En los pasillos de la Contraloría de Medellín algunos funcionarios la comparan con una sucursal de Envigado. ¿La razón? desde que el actual jefe de esa dependencia de control es Pablo Andrés Garcés Vásquez abundan las personas de este municipio en cargos de distinta índole.
Otros también comentan que ese ente de control se convirtió en una especie de bolsa de empleo que ha enganchado personas del círculo de apoyo del exalcalde Braulio Espinosa y otros aliados políticos del llamado Liberalismo de Envigado.
“Acá hasta las personas del aseo son recomendadas por políticos y muchas son de ese municipio”, le dijo a EL COLOMBIANO un funcionario de la Contraloría Distrital que pidió no revelar su nombre.
Ahora, el ruido por la presunta modificación del manual de funciones para supuestamente dejar entrar a personas que bajo la norma actual no cumplirían los requisitos, puso de manifiesto una vez más esa politización.
Una de ellas, dijo la fuente, sería Edwin Palacio Castañeda, hijo del diputado Carlos Palacio, quien además fue concejal de Envigado (2016-2019).
Actualmente, Palacio Castañeda se desempeña como contralor auxiliar en Sabaneta, pero estaría aspirando a un cargo con mayor salario en la entidad similar de Medellín.
Esta especie de enroque de posiciones de lado y lado comenzó el 23 de diciembre de 2023, cuando el alcalde de Envigado, Raúl Cardona, anunció, faltando aún una semana para posesionarse, el fichaje de Jorge Iván Garcés Vásquez como futuro jefe de la Oficina Jurídica de su administración.
Lo presentó como “reconocido docente universitario y un apasionado por distintas áreas del derecho”. Lo que no dijo es que era también el hermano del contralor General de Medellín, Pablo Andrés Garcés Vásquez.
De hecho, cuando el Concejo de Medellín lo eligió siendo mayoritaria la coalición que apoyaba al alcalde Daniel Quintero, Pablo Garcés venía de ser contralor en la llamada Ciudad Señorial (2020-2021). Y en aparente correspondencia de compadres con el denominado Liberalismo de Envigado, a principios de enero, nombró como contralor auxiliar de auditoría fiscal al exsecretario de Medio Ambiente de la administración de Braulio Espinosa, Nicolás Arenas Henao. Al exgerente del Inder de esa misma época, Jorge Alejandro Uribe, lo posesionó como contralor auxiliar dependiente de la Subcontraloría.
Después del contralor y subcontralor –puestos que ganan $21,5 millones y $20,2 millones mensuales, respectivamente– el nivel siguiente, donde están los contralores auxiliares, es muy apetecido no solo por la posibilidad que tienen de incidir en fallos condenatorios o absolutorios con respecto a aliados o adversarios políticos, sino porque siendo alrededor de 16 plazas, los sueldos oscilan entre casi $15,5 millones y más de $18,5 millones.
La jefe de comunicaciones de la Contraloría de Medellín, con un salario de $13 millones mensuales, es Juliana Mesa, quien fue contratista en la Alcaldía de Envigado entre 2015 y 2022, es decir que tocó parte del lapso que estuvo Espinosa al mando.
A estas alturas vale la pena aclarar que la carrera del contralor Garcés ha estado ligada desde hace mucho tiempo con Espinosa y su equipo político. El primero fue profesor y decano de Derecho en la Universidad de Envigado, considerada un fortín de la casa liberal de esa localidad. Luego fue a una empresa privada entre mediados de 2015 y principios de 2016, y posteriormente pasó a ser secretario de Bienestar Social en la primera administración de Raúl Cardona, el actual alcalde de Envigado (enero de 2016 a marzo de 2017), después pasó a ser contralor auxiliar en Medellín (marzo de 2017 a enero de 2020).
Salió de nuevo de este último cargo y con los votos de la coalición del entonces alcalde Espinosa lo eligieron contralor de Envigado. En abril de 2022 se posesionó como contralor de Medellín, también con el apoyo de los once concejales que conformaban la yunta en favor del exalcalde Daniel Quintero, quien a su vez habría tenido cercanía con los congresistas liberales ligados con la política envigadeña Iván Darío Agudelo, John Jairo Roldán y Julián Peinado.
Este año, tras finalizar el periodo de Espinosa, la tabla de salvación para muchos cercanos a él fue la Contraloría de Medellín; el tiempo coincidiría con peticiones de renuncia para ubicarlos.
Volviendo al tema inicial, en el mismo tejemaneje en el que se ponen unas fichas acá a cambio de otras en el otro lado del tablero, también la personera de Envigado, Paula Andrea Taborda, fue elegida gracias a la aplanadora de la coalición del alcalde Cardona y, aunque habrá quien diga que es coincidencia, el puesto previo que detentaba antes era de contralora auxiliar en Medellín.
Igualmente, Juan David Álvarez Jaramillo, quien viene de ser profesional universitario en la Contraloría de Envigado desde 2018 hasta agosto de 2023, es contralor auxiliar de responsabilidad fiscal y jurisdicción coactiva en Medellín.
A la Contraloría de Medellín igualmente han ido a dar otros políticos liberales, como el exalcalde de Frontino, Jorge Hugo Elejalde, actual contralor auxiliar de Auditoría Fiscal.
Jugada de manual
El martes el contralor Garcés sacó un comunicado en el que acepta que sí está estudiando una posible actualización del manual y deja un mensaje ambiguo en cuanto a la posibilidad de que se hagan modificaciones al mismo.
“No se ha expedido a la fecha acto administrativo que modifique la resolución 0578 de 2024 correspondiente al Manual de Funciones y Competencias laborales, sin perjuicio de la facultad que le asiste al contralor Distrital de Medellín de realizar las modificaciones que se consideren pertinentes en virtud del resultado de los estudios técnicos realizados en cumplimiento de la acción de mejora”, dijo.
El director de Talento Humano de la Contraloría de Medellín, es decir la persona a la que le tocaría liderar ese proceso, es Juan Eduardo Cuadros. Este había sido contralor auxiliar de responsabilidad fiscal hasta enero de 2024 y recibió críticas por los pobres resultados en la vigilancia de las presuntas irregularidades que hubo en la administración Quintero –de hecho ya son muchas las investigaciones abiertas en otros órganos de control– y de ahí estuvo hasta junio pasado como secretario general de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU). Es decir que fue a aterrizar justamente en una de las entidades que estaban en el espectro de su actuación antes de volver a la Contraloría de Medellín.
Al ser consultado con relación a las plazas llenadas con supuestas cuotas políticas de Envigado, Garcés respondió: “El personal vinculado a la CDM de cualquier nivel, cumple con los requisitos definidos en el Manual de Funciones y Competencias Laborales, que además responde a los requerimientos definidos en un estudio técnico realizado al momento de su expedición y respectiva actualización”. Puntualizó diciendo que “no es un requisito ni la ciudad de origen ni la filiación política”.