A un hombre que vive en Bogotá y que hace muchos años no viene a Medellín le llegó una fotomulta de un carro en la capital antioqueña. Ante la sorpresa por la sanción, inició sus investigaciones y se encontró que “existen” dos carros con la misma placa. Esto ante la ley es ilegal, pero las bandas criminales han hecho que cada vez sean más recurrentes los casos de carros y motos con placas clonadas.
“Me siento sorprendido por lo que sucedió con mi carro, sobre todo porque hace mucho tiempo no voy a Medellín. No sé si esta situación sea normal o es un hecho aislado en el que yo tuve la mala fortuna de que me la hicieran”, manifestó el propietario del vehículo original, al que le llegó la sanción por incumplir el pico y placa con el carro clonado, que tiene los mismos seis dígitos del documento; lo cierto es que el real es de Bogotá y el falso aparece en Sabaneta.
Cada año se registran, en promedio, 1.500 de estos casos, si se cuentan también las que están adulteradas o que tienen algún número cambiado, de acuerdo con los informes de la Secretaría de Movilidad de Medellín hasta 2023, dejando en evidencia que hay un gran mercado criminal en el que se vincula el hurto de carros y motos, los cuales muchas veces no se desintegran para vender sus partes, sino que se comercializan enteros, con placas falsas, timando así al emocionado nuevo propietario del vehículo “falso”.
El negocio criminal
Durante este año se han robado 4.654 motos y 871 carros en las vías de Medellín, de acuerdo con cifras del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) y según comentó Gonzalo*, un hombre que estuvo implicado con organizaciones dedicadas al hurto de motos, que conversó con EL COLOMBIANO. Aseguró que es más común que se utilicen los vehículos hurtados para ser revendidos con placas falsas que para ser desarmados y comercializarlos por partes.
“Hay motos que se roban y de ahí se consigue la placa y la matrícula de ese vehículo con algunas personas que ya saben cómo es la vuelta. Se organiza la matrícula dentro de una caja de herramientas para que se vea usada y se empieza a montar a sitios web de ventas para que de una se consiga algún comprador”, comentó.
En muchos de los casos, estos vehículos duplicados se ofertan a un valor comercial inferior al que se pueda estar vendiendo otro del mismo modelo, aunque sin rebajarlo en exceso para evitar sospechas por parte del comprador. Incluso, a punta de carreta, convencen a los incautos de que no haga las revisiones respectivas para que no se percaten en estas que lo van a timar con un carro o moto con placas falsas y con los números de chasis alterados irregularmente.
“Se le dice a la persona que va a comprar, con toda la seguridad, que de una, que vamos para la Sijín para que le hagan el peritaje y después se empiezan a darle largas para que desistan de esa revisión y suelten la plata por el vehículo. Casi siempre funciona”, manifestó Gonzalo.
Explicó que con el negocio de una motocicleta, una de las tipo scooter más comerciales del mercado, se pueden estar vendiendo en unos $12 millones en este mercado de un modelo determinado, pero la idea es que se puedan llevar a municipios lejanos, con el fin de evitar que las cámaras de seguridad o de fotodetección se den cuenta de que hay trampa en ese automotor.
Las zonas más acostumbradas para llevar estos vehículos son los municipios del Caribe colombiano y las veredas más lejanas de municipios del Nordeste, Bajo Cauca, Magdalena Medio, Suroeste y Occidente antioqueño, “porque por allá no hay autoridad que verifique nada y es muy poco probable que revisen y se den cuenta de que en verdad es un vehículo robado”. También se utiliza esta modalidad en algunos barrios del nororiente de Medellín, con la condición de no sacarla de las fronteras que hay en estos territorios.
Pero muchas veces este caso sale mal, porque el comprador, sea en el municipio que sea, decide dirigirse hacia una ciudad y allí es cuando las cámaras de seguridad se terminan dando cuenta de la irregularidad y de que están circulando carros gemelos.
¿Cómo se venden las placas?
Para conseguir estas placas, los criminales cuentan con proveedores de confianza, quienes les pueden conseguir este documento, junto con las matrículas, con la originalidad que requieren para que el comprador del vehículo no se alerte de que esta es falsa.
“Para el caso de la banda para la que yo trabajaba, nosotros teníamos una persona que nos conseguía las placas y nos aseguraba que era un contacto en una Secretaría de Movilidad que nos las conseguía como si fuera originales y de ahí se procedía a montarla a los vehículos”, dijo Gonzalo.
Estos documentos se pueden conseguir en varios puntos del centro y nororiente de Medellín como el barrio Miranda, Cuatro Bocas, La Bayadera y La 33, donde habría talleres y negocios en los que se encargan de martillar estos documentos o conseguirlos ilegítimamente con apariencia de original.
Además, se puede hacer la petición a la carta, de acuerdo con las necesidades que se tengan, como algún tipo de serial, números, letras, todo con el fin de que se vea tan auténtico como si el vehículo hubiera salido con ese documento de concesionario.
“Se demoran dos días para entregarle la placa a uno y uno hace la solicitud diciendo que no termine en tales números o que tenga tales números y así se la consiguen para uno poderlas utilizar”, señaló el exmiembro criminal.
El costo de este documento está entre los $70.000 y los $180.000, dependiendo de la calidad tanto de la matrícula como de la misma placa, ya que, asegura Gonzalo, entre más barata, más falsa se puede ver al momento de que circule por la calle y, por ende, más fácil para las autoridades captar el problema con el vehículo.
Pero, tal como un negocio, estas bandas también venden paquetes, en los que incluyen chasis y motor, principalmente de motos, cobrando por ellos entre $700.000 y $1.500.000, dependiendo del vehículo solicitado y de quien lo compre. “A uno le pueden vender todo más barato, pero porque ya lo conocen, pero a alguien nuevo le piden más plata por eso”, explicó.
Para el caso de las placas, estas se entregan con su respectiva matrícula para presentarla a las autoridades pertinentes, pero antes se les hace el proceso de la caja de herramientas para evitar que el comprador del vehículo gemeliado sospeche por ver la matrícula tan nueva.
No solo para carros gemeliados
Pero la consecución de estas placas irregulares no solo se hace para vender vehículos robados con placas que no le corresponden, sino que también se utilizan para cometer hurtos y homicidios sin “encochinar” el vehículo en el que se están realizando.
Para este caso la prioridad pasa porque esta coincida con el modelo del vehículo, por lo que lo primero que se exige es que el serial, es decir, la última letra de la placa, coincida con las demás características generales de este automotor.
“Por ejemplo, si necesitan hacer la vuelta con una moto modelo 2012-2015, se pide una que tenga la letra D, pero si la necesitamos que se vea como una último modelo, solicitamos que sea una H, porque lo más importante es no alertar a las autoridades con esos pequeños detalles”, afirmó.
Finalmente, aunque en una menor cantidad, se mueve el negocio para quienes no tienen intenciones criminales, pero sí buscan tener una placa de repuesto para el día que les toca el pico y placa.
Este público, según afirmó Gonzalo, generalmente recurre a conseguir placas más económicas y por eso los descubren con mayor facilidad, si no es que las adulteran con los números que se pueden sobreponer y se consiguen en litografías de la ciudad, ya que quienes hacen las grandes inversiones en placas son los delincuentes que buscan recuperar la rentabilidad.
Afectado por inocente
Ante estos fenómenos, desde la Policía reiteran el llamado para que al momento de comprar un vehículo hagan las verificaciones correspondientes, teniendo en cuenta que este año se han desarticulado cinco estructuras dedicadas al hurto de vehículos.
El comandante de la Policía Metropolitana, general William Castaño Ramos, destacó la desarticulación de estructuras criminales que se dedican al hurto de motos con distintas finalidades, asegurando que este año se han capturado a 31 personas, entre las que se encuentran varias por el delito de receptación, es decir, comprar cosas robadas.
Señaló el alto oficial que muchas veces el no hacer esta revisión puede afectar la vida jurídica del comprador, puesto que podría recibir una pena de uno a cinco años de prisión, así desconozca el origen del vehículo adquirido y alegue que se hizo de buena fe y confiando en el vendedor que le dio el automotor con las placas ilegales.
“Es que las motos las hurtan, borran los guarismos de identificación, ponen un nuevo número, sacan una tarjeta que no es original obviamente, y pues lastimosamente muchas personas caen en este fenómeno criminal que termina también afectándoles su vida jurídica”, explicó Castaño Ramos. Las autoridades también pidieron no hacer uso de las placas falsificadas para simplemente usar su carro o su moto en el día que el pico y placa no se lo permite, teniendo en cuenta las implicaciones legales.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, indicó que “no solamente están quienes manipulan las placas o las falsifican sino quienes también le ponen stickers tratando de modificarlas para intentar pasar desapercibidos. El mensaje también es muy claro para ellos, que es tan delincuente quien modifica una placa como quien le pone un sticker para evitar una multa y como tal pueden correr el riesgo de terminar en la cárcel”.
Y tal como lo explica el secretario, quien cometa alguna alteración con estas placas o las use falsificadas por cualquier razón puede estar incurriendo en el delito de falsedad en documento público, lo que puede dar una pena de hasta nueve años de prisión, sin contar las de receptación y hurto en caso de adquirir un vehículo robado y no hacer las revisiones de rigor para evitar ser víctima de timadores.
Lo más delicado es que la ubicación de los vehículos con placas clonadas, modificadas o alteradas ya no son producto de las circunstancias, sino que con el apoyo de las cámaras de fotodetección de la Secretaría de Movilidad y las LPR del sistema 123 se hace la detección de estos automotores y se inicia un operativo para perseguirlos e interceptarlos.
“La placa es un documento inalterable, además de único, y si vemos alguna anomalía, ahí nosotros también venimos a través de las cámaras y con el plan cazador identificando esas placas borrosas, tachadas, tapadas o modificadas y a estas personas también les vamos a caer para iniciarles un proceso”, agregó el secretario Villa.
Con esto se busca combatir la cantidad de vehículos dobletiados que están circulando por las vías del país y cuya cantidad no se ha estimado. Pero la primera solución pasa por hacer una revisión de rutina y no que se termine dando cuenta que su carro tiene un hermanito gemelo.
*Nombre cambiado.