Más de treinta puertos estadounidenses están paralizados desde hace dos días debido a una huelga de estibadores en el sureste del país. Ya no se manipulan los contenedores que llegan y salen por miles cada semana, y preocupa el riesgo de desabastecimiento.
Con nuestros corresponsales especiales en Nueva Orleans, Vincent Souriau y Julien Boileau
En Nueva Orleans, una de las ciudades estadounidenses donde más café se importa, los profesionales del sector ya se rasgan las vestiduras. Cuando llegamos a su tienda, Matt Cronin acaba de aparcar su furgoneta. Está descargando sacos de yute de 50 kg de granos de café procedentes de Costa Rica. Todavía lo está encontrando, pero con la huelga, espera lo peor para los próximos meses.
“Este café viene directamente de Costa Rica y nos lo almacenan en cobertizos de Nueva Orleans. Por el momento, no sentimos ningún efecto inmediato, pero a medio y largo plazo, podría hacer un daño enorme”, afirma. “Sólo esperamos que para entonces hayan llegado a un acuerdo”.
En el interior, en un aroma celestial, tueste artesanal. Los granos se calientan, se tuestan y se muelen. El café molido se entrega a tiendas de toda la ciudad. Matt Cronin vende hasta 500 kilos a la semana.
“De momento, la gente como yo tenemos bastantes existencias, porque no tenemos que viajar todo el tiempo para recoger mercancía. Cuando se nos acabe, iremos a ver qué queda en los importadores, y cuando se les acabe… estaremos todos jodidos”, se ríe. Si la huelga se prolonga. Cree que podrá aguantar hasta Navidad, pero dice que será muy complicado ir más allá.
El secretario de transporte presiona para que se llegue a un acuerdo
El secretario de transporte estadounidense instó el miércoles al sindicato de estibadores en huelga y a la Alianza Marítima, que representa a su patronal, a alcanzar un acuerdo y reabrir los puertos bloqueados en Estados Unidos, afirmando que sus posiciones “no están tan alejadas económicamente”. “Seguiremos presionando a las partes. Mantenemos un diálogo constante. Vengan a la mesa de negociaciones, lleguen a un acuerdo, reabran los puertos”, dijo Pete Buttigieg a la CNBC.
“No creemos que las partes estén tan alejadas económicamente, no tanto como creen”, dijo Buttigieg. El sindicato declaró el miércoles que no había nada nuevo en las negociaciones.
Además de subidas salariales, el ILA reclama una mayor protección contra la pérdida de puestos de trabajo debida a la automatización. La USMX declaró el miércoles por la noche que esperaba volver pronto a la mesa de negociaciones.