La Comisión Electoral Central (CEC) de Georgia anunció este martes 29 de octubre que efectuará un recuento de votos de las legislativas luego de que la oposición acusó de fraude a Sueño Georgiano, el partido ganador. La oposición proeuropea pide convocar a nuevas elecciones.
Con nuestro enviado especial en Tiflis, Andrés Mourenza.
La oposición de Georgia al completo ha anunciado que sus candidatos no recogerán el acta de diputado por considerar que los resultados de las elecciones del sábado, que revalidaron la mayoría absoluta del partido gobernante Sueño Georgiano, son un fraude.
También han exigido al Gobierno que convoque nuevas elecciones, pero bajo supervisión internacional ya que no se fían de la comisión electoral (CEC).
Los líderes de la oposición, más unidos que nunca, presentaron este plan ante decenas de miles de personas que abarrotaron la avenida Rustaveli de Tiflis y las inmediaciones del Parlamento.
Les había convocado la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, que también se niega reconocer los resultados electorales y ha tomado partido por la oposición, con lo que se abre un periodo de crisis constitucional y legitimidades enfrentadas.
“Las elecciones no fueron amañadas sólo el día de los comicios, sino también antes de las elecciones, por un gran desequilibrio de recursos financieros y administrativos. Considero que este proceso de falsificación no ocurrió sólo el día de las elecciones, sino mucho antes”, dijo al micrófono de RFI Nina Vaxanski, documentalista georgiana, quien participó en la protesta del lunes.
Visita de Orbán
Entre tanto, cada vez más países europeos exigen al gobierno de Georgia explicaciones e investigaciones transparentes sobre las irregularidades detectadas, que según una coalición local de observadores, afectaría a cerca de 200 colegios electorales que suman en torno al 10 % de los votantes.
De hecho, Suecia ha anunciado que rompe temporalmente toda relación con el gobierno georgiano, y Canadá afirma que valora hacer lo mismo.
Pero en la Unión Europea no todos piensan igual: el primer ministro húngaro, el ultraconservador y prorruso Viktor Orbán, que ejerce la presidencia rotatoria del Consejo Europea, visitó Georgia para dar su apoyo al gobierno de Sueño Georgiano, si bien el resto de autoridades europeas le han afeado la visita y han dejado claro que no habla en nombre de la Unión Europea.