Este lunes 21 de octubre comienza en Cali, Colombia, la COP16, la Conferencia de Naciones Unidas sobre la biodiversidad, dos años después de que se firmara en Montreal lo que llamaron el “Acuerdo de París” de la biodiversidad: una lista de 23 objetivos para detener la destrucción de los ecosistemas.
Proteger el 30% de la tierra y el mar de aquí a 2030, Proteger el 30% de la tierra y el mar de aquí a 2030, reducir a la mitad el riesgo de los pesticidas, frenar la introducción de especies invasoras y reducir las subvenciones perjudiciales para la naturaleza.
Esas son solo algunas de las 23 metas que más de 190 países se comprometieron a cumplir colectivamente a finales de 2022 en la COP15 de Montreal.
Dos años después, los Estados vuelven a reunirse para una nueva cumbre sobre biodiversidad, esta vez en Cali, Colombia. A la fecha, sólo una treintena de países han presentado su hoja de ruta nacional completa para cumplir los compromisos internacionales contraídos en Montreal para proteger la naturaleza.
Otros cien, más o menos, han presentado “objetivos nacionales”, lo que significa que sólo han hecho una parte del trabajo.
Muchos otros, sobre todo en África y América Latina, no han entregado nada.
“En cualquier caso, es positivo”, afirma a RFI Agnès Hallosserie, del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales. “Por ejemplo la semana pasada un tercio de los países firmantes se activaron para entregar su hoja de ruta. O sea que no abandonaron sus metas. Esas COP tienen el poder de reimpulsar las iniciativas”.
Ahora le toca a Colombia mantener ese impulso. Europa, que promovió el acuerdo de Montreal, llega esta vez debilitada por los numerosos reveses ambientales decididos a raíz de la crisis agrícola.
Seguridad
En Cali, muchos países, en especial los africanos, pedirán a los Estados más desarrollados acelerar el desembolso de fondos para la biodiversidad, que por ahora son insuficientes por el momento.
Presionarán para que se reparta de forma adecuada los beneficios económicos derivados de los recursos genéticos de plantas, animales y microorganismos, es decir aquellos recursos que se utilizan para fabricar medicinas y cosméticos.
Por otro lado, en Cali está ya desplegado todo un dispositivo de seguridad. La ciudad está en alerta máxima por amenazas de la guerrilla del Estado Mayor Central (EMC), una de las principales facciones disidentes de las FARC, que auguró un “fiasco”.
Unos 11.000 policías y soldados colombianos, apoyados por personal de seguridad de la ONU y de Estados Unidos, están reforzando la seguridad la ciudad donde se esperan 140 ministros y 12 jefes de Estado.