Después de que el presidente Gustavo Petro aseguró que su antecesor, Iván Duque, supuestamente compró el programa Pegasus para espiar a los miembros de la oposición en campaña y a los jóvenes que participaron en las protestas de 2021, se desató en el país una cacería para dar con ese software desarrollado por la firma cibernética israelí NSO Group y cuyo nombre es el mismo de uno de los caballos más famosos de la mitología griega. Pegasus —asegura el mandatario— fue el que posibilitó que los denominados ‘petrovideos’ llegaran a los medios de comunicación, pero eso también pudo ser posible por un caballo de Troya en su campaña, que hoy, incluso, estaría trabajando en su Gobierno.
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Los ‘petrovideos’ recogen imágenes de reuniones privadas entre el entonces candidato Petro y otros miembros del Pacto Histórico como los hoy embajadores de Colombia ante el Reino Unido, Chile y la FAO, Roy Barreras, Camilo Guanumen y Armando Benedetti, respectivamente, en las que se habló de estrategias para atacar a otros candidatos presidenciales (“La línea ética se va a correr un poco”, dijo Guanumen) y hasta de algunos dineros que habrían entrado a la campaña y que no fueron reportados debidamente ante las autoridades correspondientes.
En ese momento, el candidato Petro aseguró que varios expertos contratados por su campaña establecieron que los videos no fueron grabados por alguien que estaba en las reuniones y que habrían sido tomados de forma clandestina. “Nosotros pusimos expertos de talla mundial a mirar el tema. Se metieron con los códigos fuente […]. Los videos tienen algo en común: todos son de la plataforma Zoom. Una interferencia ajena a las comunicaciones a través de la plataforma Zoom en Colombia, hecha siete meses profesionalmente. Eso no es una persona, pero hasta ahí llega el informe”, explicó.
El aspirante presidencial remarcó con énfasis en esa ocasión que no se trató de un caso de un caballo de Troya, es decir, de una persona que se hubiera introducido en su colectividad o en sus reuniones con la intención oculta de causar algún perjuicio. “La información está en una revista [Semana], pero no se ha querido publicar. Esa es la conclusión. Nosotros nunca grabamos nuestras reuniones. No hay nadie adentro de Colombia Humana que la haya entregado. Eso es mentira. La gente que nos rodea está comprometida con nosotros y no había forma de que eso pasara”, dijo. Admitir lo contrario hubiera sido desastroso para su entorno y su propósito.
Hace casi ya dos meses, el 4 de septiembre, el presidente Petro dijo en una alocución radiotelevisada que el gobierno de Iván Duque compró de manera irregular el software espía Pegasus, y desde entonces todas las autoridades involucradas buscan establecer de dónde salieron los once millones de dólares que habría costado ese programa y cuál sería el organismo de seguridad que lo tendría. Pese a que el mandatario ha avanzado entregando más datos, el esquivo ‘malware’, capaz de leer mensajes de texto, rastrear llamadas, recopilar contraseñas, rastrear la ubicación del teléfono y recopilar información de las aplicaciones, no ha sido ubicado.
NSO Group no ha explicado por qué le pusieron el nombre de Pegasus a su software de espionaje. El mítico caballo alado trascendió por, al ser corcel del dios Zeus, fue la primera cabalgadura que llegó a estar en el Olimpo y después, llevando en su lomo al héroe Belerofonte, hizo posible que este matara a la bestia de múltiples cabezas Quimera. El software Pegasus, en una analogía especulativa, enfrentaría hoy su propia Quimera, representada en la actualidad por el terrorismo y otros crímenes.
Con esta tecnología, las autoridades de inteligencia y aplicación de la ley de todo el mundo “han frustrado numerosos ataques terroristas, capturado y llevado ante la justicia a pedófilos, desarticulado organizaciones criminales y redes de narcotráfico, y liberado a víctimas de secuestro y trata de personas”, se lee en el informe de transparencia y responsabilidad de NSO Group del año pasado.
Sin embargo, la empresa israelí advierte que la naturaleza “altamente sensible y confidencial” de las operaciones de inteligencia y judiciales de los gobiernos soberanos “impide la publicación de detalles relacionados con estas ‘historias de éxito’”, lo que crea una “importante asimetría de información entre los beneficios derivados del uso de Pegasus y los posibles impactos adversos asociados con su mal uso”.
¿’Petrovideos’ surgieron por Pegasus o un caballo de Troya?
Pero, ¿fue el programa Pegasus el que posibilitó que los ‘petrovideos’ salieran finalmente a la luz pública? Por la publicación de esas piezas audiovisuales el presidente Petro relaciona el software espía con la revista Semana y su directora, Vicky Dávila, que asegura que no fue Pegasus, sino más bien, sin mencionarlo, una suerte de caballo de Troya el que le entregó los videos. Según la leyenda narrada por Homero en ‘La odisea’, los griegos metieron dentro de un caballo de madera un comandado liderado por el héroe Ulises (Odiseo), única forma de ingresar a la ciudad del rey Príamo y de ganar la guerra.
Por analogía y extensión, hoy también se conoce como caballo de Troya a la persona que está furtivamente dentro de una organización y en sus reuniones para perjudicarla. Ese es el tipo de fuente que, según Dávila, le entregó a ella los ‘petrovideos’. Desde cuando prepararon las portadas sobre el explosivo tema, ella ha dicho que esa persona que les entregó los videos es del partido del presidente Petro y hoy trabaja en su Gobierno. “Es de la Colombia Humana […], es una persona ética de izquierda que se asqueó de ver todo lo que estaban haciendo en la campaña de Gustavo Petro y consideró que eso lo tenía que conocer el país, y nos buscó”, dijo Dávila en Caracol Radio.
“¿Y qué tiene que hacer un periodista? ¿Qué querían: que yo cogiera los ‘petrovideos’ y los guardara debajo de la mesa o se los llevara al entonces candidato Gustavo Petro para quedar bien con él porque iba a ser el nuevo presidente?”, se preguntó Dávila en esa emisora. “No. Yo me niego a hacer eso. Uno siempre tiene que hacer lo que le toca hacer y no lo que le conviene hacer. Y yo hice lo que me tocaba hacer: publicar. Los ‘petrovideos’ no tienen nada que ver con Pegasus”, recalcó, y recordó que las reuniones por Zoom que hacían en la campaña las grababan. “Participaban muchas personas en diferentes lugares, incluso había asesores fuera del país”.
Según Dávila, su fuente, “asqueada, dijo ser testigo de todo lo que estaba pasando y decidió entregarle eso a Semana. Yo los recibí, hablé ocho días por WhatsApp con esa persona. Me entregó todo. Pero no tiene que estar en pánico, porque yo, con mi propia vida, voy a reservar esa fuente y voy a defenderlo. Yo tengo la tranquilidad de que sé quién es, sé dónde está: hoy está trabajando en el Gobierno. Sé quién es, y yo le digo a esa fuente: puede estar tranquila, no se preocupe. Yo voy a cumplir con mi deber ético de periodista y su nombre siempre va a estar resguardado”.
Con las denuncias del presidente Petro de las últimas semanas, Colombia se ha metido en la discusión de si los ‘petrovideos’ vieron la luz pública con Pegasus o por un caballo de Troya. Pero, en el fondo, eso no es tan significativo. De hecho, el mandatario ha expresado que para él importa más el contenido que las formas. El país espera explicaciones sobre lo que ocurrió y se dijo en esas reuniones de la campaña Petro presidente, ya sea que esas explicaciones vengan en un caballo alado, dentro de uno de madera, o a pie.