El paro minero y campesino, que comenzó desde el lunes 21 de octubre en varias regiones de Colombia, ha causado cierres viales en seis departamentos: Antioquia, Boyacá, Santander, Norte de Santander, Caldas y Córdoba.
Ante la situación, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, anunció la instalación de una mesa de diálogo para encontrar soluciones a las demandas de los manifestantes, quienes exigen la protección de sus derechos laborales, que consideran vulnerados por nuevas regulaciones ambientales.
“Las mesas deben empezar. Hemos enviado a la viceministra Tatiana Roa, junto con una delegación de más de 20 funcionarios de los ministerios de Minas, Ambiente, Agricultura y la Agencia Nacional de Minería, para atender las reivindicaciones de los manifestantes”, expresó Muhamad, ayer durante la COP16.
La ministra reiteró que es fundamental encontrar un equilibrio entre la formalización de la minería artesanal y la preservación ambiental, especialmente en regiones sensibles como el Bajo Cauca.
Los campesinos y mineros que han bloqueado importantes vías en el país, tienen varios reclamos. En los santanderes y Boyacá, los agricultores protestan principalmente contra el decreto 044 de 2024, que genera una nueva delimitación de los páramos y prohíbe las actividades agrícolas en zonas aledañas a estos ecosistemas.
Según los campesinos, esta normativa los deja sin sustento, afectando directamente su trabajo y su sustento. EL COLOMBIANO habló con Edwin Blanco, representante de campesinos y pequeños mineros de Asojuntas, quien expresó que una de las principales exigencias que harán al Gobierno, es que elimine las limitaciones impuestas en los páramos.
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Según él, los campesinos y mineros no están en contra de la conservación del medio ambiente, pero exigen que se encuentren puntos de equilibrio. “Es fundamental preservar el páramo, eso no lo ponemos en duda, pero debe haber incentivos para los campesinos que viven y trabajan en estas zonas. Necesitamos garantías para nuestras actividades agrícolas y mineras, y que se respete nuestro derecho al trabajo”, añadió.
Blanco también comentó que esperan soluciones concretas del Gobierno en la mesa de diálogo que se lleva a cabo en Bucaramanga. “No queremos promesas vacías. Queremos que se eliminen las restricciones que nos impiden trabajar. El paro ha sido pacífico, pero no vamos a desistir hasta que se cumplan nuestras peticiones”, expresó Blanco, quien se estuvo ayer en la Universidad Industrial de Santander durante el inicio de la mesa de negociaciones con la viceministra.
La ministra Muhamad ha resaltado la importancia de equilibrar la formalización de la minería y la protección de los recursos naturales. Sin embargo, los manifestantes, como Blanco, sienten que el Gobierno debe ir más allá de los discursos y ofrecer soluciones reales en el terreno.
Por otra parte, también están los mineros artesanales, de Antioquia, Córdoba, Chocó y el Eje Cafetero, quienes exigen que el Gobierno cumpla con los acuerdos firmados en el paro del año pasado. Particularmente que se revise el decreto que permite a la Fuerza Pública la destrucción de la maquinaria amarilla utilizada en minería, medida que, según ellos, afecta al 70 % de las unidades mineras en la región.
Mientras tanto, los bloqueos continúan de forma intermitente, afectando a miles de personas en todo el país, y la economía de las regiones afectadas ya empieza a sentir el impacto de la parálisis en las vías principales. Las próximas horas serán cruciales para definir si el paro se extiende o si se logra llegar a un acuerdo que ponga fin a las protestas.