Un extraño caso mantuvo en vilo varios días a los residentes del barrio Cuatro Esquinas, en el municipio de Rionegro, Oriente antioqueño. El hecho ocurrió en la madrugada del pasado 24 de octubre, cuando una mujer adulta mayor salió al patio de su casa para alimentar a su gato y se encontró con una escena terrorífica.
En la mitad del patio, la mujer encontró la mitad del cuerpo mutilado de un animal, con señales de haber sido brutalmente destrozado, y sin cabeza ni la mitad del tronco. Alarmada por el hallazgo, y sin saber de dónde había aparecido esa mitad de animal destrozado, la mujer dio aviso a las autoridades.
Inicialmente, se pensó que el cuerpo mutilado pertenecía a un perro. Sin embargo, la Policía Ambiental se percató inmediatamente que se trataba de una cría de una chiva de raza alpina.
No obstante, la certeza de qué tipo de animal era no esclarecía en absoluto cómo hizo para llegar hasta el patio de esa casa ni qué intenciones tenía quien lo había puesto allí. Eso alimentó el temor no solo de la mujer sino también del sector y empezaron a surgir hipótesis sobre supuestas advertencias macabras o ritos satánicos, a propósito de la proximidad de Halloween.
Finalmente, la propia policía esclareció el asunto para tranquilidad de la mujer y de los vecinos. La pequeña chivita pertenecía a una finca cercana hasta donde llegó el pastor alemán de un vecino, atacó al animal, lo destrozó y tras mutilarlo ingresó al predio de la mujer y allí dejó abandonado la mitad del cuerpo.
Las autoridades encontraron tanto al propietario del perro como a los del animal muerto y mediaron para que entre las partes llegaran a un acuerdo. El dueño del canino se hará cargo económicamente para compensar el daño y se comprometió a tomar medidas con el perro para evitar que vuelva a cometer ataques similares contra otros animales o incluso contra niños y personas.
Aunque el desenlace disipó temores, evidenció una problemática grande en zonas rurales por cuenta de la mala tenencia de animales de compañía como perros y gatos, pues según las autoridades ambientales es común que ataques cometidos por perros y gatos a animales de granja como gallinas, cerdos, pollos, ganado, entre otros, terminen siendo achacados a animales silvestres como zorros perros y algunos otros carnívoros que, todo lo contrario, evitan al máximo tener contacto con humanos y prefieren cazar su alimento en sus propios hábitats. Por eso el llamado a las personas que habitan zonas rurales y tienen mascotas para que eviten dejarlos deambular solos por bosques y zonas donde puedan generar todo tipo de afectaciones.