"Que el mundo se entere de la difícil situación ambiental que vivimos, como consecuencia de la deforestación indiscriminada y del monocultivo, destruyendo los humedales y las pocas quebradas que quedan, dejándonos en condiciones de vulnerabilidad”.
Fue la voz al unísono que elevaron miles de indígenas, que como históricamente en el transcurso de toda una década, vienen realizando gigantescas mingas desde sus resguardos para recorrer vías, como la Panamericana, -ese cordón que une el suroccidente con el interior del país- en buses escaleras totalmente atiborrados.
Lo hicieron desde el resguardo de Caldono, en el norte caucano, saliendo desde la vereda Monterilla a donde se fueron concentrando desde el pasado 18 de octubre para luego partir hacia Cali, tres días después, el 21 de este mes, pero no sin antes hacer una ofrenda y un ritual de sanación a la 'Madre Tierra', deteriorada por esos grupos armados, en alianza con el narcotráfico, que están desentrañando el oro con cianuro y mercurio de la selva y arrasando con los bosques. Esa sanación se llevó a cabo en aguas del río Cauca.
A la movilización la bautizaron como 'La minga por el cuidado de la biodiversidad y el territorio'.
En Monterilla, los nativos estuvieron pernoctando juntos bajo improvisadas carpas y cocinando su comida a punta de leña para salir decididos a la ciudad que recibió las delegaciones de 196 países en la Conferencia de las Partes, la decisiva en todo el planeta para definir nuevos rumbos, en aras de recuperar la biodiversidad.
A estos manifestantes se les unió otra gigantesca concentración que salió desde Sotará, otro municipio del Cauca, pero ubicado más hacia el suroriente de este departamento. En esa aglomeración estaba la senadora Aida Quilcué, del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) y una reconocida lideresa por los derechos de estas comunidades aborígenes, acompañada por miembros de la Organización para el Desarrollo Urbano y Campesino del departamento del Cauca (Ordeurca).
"Seguimos caminando el territorio y consolidando nuestro proceso", dijo Quilcué, al recordar que "compartió la palabra con delegaciones de los municipios La Sierra, Sotará, Rosas, Timbío, Popayán y Piendamó (todos del Cauca). "Seguimos construyendo país", anotó.
El arribo a Cali, epicentro de la COP16
La minga de más de 5.000 indígenas, en su trayecto por la Panamericana, pasó por Mondomo (Cauca) y después por Jamundí, donde más marchantes e inclusive campesinos de asociaciones engrosaron el recorrido de manera pacífica con grandes pendones. Algunos iban caminando y otros, en los buses escaleras, conocidos en la región como 'chivas'.
Fue a eso de las 11 de la mañana de este 21 de octubre que la minga entró a Cali. Lo hizo retrasada, pues su recorrido se había programado desde las 6:00 a. m. Ya a pie avanzó su paso por la ciudad con estos participantes desde el Cauca, además de otros que salieron de sus tierras en Putumayo, Caquetá, Nariño, Huila y hasta de Valledupar, capital de Cesar, y de la Sierra Nevada de Santa Marta; estas dos últimas regiones, en la costa Caribe.
Es así que 'mamos' o los autorreconocidos como 'Hermanos mayores' de la Sierra Nevada de Santa Marta, entre koguis, arhuacos, wiwas y kankuamos, caminaron por la tradicional calle Quinta, la vía arteria que atraviesa a Cali desde el sur al norte, pasando por el frente de la Universidad del Valle.
"Aquí llegando a Cali con la voz viva de nuestros pueblos indígenas y milenarias de Colombia. Nuestro motivo no es otro que el descontento. Colombia tiene un momento histórico, un momento en que la reconciliación debe ser efectiva con la paz entre nosotros y con la 'Madre Tierra'", comentó la senadora Quilqué. "La diversidad étnica y cultural nos indica que los pueblos indígenas y milenarios somos esa presencia viva y que le hemos contribuido al país y al mundo. Considero que el presidente Gustavo Petro debe generar una política en Colombia para preservar el conocimiento tradicional y que haya respeto sobre ello. Los indígenas tenemos presencia en el mundo y necesitamos acciones para transformar el planeta", reiteró la congresista indígena.
"Recorrimos territorios ancestrales con actos sanación y ofrenda hacia la 'Madre Tierra', lo hicimos con los sabedores tradicionales", repetían algunos nasas en la pacífica marcha por la Quinta hacia el parque de Jovita, también en el sur de la capital vallecaucana.
"Queremos incidir en la COP16 para que, como pueblos originarios, se valore nuestro aporte en la protección de la diversidad biológica", dijo el indígena Jairo Antonio Zalabata, de las comunidades de Valledupar y de la Sierra Nevada. "Acompañar a los pueblos indígenas de Colombia, esa fue nuestra razón de estar en la COP16. Representamos al pueblo arhuaco. Pedimos que se fortalezca el medioambiente en la Sierra Nevada de Santa Marta". Este y otros indígenas llevaban una pancarta en la que se leía: "Desde la Sierra Nevada, corazón del mundo, caminamos por la 'Madre Tierra'. Sin ella, no podemos vivir".
Delegados del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) indicaron en un comunicado: "Venimos a la COP16, donde el mundo toma medidas determinantes, como indígenas de Colombia. Creemos necesario que nuestro histórico aporte en la mitigación del cambio climático sea valorado y que se den medidas de especial protección para nuestros territorios, ya que concentran la mayor riqueza natural del continente gracias a nuestra cosmovisión y prácticas de manejo tradicional y cultural".
La minga siguió avanzando por Cali, a ritmo del sonido de tambores y el agite de bastones de mando por parte de indígenas nasas del Cauca.
Para concluir la minga, en el parque de Jovita, en el barrio San Fernando de la capital de la COP16, se desarrollaron actividades de diálogo, reflexión y toma de decisiones, enfatizando en la crisis climática desde las perspectivas ancestrales.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
Carolina Bohórquez Ramírez