El ejército israelí afirmó este sábado que el movimiento islamista libanés Hezbolá disparó cerca de 80 proyectiles contra su territorio, horas después de que Israel bombardeara objetivos militares en Irán.
“Alrededor de las 15H00 (12H00 GMT), cerca de 80 proyectiles disparados por la organización terrorista Hezbolá cruzaron de Líbano a Israel”, señaló un comunicado castrense.
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Por su parte, el movimiento islamista libanés Hezbolá afirmó que sí disparó cohetes hacia cinco zonas residenciales del norte de Israel.
El grupo proiraní aseguró en un comunicado que sus combatientes “dispararon salvas de cohetes” hacia cinco zonas residenciales del norte de Israel, incluyendo Krayot, al norte de Haifa.
Al menos 10 policías murieron el sábado en el sureste de Irán en un “ataque terrorista” ocurrido en una zona de tensión en Sistán Baluchistán, región fronteriza con Pakistán y Afganistán, informaron medios locales.
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“Diez personas murieron en un acto terrorista en el condado de Taftan contra vehículos de la policía”, anunciaron las agencias locales Mehr y Tasnim, sin dar detalles sobre el modus operandi de los atacantes.
Ningún grupo reivindicó por el momento el ataque, perpetrado a 1.200 kilómetros al sureste de Teherán, la capital.
La agencia oficial Irna, citando un comunicado de las fuerzas de seguridad, afirmó que “diez efectivos (policiales)” murieron en una “emboscada”.
Se trata de uno de los atentados más mortíferos perpetrados en la zona en los últimos meses.
Sistán-Baluchistán es una de las regiones más pobres de Irán. Allí vive una importante población de la minoría étnica baluchí, que practica el islam sunita, a diferencia de la rama chiita predominante en la República Islámica.
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En esta región se producen enfrentamientos recurrentes entre las fuerzas de seguridad iraníes, por un lado, y rebeldes de la minoría étnica baluchí, grupos sunitas radicales y narcotraficantes, del otro.
A principios de octubre, al menos seis personas, entre ellas policías, murieron en esta zona en dos atentados distintos.
El grupo yihadista sunita Jaish al Adl (“Ejército de la Justicia” en árabe), basado en Pakistán y activo en el sureste de Irán, reivindicó la autoría de ambos atentados.