En uno de los tiroteos más violentos de la última década, soldados mexicanos abatieron a 19 presuntos delincuentes durante un enfrentamiento en el convulso estado de Sinaloa, al noreste de México.
La acción militar, calificada por analistas del conflicto en ese país como una muestra de lo que será el talante de la presidenta Claudia Sheinbaum frente a los cárteles, resultó en la captura del cabecilla de un temido grupo criminal, según informó la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).
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“Durante el evento, se registró una agresión contra el personal militar por parte de más de 30 individuos (...), resultando 19 agresores fallecidos, logrando el resto darse a la fuga”, detalló la dependencia en un comunicado.
Pese al elevado número de agresores muertos, la Sedena aseguró que su personal “actuó con estricto apego al Estado de derecho y con pleno respeto a los derechos humanos” y a las leyes nacionales sobre el uso de la fuerza.
La guerra en Sinaloa y los recientes hechos violentos son uno de los desafíos más importantes para la recién elegida presidenta Sheinbaum, quien afirmó que seguirá con la política de su predecesor de evitar, sobre todo, los combates directos con los grupos ilegales para reducir el número de muertes en el marco del conflicto histórico en esa región mexicana.
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“No va a haber guerra contra el narco. La guerra quiere decir: permiso para matar. Eso no, no vamos a regresar a eso”, dijo la mandataria.
Sin embargo, la respuesta de los militares en este caso muestra que ahora “podríamos estar viendo un enfoque de más mano dura”, según Falko Ernst, en declaraciones para The New York Times.
En cuanto a los 19 criminales fallecidos, trascendió que formaban parte de una “célula delictiva” y de la escolta de Edwin Antonio “N”, alias El Max, señalado por la Sedena como el presunto jefe de dicho grupo, “afín a la facción” de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del poderoso cártel de Sinaloa, capturado en julio pasado por las autoridades de Estados Unidos.
Según la Secretaría, El Max “ha participado activamente en la reciente violencia suscitada en el municipio de Culiacán”. Tras su detención, fue puesto a disposición de la oficina de la Fiscalía General de la República en Sinaloa.
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La espiral de crímenes que sacude a Sinaloa se desató tras el arresto de Zambada, el 25 de julio en Nuevo México, Estados Unidos.
La confrontación en Sinaloa involucra a pistoleros leales a El Chapo y sus hijos contra aliados de Zambada, quien se declaró inocente de una serie de cargos que enfrenta en un tribunal de Nueva York.
La guerra entre ambas facciones del cártel, sumaba al menos 150 personas asesinadas hasta los primeros días de octubre, según cifras de la fiscalía estatal. El expresidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, responsabilizó a Estados Unidos por esta sangrienta disputa, pues alega que actuó unilateralmente para detener a Zambada.