Si va por alguna calle de un barrio del Valle de Aburrá y ve unas cajas negras en postes de energía y árboles, sepa que no se trata de cámaras de seguridad ni dispositivos tecnológicos, sino de una estrategia para preservar una importante especie para los ecosistemas con las que los ciudadanos conviven en este territorio.
Personal del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva) subió hasta lo más alto de algunos postes y árboles para instalar dichas cajas, también llamadas portanúcleos, que son de madera, tienen unos respiraderos de malla y un agujero para entrar y salir. No es un radar ni puede grabar, pero se convierte en un espacio para albergar y proteger enjambres de abejas, que muchas veces representan un riesgo para la gente.
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Pero no se trata de un lugar en el que las abejas van a habitar siempre. Los 47 portanúcleos son como una especie de hogar temporal en el que se espera que se reúnan para que luego personal experto del Amva pueda reubicarlas en sitios seguros, no solo para su preservación como especie, sino también para reducir los peligros que se pueden presentar cuando entran en contacto directo con la comunidad.
Desde la autoridad ambiental informaron que las abejas Apis mellifera, las llamadas africanizadas, son las que principalmente llegan a estas cajas en el Valle de Aburrá, pero también hay registro de la presencia de otras especies nativas. Luz Jeannette Mejía, líder de la Unidad de Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Amva, señaló que de las 47 cajas instaladas, 15 fueron a través de procedimientos conjuntos con EPM, con lo cual “se quiso implementar un piloto en los postes de transmisión eléctrica que pone a prueba tres tipos de cebos como la cera estampada y panales viejos que tienen como objetivo atraer las abejas cuando se instalan en zonas cercanas a estas”.
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Mejía indicó que este proyecto piloto ha tenido un buen balance hasta el momento y que han encontrado una forma más eficiente de capturar a las abejas africanizadas por el uso de panales viejos para cebarlas. “Actualmente, seis de estos portanúcleos tienen ocupación y seguimos trabajando para tener cada vez más una mayor cobertura”, agregó la funcionaria.
Lo cierto es que esta estrategia tiene el doble propósito de cuidar a esta importante especie, pero también a las personas. Solo en septiembre pasado, en Barbosa, norte del Valle de Aburrá, las autoridades atendieron una emergencia que se presentó en el municipio luego de que un enjambre de abejas atacara a varias personas en vía pública. Los ciudadanos publicaron videos en redes sociales en los que se veía a la gente afectada tratando de librarse de las picaduras, algunos gritaban y trataban de huir, mientras eran auxiliados por personal especializado de gestión del riesgo municipal tras la alerta del caso.
Fue necesario cerrar el parque principal, mientras los bomberos y otras autoridades atendían el hecho, mientras que varias personas sufrieron algunas lesiones, pero ninguna trascendió como de gravedad.
No obstante hay que recordar que las abejas son importantes aliadas de los ecosistemas y que el ser humano las necesita para existir. Según la ONU, 75 % de los cultivos alimentarios y 35 % de las tierras agrícolas del mundo dependen en cierta medida de la polinización que ellas ofrecen y que permite que las plantas, las flores y muchos alimentos se reproduzcan, se multipliquen.
Si llegaran a perderse se dificultaría la producción de cultivos y sería más difícil producir alimentos, por lo que aumentaría el precio de la comida, lo que, al final del día y como siempre, afectaría sobre todo a las poblaciones más pobres, aumentando desigualdades sociales, tal como lo explicó hace tiempo Gustavo Valencia, líder de Educación del Parque de la Conservación al frente del convenio de Manejo y Conservación Integral de las Abejas en el Valle de Aburrá.
Pero esto no quiere decir que no haya que tener cuidado, pues en un posible ataque de abejas, las picaduras múltiples pueden ser peligrosas y requieren atención médica inmediata. Los síntomas tras una picadura pueden ser leves o graves, como dolor intenso en el lugar de la picadura, hinchazón y enrojecimiento, picores o ampollas, fiebre, náuseas y vómitos, dificultad para respirar y mareos o desmayos. Dependiendo del estado es importante acudir a un centro asistencial para descartar complicaciones.
Para evitar estos incidentes es fundamental evitar generarles ruidos, vibraciones, golpes u olores fuertes que las puedan incomodar y que desencadenen un ataque de abejas. Las abejas, mientras están en ese proceso de enjambrazón, no tienen un comportamiento defensivo; por el contrario, están concentradas en buscar un hábitat para establecer su nido y no tienen una condición de defensa.
Por lo pronto, desde el Amva hicieron un llamado a los ciudadanos ante la instalación de los portanúcleos para que no intenten retirarlos por sus propios medios, eviten arrojar objetos que puedan alterar a estas especies e informen cualquier novedad respecto a su estado en la línea (604) 385 60 00 o el correo electrónico atencionausuario@metropol.gov.co.
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