Si bien las explicaciones son varias, la razón que encabeza la lista del por qué Donald Trump ganó los comicios presidenciales del 2016 en Estados Unidos es sin duda su retórica antiinmigrante, que resonó con fuerza entre los votantes de ese ciclo electoral.
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Nadie olvida, por ejemplo, que las primeras palabras que usó el republicano al anunciar su candidatura fueron en referencia a los mexicanos, a quienes tildó de ser criminales y violadores sexuales que estaban invadiendo el país.
Ahora, ocho años después, Trump está de nuevo en la carrera por la Casa Blanca y, de ganar, será en gran parte por mantener el mismo discurso. Y es que, solo superado por el tema de la economía, el de la migración ha sido el eje central de su actual campaña.
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump en un mitin de campaña en Las Vegas, Nevada. Getty Images via AFPLa estrategia de Trump, por supuesto, no está anclada en un vacío. Encuesta tras encuesta han revelado a lo largo del año que la inmigración ilegal es uno de los temas que más preocupan a los estadounidenses.
En una encuesta reciente del Chicago Council on Global Affairs, más de la mitad de los sondeados sostiene que la cantidad de ilegales y asilados que están ingresando a Estados Unidos son una “amenaza crítica” para la estabilidad del país.
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En otra, de Gallup, el 55 por ciento afirma que les gustaría ver esos números reducirse (la cifra más alta desde 1992) y la mayoría dice respaldar dos de las propuestas más emblemáticas de Trump: el uso de las fuerzas armadas para custodiar la frontera y la construcción de un muro en la frontera con México. A eso se suma que casi el 45 por ciento de los encuestados son empáticos con sus planes de deportaciones masivas y encarcelamiento de migrantes en zonas de concentración.
Un discurso que cala aun cuando los datos y la realidad en el terreno hablan de una reducción significativa del flujo migratorio ilegal.
Desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca en enero del 2021 se han presentado números récord de detenciones en la frontera: más de 10 millones de personas, según datos de la Agencia para la Protección de Fronteras y Aduanas (CBP por su sigla en inglés) y la gran mayoría de ellos -hasta un 80 por ciento- han sido deportados, mientras que otro número importante permanece bajo arresto.
Desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca en enero del 2021 se han presentado números récord de detenciones en la frontera. AFPSin embargo, una cifra no determinada, pero en todo caso muy alta, ha logrado permanecer en el país debido a que las autoridades carecen del personal suficiente para procesar todos los casos o porque lograron evadirlas en los puestos fronterizos.
Durante meses, la situación generó una grave crisis no solo en los estados límite sino en muchas ciudades del país donde los migrantes fueron reubicados.
¿Qué hay detrás de la masiva ola migratoria rumbo a Estados Unidos?
Las razones tras esta oleada, que ha sido histórica, dependen de quién las enumere. Pero, hay coincidencias en que fue empujada por tres razones principales: la crisis económica que generó la pandemia del covid-19 en muchos países de la región, la inestabilidad política y represión en Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití; y la percepción de que con Biden en la Oficina Oval había más posibilidades de coronar el sueño americano.
Por supuesto, muchos de estos factores se escapaban del control de la administración, que intentó frenar el tsunami con una estrategia enfocada en la promoción de la migración legal y atacando sus causas profundas.
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El Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. EFEAnte el fracaso –los números siguieron por tres años consecutivos- Biden dio un giro hacia la mano dura en este 2024 que finalmente comenzó a tener impacto.
Por un lado, elevó los estándares para conceder asilo, y por el por otro, ordenó el cierre de la frontera si el flujo superaba más de 1.500 personas en un solo día.
Desde febrero, los números han venido cayendo de manera constante y hoy, según datos del CBP, se encuentran en el nivel más bajo en más de tres años: unas 159.000 personas detenidas en el último mes comparado con el pico de 370.000 que se reportó en diciembre del año pasado.
Pese a ello, la percepción de la mayoría de los votantes no ha cambiado y le critican a Biden -y a la vicepresidenta Kamala Harris- el mal manejo que le dieron a la crisis.
La campaña de desinformación de Trump y sus aliados
La percepción de que las cosas van mal en el control migratorio ha sido alimentada por una campaña de desinformación de Trump y sus aliados que ha tenido alto impacto.
En algunos casos con noticias falsas que fueron desacreditadas, pero que siguen vigentes en ciertos sectores del país. Como que los haitianos se comen los perros y los gatos en un pueblo de Ohio o que otros países están vaciando sus cárceles y hospitales psiquiátricos para mandarlos a Estados Unidos y hasta que a los inmigrantes los hospedan en hoteles cinco estrellas mientras a los veteranos de guerra se les deja en las calles.
De otro lado, la estrategia de Trump se concentra en responsabilizar a la migración de casi todos los problemas que existen en el país.
“Esta invasión migratoria masiva aplastó los salarios, colapsó los sistemas escolares y de salud, destruyó el nivel de vida y trajo crimen, drogas, miseria y muerte”, dijo Trump en un mitin en California hace algunos días.
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El expresidente de Estados Unidos y actual candidato presidencial republicano Donald Trump se retira tras hablar durante un mitin electoral en Coachella, California. EFEEl problema con estas acusaciones es que tampoco están basadas en la realidad. Aunque se trata de un tema complejo, la mayoría de los analistas coincide en que la inmigración no ha deprimido los salarios sino todo lo contrario.
Según un estudio reciente de la Universidad de California, de hecho, los salarios entre los más pobres o sin grado universitario se incrementaron entre un 1,5 por ciento y un 2 por ciento gracias al flujo de inmigrantes, sin que hubiese impacto alguno para aquellos con grado universitario.
Esta invasión migratoria masiva aplastó los salarios, colapsó los sistemas escolares y de salud, destruyó el nivel de vida y trajo crimen, drogas, miseria y muerte
Es más, de acuerdo con una columna de la economista Catherine Rampell en el Washington Post, y con la que coinciden otros expertos e informes, si Estados Unidos escapó a la recesión post covid fue, justamente, por el ingreso de inmigrantes que ampliaron la base laboral.
Según Rampell, además, los recién llegados no compiten por los mismos trabajos que los estadounidenses y antes copan franjas donde hay escasez, como la agricultura, la construcción y otros.
De hecho, la tasa de desempleo actual en EE. UU. (4,1 por ciento) es baja en términos históricos y el crecimiento de la economía estadounidense y la generación de nuevos empleos sigue siendo sólido.
Tampoco hay evidencia de que se esté presentado un crecimiento en las tasas de criminalidad por los migrantes -que antes han bajado, según el departamento de Justicia- o que cometan más crímenes que los nativos.
Por el contrario, las estadísticas indican que los inmigrantes tienden a cometer menos crímenes que los estadounidenses, en gran parte por temor a ser deportados.
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Caravana de migrantes que avanza hacia la frontera con Estados Unidos. AFP¿Qué hay de cierto en que los migrantes elevan la criminalidad?
Trump, además, viene desfigurando datos oficiales para sugerir que EE. UU. está sitiada por criminales violentos que merodean las calles.
Hace poco, el CBP publicó estadísticas sobre el número de inmigrantes que tenían cargos penales pendientes. Entre ellos identificó a 13.000 acusados de homicidio y que no estaban detenidos. Según el expresidente, 13.000 “asesinos” liberados por Biden.
Pero, la cifra era en referencia a inmigrantes condenados por homicidio en los últimos 40 años y tampoco sugerían que habían sido liberados, sino que no estaban bajo custodia del CBP, pero sí de otras agencias federales.
Como esta, se propagan muchas otras falsedades o verdades a medias.
En un mitin en Nevada, uno de los estados que puede definir estas elecciones, Trump dijo que las políticas de “fronteras abiertas” de Harris estaban destruyendo el sistema de salud y de seguridad social para las personas mayores porque la plata se estaba usando para ayudar a los migrantes. Lo cual tampoco es cierto, pues, por ley, los migrantes no reciben beneficios sociales, pero sí pagan impuestos que sirven para financiar la seguridad social.
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La vicepresidenta Kamala Harris en un acto de campaña en Georgia. AFPMás recientemente, en el marco de los estragos que dejó el huracán Helene, dijo que el gobierno no tenía fondos para ayudar a las víctimas debido a que el gobierno se había gastado todo el presupuesto pagando albergues para inmigrantes, cuando solo el uno por ciento del presupuesto de la agencia que se dedica a desastres naturales (Fema) se usa con este fin.
La perspectiva negativa sobre los inmigrantes puede conducir a violencia y persecución contra grupos étnicos
Si bien los medios y expertos se la pasan denunciando este tipo de mentiras, su impacto entre ciertos sectores de la población ha sido profundo.
“Cuando los políticos poderosos amplifican la desinformación, no sorprende que esta retórica se refleje en el público. Las investigaciones han encontrado que la información errónea sobre las comunidades de inmigrantes puede conducir a la promoción de representaciones falsas de los inmigrantes. Fomenta actitudes negativas y consolida los prejuicios contra estos grupos. Debido a la velocidad y el alcance de la desinformación en línea, la perspectiva negativa sobre los inmigrantes puede conducir a violencia y persecución contra grupos étnicos y políticas de inmigración que son dañinas”, decía al respecto un reciente informe del Centro para las Leyes y Políticas Sociales (CLASP, por su sigla en inglés).
En términos electorales, esta campaña de desinformación inclinará a que muchos votantes se inclinen por el líder que prometa "defenderlos", una apuesta que podría definir al próximo inquilino de la Casa Blanca.
SERGIO GÓMEZ MASERI - Corresponsal de EL TIEMPO - Washington
Sergio Gomez Maseri