Luego de que el pasado 23 de septiembre se diera a conocer unas imágenes en el que un ciudadano extranjero, al parecer estadounidense, intentara ingresar al edificio La Riviére, en el sector de Ciudad del Río, en Medellín, la administración de este conjunto residencial tomó una decisión contundente: prohibir radicalmente las rentas cortas.
Dentro de este complejo urbanístico de la comuna 14 (El Poblado), conformado por tres torres, cada una de 180 apartamentos de 1, 2 y 3 habitaciones distribuidas en 27 pisos, esta situación fue la gota que rebosó la copa, después de varias inconformidades de los residentes por los turistas que, además, generaban molestias por cuenta de las fiestas que realizaban en los apartamentos alquilados de manera temporal.
“Hechos como el consumo de servicios sexuales, tanto por adultos como en intentos de ingresos a la urbanización relacionados con menores de edad, un suicidio, fiestas descontroladas, y el consumo de sustancias alucinógenas, entre otros comportamientos reprochables, han erosionado la confianza en nuestro entorno y han afectado la tranquilidad y el bienestar de nuestros hogares”, señaló un aparte del comunicado firmado por el administrador de este complejo, Sergio López.
Ante este panorama, la administración, luego de sostener una reunión del consejo de administración el pasado 15 de octubre, tomó la determinación que a partir del 1 de noviembre se prohiben las rentas de arrendamientos por un periodo inferior a seis meses con el fin de proteger los derechos fundamentales de los residentes, quienes, según esta administración, se ha visto seriamente afectada por los comportamientos de estos inquilinos temporales.
“Estas conductas, muchas de ellas asociadas a la población flotante que accede a la urbanización mediante contratos de arrendamiento de corta duración, no solo representan una amenaza para los derechos fundamentales de nuestros hijos, sino que también impactan negativamente sobre el valor de nuestras propiedades y el tejido moral de la comunidad”, señalaron desde esta administración.
La situación que llevó a la administración de este conjunto residencial a tomar estas medidas fue reconocida por el propio secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, quien aseguró que este caso, en el que estaban el turista extranjero de 46 años con una menor de 16, fue alertado por los propios vecinos, en medio de las estrategias para frenar este delito, quienes indicaron que en pocos días se habían registrado, al menos, tres casos más de este tipo.
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“Se trataba de una menor de 16 años con un ciudadano extranjero de alrededor de 46 años. No se pudo constatar, según las mismas versiones de la menor y el material probatorio que se encontró en el lugar, que allí hubiera habido una relación sexual y que hubiese una transacción alrededor de una relación sexual”, señaló el secretario.
Esta determinación se toma con base en la normatividad de la vivienda turística, que está regulada en el Decreto 1836 de 2021 del Ministerio de Comercio, que exige que solo se puede permitir esta clase de arriendos en conjuntos residenciales únicamente si cuentan con la autorización en pleno de las administraciones de las propiedades horizontales, algo que sirvió de escudo a los de La Riviére para cerrarle la puerta a los extranjeros que estaban de paso y generando estragos en estos espacios.
Sin embargo, la problemática en este conjunto residencial no es nueva, puesto que desde el primer semestre del año pasado los residentes de La Riviére ya se venían quejando de estos comportamentos, por lo que en primera instancia estaban tomando la decisión de exigir que los arrendamientos solo podían ser superiores a los 30 días y que estos debían contar con el visto bueno de la administración, medida que era evadida por los arrendatarios, que ofrecían la propiedad por más tiempo, así esta se usara pocos días.
Esto no solución el problema de raíz lo que se estaba viviendo en este conjunto residencial, tal como lo publicó EL COLOMBIANO, el pasado 7 de octubre, cuando los residente de este edificio aseguraron que era frecuente ver a los extranjeros con mujeres jóvenes, algunas menores de edad, en las zonas comunes.
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“En La Riviére es evidente el turismo sexual, sobre todo en la Torre 3. Llegan esos tipos con niñas muy jovencitas, casi todas iguales: delgadas, muy pequeñas de estatura y de rasgos infantiles. Esos gringos bien viejos y hasta con dos niñas en las zonas comunes, incluso en las piscinas. Es algo asqueroso lo que estos tipos hacen”, comentó un vecino del edificio.
De hecho, otro vecino indicó que los controles que se hacían eran muy flexibles, lo que permitiría el irregular accionar de estos turistas, que va en contra de las políticas de la ciudad contra la explotación sexual, ya que todo se remitía a la petición de un documento de identificación para las visitantes, principalmente en casos de sospecha.
“La administración también dice que cuando hay sospecha los vigilantes van hasta el apartamento alquilado y verifican. Pero la verdad uno ve que esto ya es un asunto cotidiano. O sea es un control muy limitado y poco efectivo”, expresó en ese momento otro residente.
Esta problemática de las rentas cortas se vive en toda la ciudad, teniendo como eje la comuna 14 (El Poblado) donde solo allí hay listados 4.241 viviendas turísticas, a julio de 2024, de las 10.873 que hay en toda la ciudad, de acuerdo con las cifras entregadas por La Lonja Propiedad Raíz y por la Secretaría de Turismo de la Alcaldía de Medellín.
Sin embargo, pareciera que en Medellín se está registrando una reducción en el boom de este tipo de rentas, puesto que para el año pasado se contabilizaban 12.200 viviendas turísticas registradas, de las cuales 4.300 estaban en los conjuntos residenciales de El Poblado, la zona con más propiedades registradas para esta clase de arrendamientos.