En un encendido mitin en Nueva York, Donald Trump se lanzó con fuertes críticas hacia su rival, Kamala Harris. “Has destruido nuestro país. No vamos a seguir contigo, Kamala. Estás despedida, fuera, fuera”, gritó el expresidente ante miles de seguidores.
El expresidente dijo que Harris “ha perpetrado la más escandalosa traición contra nuestro pueblo”, según él, por “desplegar un Ejército de inmigrantes que está llevando a cabo una campaña de violencia y terror contra nuestros ciudadanos”.
En ese orden de ideas, Trump afirmó que invocará una ley marcial para deportar inmigrantes masivamente, porque el país está siendo “ocupado”. Algo así se hizo hace años durante la Segunda Guerra Mundial.
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“Vamos a acabar con la inflación rápidamente y vamos simplemente a hacer Estados Unidos asequible de nuevo”, aseguró Trump. Quien agregó que dejará de gravar las propinas, el pago de las horas extras y los beneficios de seguridad social de los pensionados.
Este 5 de noviembre, Estados Unidos decidirá si le da una segunda oportunidad a Trump o elige a Harris como la primera mujer presidenta del país.
Las elecciones de este año serán aún más movidas, teniendo en cuenta que no solo definirán al próximo presidente, sino que también renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 puestos en el Senado.
Los enfrentamientos en estas elecciones han estado bastante sujetos a las propuestas de ambos candidatos, como lo son el tema de la migración y el aborto. Desde que la Corte Suprema eliminó la garantía federal del derecho al aborto, este debate se ha vuelto controversial, teniendo en cuenta que en al menos diez estados, los ciudadanos decidirán si el derecho al aborto debe ser protegido.
Como siempre, la pelea dura se libra en los llamados “estados bisagra”: Michigan, Wisconsin, Nevada, Arizona, Pensilvania, Georgia y Carolina del Norte. Estos son los territorios que usualmente deciden las elecciones. Tanto Harris como Trump han enfocado sus campañas en ganarse el voto de estos estados, cruciales para lograr la mayoría de los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar la presidencia.
Con una población habilitada para votar de unos 244 millones de personas, se espera una participación histórica, como la registrada en las elecciones de 2020. De hecho, según el Pew Research Center, en esa jornada cerca de un 66% del electorado salió a votar, la mayor cifra registrada desde 1900.
El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos se enfrenta a una decisión histórica que podría redefinir el rumbo de la nación. Entre ataques, propuestas y debates, la cuenta regresiva ya está en marcha.