El comisionado de Paz, Otty Patiño, reveló este martes que el cabecilla de la disidencia denominada Segunda Marquetalia, Luciano Marín Arango alias Iván Márquez, habría muerto en Venezuela durante una intervención médica.
“La única información es que hubo haber muerto a raíz de una operación, no militar, sino una operación de cirugía”, afirmó el comisionado.
Aunque la información no es precisa, el funcionario detalló que su posible muerte pudo estar relacionada con los problemas derivados de un atentado sufrido hace varios años en el que perdió el brazo y ojo. “Él era un sobreviviente”, dijo Patiño.
Con la Segunda Marquetalia, grupo disidente creado por Márquez tras la desmovilización de las antiguas Farc, el Gobierno de Gustavo Petro avanza en conversaciones para su eventual desarme; por eso, Patiño pidió a los subversivos que, pese a la posible muerte de su líder, “sigan en la paz, por supuesto”.
No es la primera vez que se habla del deceso de este sanguinario exguerrillero. Durante el Gobierno del expresidente, Iván Duque fue dado por muerto en un bombardeo en selvas venezolanas. Sin embargo, meses después reapareció en un evento en Puerto Carreño, Vichada.
En esa oportunidad, se dirigió a los presentes para expresar su apoyo a la propuesta del Gobierno de una Asamblea Nacional Constituyente. Semanas después se le vio, al lado de Otty Patiño, Comisionado de Paz y otros, en una foto con la que ambas delegaciones anunciaban el inicio de las conversaciones de paz. Se dijo que en el atentado con explosivos, del 2022, Márquez había quedado muy malherido. Dijeron que su lado derecho había quedado inmovilizado producto de los impactos recibidos en la cabeza.
Su aparición más reciente fue en junio pasado en Caracas, Venezuela, en el inicio de las conversaciones de paz. Allí se confirmó que en efecto tenía una parálisis en el brazo derecho y prótesis en la mano. Además de algunos problemas de visión. Pálido y más delgado, se le vio animado celebrando el que sería su cuarto proceso de paz en 40 años de vida criminal.
Iván Márquez hizo parte del Secretariado de las extintas Farc que firmó el Acuerdo de Paz con el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos en el año 2016. Tres años después del desarme total, traicionó lo acordado y volvió a las armas junto a Jesús Santrich, otro firmante de la paz.
Tras regresar a la insurgencia, se escondió por mucho tiempo en la frontera con Venezuela. Allí fundó la Segunda Marquetalia, grupo criminal que cinco años después se ha expandido a 300 municipios de Colombia y en sus filas cuenta a más 1.751 hombres y mujeres alzados en armas. De estos, 1.162 forman parte del brazo armado y 589 están en redes de apoyo.
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Sumó cuatro negociaciones de paz a lo largo de su vida criminal. La primera fue en 1984, durante el gobierno de Belisario Betancur. Alcanzó a ser miembro del partido que nació de ese proceso: la Unión Patriótica. Incluso llegó a ser concejal y después representante por el Caquetá. Tres años después regresó a la clandestinidad tras el exterminio de la UP.
EL COLOMBIANO consultó el récord criminal del presuntamente fallecido comandante subversivo. Si se sumaran todas sus condenas, estaría cuatro siglos y seis años en la cárcel.
La lista incluye una sentencia a 40 años por una escalada terrorista de tres días en 1995, que dejó cinco policías y un civil muertos en varios poblados de Cundinamarca; y otros 40 años por la masacre de cinco militares en el municipio de La Uribe, Meta, en 1997.
Por la toma guerrillera del municipio de Miraflores, Guaviare, en 1998, que dejó 19 muertos, además de 75 militares y 54 policías secuestrados, lo condenaron a otras cuatro décadas a la sombra.
Registra 40 años de prisión por la toma al municipio de Puerto Lleras, Meta, en 1999, donde los guerrilleros mataron a 10 civiles y 11 policías, y raptaron a 28 uniformados.
Una más de 40 años por la toma armada de Mitú (Vaupés) en 1998, con 43 muertos y 61 policías secuestrados; y 34 años por la toma de Gigante, Huila, en 1999, con tres muertos y un cautivo.
El listado continúa con 40 años por la masacre de siete personas en Puerto Rico, Caquetá, en 2000 (previa al caso del hotel-bomba); una de las víctimas fue el congresista Diego Turbay Cote, según el dosier judicial. Entre otras.
A estas condenas se suman 80 órdenes de captura por terrorismo, narcotráfico, secuestro, homicidio, extorsión, reclutamiento forzado, tráfico de armas, concierto para delinquir, rebelión, desplazamiento forzado, uso ilegal de insignias y uniformes; al igual que una Circular Roja de Interpol y una solicitud de extradición a Estados Unidos.
Los crímenes auspiciados por Iván Márquez han llenado de dolor a Colombia por cuatro décadas, y aun así, el Estado le ha dado seis oportunidades de sentarse a una mesa de paz.
Por ahora, se espera la confirmación oficial del grupo insurgente sobre su fallecimiento.