La recién posesionada presidenta de México, Claudia Sheinbaum, da muestras de parecerse a su mentor y ya expresidente de esa nación Andrés Manuel López Obrador (Amlo). Aunque la mandataria está planteando iniciativas (como la de seguridad) que se apartan de lo que hizo su antecesor, por contar, por ejemplo, con Estados Unidos, le quedan ideas como la de no seguir la guerra contra el narcotráfico en el marco de la estrategia de “abrazos, no balazos” y hábitos como el de comparecer todas las mañanas en ruedas de prensa, y hasta el de hablar como él, con muy marcadas pausas. Pero hay otra razón por la que la mandataria se parece a Amlo: los comentarios que empieza a hacer sobre otros países.
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Amlo siempre se proclamó defensor de la autonomía y autodeterminación de los pueblos, pero comentó y criticó sin problemas lo que sucedía en otras naciones, y se molestó cuando alguien se refería a su gobierno. Eso le provocó tensiones diplomáticas por las que los acusaron de meterse en asuntos internos de otras partes. Una de ellas ocurrió cuando puso en tela de juicio la elección del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y sugirió que el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio ayudó a eso. Después se presentaría la crisis por la grave irrupción de fuerzas del Estado en la embajada de México en Quito.
El exmandatario mexicano también se dedicó a criticar al presidente de Argentina, Javier Milei, y tachó como un “autogol” que ese país optara por el ‘peluca’ como gobernante. Milei diría meses después que el hecho de que Amlo lo criticara era un “halago”, pues el expresidente mexicano es “un ignorante”. Con respecto a Perú, López Obrador, lo mismo que el presidente Gustavo Petro, criticó la detención del mandatario Pedro Castillo, que intentó disolver el Congreso, que lo acusaba por corrupción. Amlo dijo que Castillo fue víctima de la persecución de la oligarquía y sostuvo que la presidente Dina Boluarte “usurpó” el cargo, por lo que fue declarado persona non grata en el país andino.
Otra nación que fue objeto de los dardos de Amlo fue Bolivia, cuya presidenta Jeanine Áñez —que llegó al poder después de la renuncia de Evo Morales, a quien México le otorgó asilo político— no fue reconocida en principio por López Obrador. También El Salvador estuvo en la mira de Amlo, pues dio declaraciones contra la gestión de seguridad del presidente Nayib Bukele y aseguró que no respeta las libertades ni los derechos humanos. De ese rosario no se quedó por fuera Colombia: Amlo intervino en el proceso electoral que concluiría con la elección de Petro como presidente, al asegurar durante la campaña que el líder de izquierda enfrentaba una guerra sucia en las elecciones.
Presidenta de México critica investigación del CNE a Gustavo Petro
Ahora, la presidenta mexicana Sheinbaum, en línea con su mentor, descalifica la decisión de la autoridad electoral de Colombia, el Consejo Nacional Electoral, de abrirle una investigación a Gustavo Petro, lo mismo que a los responsables económicos de su campaña presidencial, por presumiblemente haber sobrepasado los topes legales de financiación de la campaña política que lo llevó al poder. Es el primer comentario que hace desde su posición sobre los asuntos internos de otro país.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum expresó este miércoles respaldo a su homólogo colombiano, con quien recién se había reunido el pasado primero de octubre, día en que tomó posesión como presidenta de México. Con Petro tiene evidentes afinidades políticas e ideológicas y, además, según la versión de él, habrían compartido otras actividades, pues ella habría ayudado el grupo M-19, del cual hizo parte el presidente Petro, cuando estaba en la clandestinidad. En Cambio, ni como candidata ni como mandataria, Sheinbaum, lo mismo que Amlo, ha dicho apenas nada sobre la precaria situación política de la oposición en Venezuela, y en general sobre la situación de ese país.
“Quiero hacer público, patente, nuestra solidaridad con el presidente Petro”, les dijo la mandataria mexicana a los periodistas. “El Consejo Nacional Electoral de Colombia, dos años después de la elección, abre una investigación por gastos de campaña y el día de ayer [martes] él [Petro] lo llama un golpe de Estado, porque incluso fuera de las leyes de Colombia se abre este proceso de investigación”, sostuvo, calificando abiertamente el hecho como ilegal.
Y continuó con otra descalificación hacia la investigación contra el presidente Petro: “Entonces nuestra solidaridad con el presidente Petro. Es, como ustedes saben, prácticamente el único presidente progresista que ha tenido Colombia, y… y siempre nuestro apoyo, nuestra solidaridad. Eh… cuando haya siempre una injusticia es parte de nuestra política”.
Entretanto, México sigue desangrándose, ahora en la administración de Sheinbaum. Un informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana indica que del primero de octubre (día en que tomó posesión Sheinbaum) al 8 de octubre se registraron 566 homicidios en el país, lo que representa un promedio diario de 80,8. El estado de Guanajuato tuvo el mayor número de crímenes (103) en los últimos siete días, seguido por los estados de México, Sinaloa, Baja California, Michoacán y Guerrero, donde se produjo el brutal asesinato de Alejandro Arcos Catalán, alcalde de su capital Chilpancingo.
Contrasta con las afirmaciones de Sheinbaum sobre Colombia la declaración del Departamento de Estado de Estados Unidos, que decidió mantenerse al margen: “Estamos al tanto de este desarrollo en Colombia. Les remitimos a las instituciones colombianas involucradas en este asunto para que hagan sus comentarios”, dijo en un comunicado.
Mientras, Michael McCaul, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de ese país, dijo: “Estoy profundamente preocupado por las acusaciones creíbles contra Gustavo Petro y su campaña presidencial. Apoyo plenamente a las instituciones colombianas en su investigación del asunto. La verdad debe salir a la luz por la integridad de nuestra relación bilateral y por el bien del pueblo colombiano”.