El hombre que en 2021 siendo concejal de Bogotá decía “jamás podemos revictimizar a las víctimas (...) la carga de la prueba no la tiene la víctima. Cero tolerancia contra el acoso sexual que han denunciado mujeres, menos viniendo de un servidor público”, es el mismo que en 2024 fue señalado de acoso sexual y cuestionó la versión de la mujer lo denunció.
Se trata del ex viceministro del Interior, Diego Cancino, nombrado recientemente presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), quien fue denunciado penalmente por Viviana Vargas, funcionaria de esa cartera. Según su testimonio, revelado por la revista Cambio, Cancino intentó besarla y tocar su cuerpo sin consentimiento en varias ocasiones el pasado 9 de octubre cuando ambos compartían un encuentro en el apartamento del ex viceministro.
“Ante esta situación reaccioné rá́pidamente quitándomelo de encima y frente a ello, él me tomó de las manos, me bajó de la silla de la barra en la que yo estaba e intentó besarme sin mi consentimiento. Yo lo alejé de mí y le dije que no deseaba ningún tipo de relación que no fuera política y/o profesional y que mi interés no iba más allá de eso, que por favor respetara dicho límite”, narró Vargas en su denuncia que ya interpuso ante la Fiscalía.
Horas después de la publicación, Cancino compartió un comunicado: “Estoy absolutamente convencido de que en ningún momento incurrí en ninguna forma de acoso sexual en el marco de un encuentro entre excompañeros”, refiriéndose a que después de que presuntamente intentó acosarla, Viviana Vargas llamó a dos amigos para que llegaran al apartamento de Cancino.
Este lunes, sin embargo, el exconcejal ratificó su defensa, pero dando explicaciones que no coinciden con las pruebas que expuso Vargas. “Acepto que estaba cortejándola y yo intenté y me acerqué a darle un pico, eso es totalmente cierto, ella dijo no, y me hice a un lado, pero eso no es un delito (...) ella tuvo todas las oportunidades de irse”, y narró que, según él, cuando llegaron los amigos de Vargas, pidieron una botella de whiskey y “hasta bailamos y cantamos Bella Ciao”.
Sin embargo, este lunes, en conversación con la periodista que reveló el escándalo, Silvia Charry, el ex viceministro amplió detalles diciendo que ese día Viviana Vargas “tuvo todas las oportunidades de irse”.
Pero en los chats revelados por la denunciante, Cancino se ve “arrepentido” cuando ella le expresa su molestia días después. “Perdóname. Mi comportamiento estuvo mal y claramente no debí haber actuado así. Te escucho y asumo las claridades que pones. Jamás voy a confundir los límites claros que me expresas. Eres una mujer y ser hermosa. Bondad y fuerza para transformar. Perdóname por favor. Te mando un abrazo”.
Las versiones del ex viceministro son contradictorias, pues en la entrevista de este lunes sugiere que algunos de los chats y llamadas no le aparecen igual en su celular. Al ser confrontado con los pantallazos de la presunta víctima, el funcionario respondió “tengo que revisar bien”.
El exconcejal, recién nombrado presidente de la SAE, confesó además que está en un tratamiento por alcoholismo desde que salió del Ministerio del Interior. A raíz de este escándalo, varias mujeres han denunciado públicamente que han sufrido comportamientos inapropiados por parte de Cancino (ver recuadro).
EL COLOMBIANO consultó con fuentes en Presidencia si el nombramiento en la SAE sigue firme tras este escándalo y dijeron que “el tema se está estudiando”. Pero los antecedentes indican que el presidente Petro, ante estos casos de funcionarios acusados de acoso y abuso sexual los deja en sus cargos: Armando Benedetti como embajador en la FAO y Hollman Morris en la dirección de RTVC son dos ejemplos.
Por los lados del partido Alianza Verde, la senadora Angélica Lozano, denunció que Cancino “además de acosador, promovió ataques misóginos contra mujeres del Partido Verde (...) Conociendo esto tan macabro de él, me di cuenta que es de género”.
Pero, ¿qué posición debería asumir el Gobierno que abanderó la causa feminista en las elecciones de 2022 con figuras como la vicepresidenta Francia Márquez?
Este diario conversó con Angélica Bernal, feminista y profesora en asuntos de género: “Si esa fuera la solución (sacar funcionarios acusados de acoso y abuso sexual) no quedarían hombres en el Congreso, ni en el Gobierno ni en los partidos políticos. Quienes hayan cometido delitos deben enfrentar la justicia y cargar con la responsabilidad que les corresponda”.
Para la experta, “en el país no ha habido una discusión pública acerca de cómo se perpetúa la idea de que abordar a una mujer implica que esta debe aceptar dichos avances y de hecho que debe sentirse halagada porque se confunde la conquista con el acoso y se ignora o minimiza el consentimiento. Parece que la socialización de los hombres pasa por aprender que detentan un poder que les autoriza a traspasar los límites de la integridad física de las mujeres. Esto es el patriarcado instalado en nuestra cultura y si eso no se cuestiona y no se nombra se va a seguir reproduciendo”.
Salvo el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, que se reunió con Vargas este lunes, y varias figuras del petrismo en el Congreso, ningún otro alto funcionario se ha referido a este escándalo. Críticos del Gobierno le recuerdan a Petro que en campaña portó en su cuello la pañoleta morada feminista, pero dicen que se la quitó cuando llegó al poder.
Además del testimonio de Vargas, la creadora de contenidos y escritora Alejandra Omaña, conocida como Amaranta Hank, expresó que tuvo “un día incómodo” por el comportamiento de Cancino.
“Le creo a Viviana Vargas en su denuncia a Diego Cancino. Le creo también a las demás mujeres que mencionaron que las acosó con mensajes y llamadas. De ninguna manera me considero víctima de él, pero sí pasé un día incómodo por múltiples llamadas que me hizo una madrugada. Le contesté un mensaje un sábado muy tarde porque me dijo que era algo importante lo que quería hablar conmigo. Entonces expongo esto para que sepan que su comportamiento era habitual con varias mujeres”, escribió Amaranta.
A esa publicación se sumó la de la periodista Natalia Martínez “Le creo a Viviana Vargas. El tipo me escribía a la 1 a.m. a decirme que si me podía hacer propuestas indecentes. Que nos viéramos”.