Luigi Belvedere, conocido con el alias de “El colombiano”, el destacado jefe de la mafia italiana que era buscado en 196 países y al que las autoridades capturaron en los últimos días en Medellín, tenía una lujosa pizzería en Cartagena que usaba como fachada para esconder sus negocios criminales.
De acuerdo con fuentes policiales, este capo se encontraba operando en el país desde hacía varios años. Su detención se realizó en el marco de la operación Caronte, un esfuerzo conjunto de la Dirección de Inteligencia Policial, la Dijín, Interpol y agencias antidrogas de Italia y el Reino Unido.
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Belvedere, de 32 años, estaba acusado de ser el principal enlace entre narcotraficantes colombianos y la mafia italiana, facilitando el tráfico internacional de cocaína hacia Europa. Según las autoridades, su red era altamente sofisticada, utilizando embarcaciones para transportar grandes cantidades de clorhidrato de cocaína a puertos en España, Alemania, Holanda e Italia. “La droga era almacenada en embarcaciones y enviada a puertos europeos estratégicos, desde donde se distribuía a ciudades como Nápoles y Caserta”, explicaron las fuentes de la Dijín.
Durante su tiempo en Colombia, Belvedere evadió la justicia mediante tácticas avanzadas, alquilando apartamentos de lujo en Medellín a través de terceros. Se estima que pagaba más de 10 millones de pesos mensuales por cada uno, lo que le permitió mantener un perfil bajo.
Su captura fue facilitada por una foto que compartió en redes sociales en la tumba de Pablo Escobar, lo que llevó a las autoridades a rastrear su ubicación a través de la geolocalización.
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“Se estaba movilizando en Colombia con documentación fraudulenta, intentando pasar desapercibido, mientras buscaba establecer nuevas alianzas criminales para el tráfico de estupefacientes hacia puertos europeos”, señalaron las autoridades judiciales.
Sin embargo, más allá de su oscuro papel en el narcotráfico, Belvedere había establecido una lujosa pizzería en Cartagena, donde operaba como chef para no levantar sospechas. Este establecimiento se convirtió en un punto clave de su red de negocios, que incluía otros locales en la costa.
Las investigaciones sobre su pizzería y sus operaciones comerciales están en curso, con las autoridades indagando sobre un cambio de propietario que ocurrió poco después de su apertura. “El restaurante en Cartagena era solo una de las múltiples fachadas que utilizaba para enmascarar sus actividades ilegales”, dijeron fuentes de la Policía.
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Y es que la pizzería no solo servía como un frente para sus negocios ilícitos, sino que también le permitió integrarse en la comunidad local y crear una imagen de empresario respetable. Este enfoque le habría otorgado la posibilidad de blanquear dinero a través de las ventas del restaurante, atrayendo a clientes y convirtiéndolo en un punto de referencia en la ciudad.
La captura de “El colombiano” es parte de un esfuerzo más amplio para desmantelar redes de narcotráfico que operan entre Colombia y Europa. Recientemente, las autoridades también arrestaron a Gustavo Nocella, otro importante capo de la mafia italiana, en una muestra de la eficacia de la colaboración internacional en la lucha contra el crimen organizado.
El caso de Belvedere pone de manifiesto la complejidad del narcotráfico y la importancia de las alianzas entre países para enfrentar a estas organizaciones, ya que el trabajo conjunto entre las fuerzas de seguridad de Colombia e Italia ha sido fundamental para desarticular las operaciones de la mafia italiana en la región, evidenciando que el negocio de la pizzería de Belvedere es solo un ejemplo de cómo estos capos utilizan empresas legítimas para ocultar sus actividades delictivas.