Por chocarse estando ebrio, el delantero de Atlético Nacional, Alfredo Morelos, está implicado en líos judiciales y de tránsito, mientras que la persona a la que arrolló con su carro no podrá caminar por varios meses mientras se recupera de las lesiones. Situaciones como las del Búfalo, como se le conoce al jugador, son más recurrentes de lo que se piensa en las vías de Antioquia, todo porque este año, en promedio, han sorprendido a seis conductores manejando alicorados cada día.
Según el Sistema Integrado de Información de Tránsito (Simit), este año van 1.652 conductores sancionados por manejar bajo los efectos del licor en todos sus grados, siendo el caso más común el primer grado de embriaguez (entre dos y cuatro cervezas), con 561 sanciones.
Este organismo informó que se multaron a 246 conductores luego de que la prueba de embriaguez arrojara grado 0 (entre una y dos cervezas), mientras que con grado 2 (cinco y siete cervezas) fueron sorprendidos 333 conductores, sin contar el caso ocurrido con Morelos este miércoles en la vía Hipódromo-Aeropuerto, en Guarne.
Lo más grave es que esta cifra es superada por quienes manejaban en el máximo grado de embriaguez, el grado 3, ya que las autoridades sancionaron por estar en estas condiciones a 378 conductores.
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A estos se les suman los 134 que prefirieron recibir la sanción más drástica a que les hicieran la prueba, lo que se cataloga como renuencia, según lo establecido por la llamada Ley Merlano, que es la Ley 1548 de 2012, en la que se reglamentaron las nuevas sanciones para los conductores que manejaran alicorados y que se bautizó así tras el escándalo del exsenador Eduardo Merlano ese año.
La ciudad con más conductores sancionados por embriaguez es Medellín, con 542 casos en los 100 operativos contra este tipo de infracción que realizó la Secretaría de Movilidad de Medellín.
Para este año se presenta una reducción en la cantidad de conductores sorprendidos en estas condiciones, ya que el año pasado, a la fecha, iban 565 casos en la ciudad.
Desde la Secretaría de Movilidad de Medellín indicaron: “Manejar después de ‘una copita’ puede parecer inofensivo, pero es un riesgo mortal. El alcohol reduce tus reflejos y aumenta el peligro en la vía. No pongas tu vida ni la de otros en juego. Te queremos vivo”.
Lo sigue Bello con 359 sancionados, Envigado con 163 e Itagüí con 131. El primer municipio por fuera del Valle de Aburrá con más multados es Rionegro con 53, seguido por La Ceja con 27 y Guarne con 23. En 55 municipios de Antioquia se ha sorprendido a por lo menos un conductor bajo los efectos del licor durante los primeros nueve meses de este año, de acuerdo con el Simit.
Si se comparan las cifras con las del año pasado, se presenta un incremento de 359 casos en la cantidad de conductores encontrados en esta condición.
Entre estos 1.652 conductores sorprendidos manejando alicorados, 26 son reincidentes, es decir, que recibieron en el pasado una sanción por manejar en estas condiciones y pese a las penalidades económicas y a la licencia de tránsito, los volvieron a sorprender manejando embriagados.
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Quienes han detectado la mayor cantidad de conductores embriagados reincidentes son las autoridades de Bello con siete casos, seguido por las de Envigado con seis y las de Medellín con cinco. En Barbosa se encontraron cuatro, en Itagüí dos y en Copacabana y El Peñol de a un conductor.
Cabe destacar que si hay reincidencia se suspende de manera definitiva la licencia de conducción, de acuerdo con la Ley Merlano.
Pero lo que más le preocupa a las autoridades es que este año los accidentes de tránsito en los que se vieron implicados conductores bajo los efectos del licor dejaron a ocho personas fallecidas en el departamento, de acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Uno de los casos más emblemáticos de este 2024 ocurrió el pasado 24 de marzo cuando en plena ciclovía de la avenida El Poblado venía caminando Tulia Cristina Mejía Molina, de 60 años, en compañía de dos amigas.
Cuando pasaban por la calle 17 sur, a la altura del barrio Santa María de los Ángeles, un carro se metió a esta ciclovía arrollándola y provocándole la muerte. Los agentes de la Policía Judicial de la Secretaría de Movilidad de Medellín realizaron la inspección y encontraron que el conductor, Pablo Gómez Osorno, de 23 años, manejaba en segundo grado de embriaguez.
Ante este fenómeno, Giovanni Arias, docente y consultor en Seguridad Vial de Medellín, explicó que “el fenómeno de la conducción de vehículos bajo el influjo de bebidas embriagantes es un problema grave que requiere la atención y la acción de toda la sociedad. Es fundamental seguir trabajando en la educación, la concientización y la implementación de medidas de control para cambiar la mentalidad de la sociedad y, en última instancia, salvar vidas en las vías”.