletas y van poniendo las trampas en las vías.
Los dispositivos que se usan de denominan pitos. Por lo general, son cilindros de metal, casi siempre de acero, cortados en ángulos de 45° para que su punta tenga filo. Cuando el vehículo pasa por encima, rompe el neumático. Lo que hace que la llanta se desinfle tan rápido es su estructura hueca al interior, que permite el flujo de aire desde la llanta hacia afuera.
Omar Vanegas fue víctima de esta modalidad delictiva el pasado domingo 22 de septiembre en el sector de Yomasa, en la localidad de Usme. Cabe recordar que la avenida Boyacá es la principal vía usada por los conductores que viajan desde y hacia los llanos orientales.
Regresando de un viaje ese fin de semana desde Puerto López, departamento del Meta, Vanegas y su familia pasaban a las 4 de la tarde por la intersección de la avenida Boyacá con avenida Caracas. Al momento de pasar por una rejilla de alcantarillado que se extiende por el ancho de la calle, los testigos del tablero de su camioneta Ford Explorer advirtieron que las llantas se habían desinflado.
Le pusieron cerca de 9 parches a la llanta y por eso me cobraron 500 mil pesos
Aunque esta situación lo alertó, Vanegas pensó que alcanzaría a avanzar un par de kilómetros más para llegar a un establecimiento conocido en el camino. Sin embargo, su camioneta solo alcanzó a orillarse un par de metros más adelante. Cuando revisó, ambas llantas del lado derecho estaban completamente pinchadas, casi andando en los rines.
“No pasaron más de 2 minutos y llegaron los ‘buenos samaritanos’ con el compresor listo para inflarnos los neumáticos y que alcanzáramos a llegar un montallantas que nos recomendaron”, cuenta el conductor.
Aunque muchas personas ya conocen esta modalidad, en medio de la emergencia, y algunas veces de la soledad del lugar en el que se pincharon, acceden a los servicios de estos sujetos que se movilizan a pie, en bicicletas o incluso motos.
Casualmente, en la mayoría de estos casos el montallantas está a escasos metros del lugar donde se pincharon. Al llegar al establecimiento, que desde un principio le generó desconfianza a Vanegas, le desmontaron las llantas y le hicieron el servicio mecánico que consideró una estafa.
Este establecimiento fue sellado por ser sorprendidos dañando las llantas de los ciudadanos.
Edwin Sua
Según investigaciones de la Secretaría de Seguridad, luego de que la llanta es desmontada, en muchas ocasiones le producen más daños del que ya traía. Esto lo hacen para aumentar el valor del arreglo mecánico.
A Vanegas le cobraron por más parches de los que inicialmente pensó que sus llantas necesitaban. “Le pusieron cerca de 9 parches y por eso me cobraron 500 mil pesos”, cuenta.
Desde Secretaría de Seguridad confirmaron que estos delincuentes identifican sobre todo carros de mediana y alta gama, cuyos conductores estén solos y sean especialmente mujeres o adultos mayores.
Por los parches pequeños, a esta víctima le cobraron cada uno a 35 mil pesos. Esto es tres veces más caro que el valor promedio de 10 mil pesos que se puede conseguir en distintos talleres de la ciudad. Y los parches grandes, que se encuentran a 20 mil pesos en promedio, fueron cobrados por unidad a 55 mil pesos, más del doble del valor comercial.
La factura total fue por 495 mil pesos, un valor mucho mayor al que le pagaría a su mecánico de confianza. Por eso, considera que este tipo de estafas son una amenaza para los conductores que viajan y para los que transitan por este y otros corredores de la capital como la calle 80.
Justamente en esa importante vía del occidente de Bogotá, Lorena Bastidas sufrió un hecho similar. La avenida calle 80 es uno de los principales corredores de la ciudad, usado por los bogotanos que entran y salen hacia Tolima o Medellín.
Desmontaron la llanta y yo sospecho que de alguna forma le abrieron más huecos. Los tres me decían, haciéndose los locos: “mire, vea lo que se enterró, qué peligro, menos mal solo fue una"
Para los conductores, el tramo entre la avenida 68 y el puente de Guadua es de los más críticos en la ciudad. A diario se conocen casos con la misma modalidad que sufrió Omar Vanegas en Usme, u otros como el que le ocurrió a Bastidas.
La mujer regresaba de un viaje en Honda, Tolima, el puente del lunes 19 de agosto hacia las 6 de la tarde.
Mientras pasaba por la calle 80, en el primer semáforo después del puente de la avenida Ciudad de Cali, vio como un sujeto en bicicleta también se detuvo, pero le llamó la atención que lo hiciera muy cerca de su carro.
El individuo se agachó, pero no demoró en ponerse nuevamente en posición para pedalear. El semáforo se puso en verde y tanto Bastidas como el sujeto avanzaron por la vía. Un par de metros después sintió que la llanta delantera del lado derecho se pinchó. Alcanzó a avanzar un par de metros y orilló su vehículo.
Ahí sospechó que fue el ciclista quien puso una trampa en el piso para que ella se pinchara.
Fue justo a los 3 minutos cuando llegó un individuo en moto a ofrecerle el servicio de despinchado en un establecimiento cercano.
Bastidas, que iba sola, aceptó el servicio y siguió al sujeto hasta un local a un par de cuadras del accidente. Allí, tres hombres le mostraban que un objeto de metal, filoso, de aproximadamente 4 centímetros había perforado su llanta. Pero le mostraron que no solo tenía un agujero, sino más de seis, por donde supuestamente se había salido todo el aire.
Así son los dispositivos usados para pinchar llantas en Bogotá
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“Desmontaron la llanta y yo sospecho que de alguna forma le abrieron más huecos. Los tres me decían, haciéndose los locos: “mire, vea lo que se enterró, qué peligro, menos mal solo fue una””, reclama la mujer. La solución, como siempre lo hacen, fue instalar parches al neumático. Por seis parches le cobraron 350 mil pesos.
Aunque les demostró su inconformidad con el valor, confiesa que se sintió intimidada y en la necesidad de pagar porque todavía le quedaba un largo trayecto para llegar a su casa en la localidad de Usaquén.
“Esa situación la pone muy indispuesta a uno. Llegaba de un viaje, agotada y todavía me faltaba camino para llegar. Por pagar la gana me robaron 350 mil pesos. Ese punto de la 80 hasta la NQS es un atracadero terrible, lleno de esos pinchallantas”, alega Bastidas.
Pero esta modalidad delictiva no solo se usa para estafar a los conductores, sino también se ha usado para cometer robos. Los delincuentes ubican las trampas en el suelo y esperan escondidos en puentes, separadores o matorrales a la víctima. Cuando el vehículo se pincha, los ladrones aprovechan y les roban los teléfonos o el dinero, mientras las dejan en la intemperie sin sus pertenencias y sin poder moverse.
Principales zonas en las que hacen presencia
Según las principales denuncias en redes sociales de los conductores de la ciudad, los puntos críticos son la avenida calle 80 entre NQS y puente de Guadua; avenida Boyacá entre calles 68 y 53; avenida Boyacá con avenida Caracas en Usme; autopista sur a la altura de la Terminal de Transportes y entrada a Soacha; calle 13 en la Zona Franca; avenida carrera 30 entre calles 45 y 80.
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Estos puntos se caracterizan principalmente por el alto flujo de conductores y a su vez la cantidad de locales montallantas sobre las vías. Frente a esto, la Secretaría de Seguridad ha adelantado una serie de operativos contra establecimientos que participan en la comisión de esta modalidad de estafa.
Operativos de las autoridades
En esa dirección, la Secretaría de Seguridad le confirmó a EL TIEMPO que se han adelantando operativos en tres frentes. El primero de ellos ha sido una articulación con otras entidades como la Secretaría de Movilidad o la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) buscando el ordenamiento del espacio público. En ese frente se busca la limpieza de las vías para remover las trampas.
En segundo lugar, en compañía de equipos expertos en mecánica, se han realizado inspecciones a los montallantas, verificando las condiciones venta de autopartes y funcionamiento del comercio.
Operativos de la policía en montallantas de Engativá
Secretaría de Seguridad de Bogotá / Cuenta de 'X'
"Cuando recibimos muchas denuncias de un local en específico, hacemos una presencia constante. Incluso, algunos han optado por cerrar un par de días mientras nuestra presión baja. Luego, vuelven a abrir y les hacemos la inspección y se llevan los comparendos y posteriormente el sellamiento total del lugar", le informó la entidad al medio.
Este año se han priorizado intervenciones en la localidad de Engativá y Fontibón, puntalmente en la avenida Boyacá cerca de la calle 53. Allí ya cerraron un montallantas en abril pasado que presuntamente estaría relacionado con casos de pinchallantas en la ciudad.
“Estuvimos haciendo el control de documentos en los establecimientos y verificando la legalidad de los mismos para establecer a los individuos que cometen estas actividades de manera ilícita”, comentó a City TV el mayor Luis Pinto, subcomandante de la estación de policía de Engativá durante el operativo en abril.
¡En calle y establecimientos avanzamos con los operativos contra los pinchallantas!
En el corredor de la Av. Boyacá, @PoliciaBogota ha cerrado un montallantas y continuamos con la inspección y vigilancia en otros locales. pic.twitter.com/GJY7PZFADw
— Secretaría de Seguridad BOG (@SeguridadBOG) April 29, 2024
Finalmente, han propuesto estrategias de acompañamiento para que las víctimas denuncien los casos cuando se presenten los pinchados en las vías y los cobros desmedidos en los establecimientos. Con lo anterior pretenden aumentar el número de denuncias formales por estafa o daño en bien ajeno.
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NICOLÁS DÍAZ MALPICA
Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO
Angel Nicolas Diaz Malpica-escuela de periodismo multimedia el tiempo