Sarah Scoles
Los astronautas que se embarcan en largos viajes al espacio profundo no pueden portar todas las calorías que necesitarán en la forma de alimentos liofilizados. Tampoco pueden cultivar todo a bordo. En vista de esas limitaciones, un grupo de ingenieros cree que los futuros viajeros espaciales deberían cambiar su dieta.
En un estudio reciente publicado en The International Journal of Astrobiology, los científicos sugieren que los astronautas podrían recurrir a los asteroides para alimento. Un proceso químico y físico descompondría el material de un asteroide y los componentes orgánicos resultantes —compuestos de hidrocarburos— serían alimentados a bacterias. Una vez que las bacterias estuvieran llenas, los astronautas podrían consumir la colección de microbios —conocidos más apetitosamente como “biomasa”.
Esta idea tiene su origen en un proyecto patrocinado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Uno de sus programas encarga a los investigadores convertir residuos en algo útil. Un equipo ha estado investigando qué hacer con las “comidas listas para comer”, o MREs, raciones militares que duran muchos años. Los recipientes de plástico que contienen los alimentos no perecederos duran aún más.
“No quieren tirarlos a la basura”, afirmó Joshua Pearce, profesor de ingeniería en la Western University de Canadá que colabora en el proyecto, dirigido por investigadores de la Universidad Tecnológica de Michigan.
Quizás podrían convertir esos envases en comida, pensó su equipo. El primer paso de ese proceso descompone el plástico mediante pirólisis, lo que produce un sólido, un gas y un aceite. El aceite entonces pasa a un biorreactor, donde las bacterias lo consumen. Cuando las bacterias terminan de alimentarse, ellas mismas se convierten en alimento. La biomasa tiene propiedades nutricionales similares a las de los alimentos que comemos todos los días.
Hablando Pearce de esta labor un día con sus “amigos espaciales”, ellos señalaron que los asteroides no son tan diferentes del plástico: ambos contienen mucho carbono.
“Está bien, tomemos esto en serio y averigüemos exactamente cuánto carbono hay, si está en la forma correcta y si creemos que podemos convertirlo en alimento”, dijo Pearce, describiendo el proceso de pensamiento. Esas respuestas dependen de si los microbios, de hecho, consumirán asteroides.
Annemiek Waajen, de la Vrije Universiteit Amsterdam, ha alimentado a bacterias con trozos de roca espacial que han caído a la Tierra. Consumieron su carbono y crecieron.
Waajen cree que la comida de asteroides tiene sentido bioquímicamente, pero “es algo aún muy distante”, dijo. Después de todo, los científicos primero tendrían que construir una capacidad de minería de asteroides y una fábrica gigante de alimentos bacterianos —en el espacio.