Un equipo de investigadores de la sede Medellín de la Universidad Nacional del Grupo de Investigación en Tecnologías Aplicadas (GITA), desarrollaron un páncreas artificial para el tratamiento de la diabetes tipo I.
Este dispositivo, que tiene un tamaño parecido al de una bomba de insulina convencional, alrededor de 10x5 cm, se encarga de monitorear automáticamente los niveles de glucosa en la sangre y ajustar la dosis de insulina que necesita el paciente, tal como lo haría un páncreas sano. Y lo mejor de todo, su costo podría ser de aproximadamente 4 millones de pesos, es decir, diez veces más barato que otros dispositivos que rondan los 40 millones.
Los que viven con diabetes tipo I saben lo complicado que es medir la glucosa y decidir cuánto insulina inyectarse. Este nuevo páncreas artificial busca hacerles la vida más sencilla, permitiendo que se desentiendan un poco de esos cálculos constantes.
“Se trata de un proceso engorroso que se optimizaría mediante la automatización y otros conocimientos de la Ingeniería de Control”, asegura el profesor Pablo Santiago Rivadeneira Paz, quien lidera este proyecto en la Facultad de Minas de la UNAL y el Grupo de Investigación en Tecnologías Aplicadas (GITA), líder de esta iniciativa.
La importancia de este avance es enorme para la investigación científica y la atención a diabéticos, sobre todo en un país donde, según el Ministerio de Salud y Protección Social, cada año se diagnostican alrededor de cuatro niños por cada 100.000 menores de 15 años con diabetes tipo I.
El equipo de GITA (Grupo de Investigación en Tecnologías Aplicadas) se dedicó a estudiar datos de 100 pacientes durante 14 días para crear un algoritmo que predice cómo van a variar los niveles de glucosa según lo que se come y otros factores como el estrés y la menstruación.
Este proceso, que duró alrededor de cuatro años, incluyó simulaciones virtuales y ensayos preclínicos en 13 ratas diabéticas y gracias al dispositivo desarrollado, el 95 % del tiempo los animales tuvieron niveles óptimos de glucosa en sangre, gracias a una medición y una administración automática efectiva.
Ahora, el equipo se prepara para iniciar las pruebas clínicas con personas. La UNAL Medellín espera contar con el apoyo de las entidades estatales y que este dispositivo pronto sea una realidad para muchas personas y mejore su calidad de vida.