Diego Zapata Córdoba es un economista con una amplia experiencia en temas de transporte y movilidad, pero es también un vecino del barrio Conquistadores que vive feliz en su casa hasta que llega diciembre y al sector llegan miles de visitantes y comerciantes de toda la ciudad y el país para ver los tradicionales alumbrados navideños.
Por eso ha trabajado en una propuesta no solo para su barrio sino para la ciudad que consiste en que los alumbrados del río se trasladen para otra zona, como los bajos del metro, entre las estaciones Industriales y Universidad, donde hay más espacio, mejor acceso al transporte público, es más central para las personas que viven en las laderas y no es un lugar residencial, por lo que las alteraciones sobre la tranquilidad de los vecinos es menor.En contexto: Más de un millón de personas han ido a los Alumbrados de Medellín
En un texto publicado en la plataforma Medium, Zapata expone los argumentos que ya ha compartido con sus vecinos y, según dijo, hasta con el propio gerente del Metro, Tomás Elejalde, en un encuentro que tuvieron hace días en el marco de la COP16.
Lo primero que señala Zapata son los cambios que sufren los habitantes de Conquistadores en épocas navideñas: las calles se llenan de carros mal parqueados, el ruido se dispara hasta muy tarde en la noche, hay caos y congestión en la movilidad, aumentan los residuos, llegan comerciantes que desbordan la capacidad del lugar y tras de ellos algunas estructuras ilegales (los combos) que se lucran de la extorsión. “Diciembre en Conquistadores es ruido y desorden”, señala.
Además, el economista resalta que con los alumbrados sobre el río, como se hace actualmente, se afecta drásticamente la movilidad sobre la avenida regional, que es el principal corredor logístico no solo municipal sino nacional que atraviesa a la ciudad.
Otro de los argumentos es el evidente riesgo que implica que no solo los alumbrados sino que miles de personas confluyan al mismo tiempo alrededor del río, pues la exposición a un accidente o desastre ambiental es alta, más en una ciudad como Medellín, donde las lluvias amenazan constantemente los cauces de los cuerpos de agua.
Por ejemplo, en los primeros días de enero del 2023 (alumbrados del 2022), una creciente del río se llevo algunas estructuras de los alumbrados que estaban sobre el agua, días después de que un aguacero tumbara algunas de las estructuras que estaban en tierra y dejara a 10 personas afectadas.
Entérese: 10 heridos tras caída de una de las estructuras del alumbrado del río Medellín
A esto se suma que el sector de Parques del Río, donde se han instalado en los últimos años los alumbrados, no es propiamente un lugar central ni de fácil acceso en transporte público, especialmente para los habitantes de la zona nororiental de la ciudad, que es donde más gente vive.
Por todo lo anterior, Zapata y algunos de los vecinos con quienes ha compartido la idea, proponen que los alumbrados de diciembre sean trasladados para el viaducto de la línea A del Metro, entre las estaciones Industriales y Universidad.
“Aunque de entrada suene radical, las ventajas superan por mucho los inconvenientes, y las bondades de esta propuesta son múltiples”, afirma Zapata.
La defensa de su propuesta es que este espacio es mucho más amplio para la cantidad de personas que visitan los alumbrados, pues sería un recorrido de casi cinco kilómetros, cuando el que hay actualmente no supera ni los dos kilómetros.
Además el acceso sería mucho más fácil y promovería el uso del transporte público, especialmente del metro, lo que podría además significar un aumento en los usuarios y en los ingresos del sistema en una época donde suelen caer, pues la gente está de vacaciones. Además, sería un lugar mucho más central para las personas que viven en las laderas de la ciudad.
Esto sumado a que la zona aledaña no es tradicionalmente residencial sino comercial, por lo que, por un lado los comerciantes podrían verse beneficiados y, por el otro, hay menos vecinos impactados por las externalidades negativas de un evento de esta magnitud.
Sin embargo, asegura Zapata, el impacto más grande sería sobre el centro de Medellín, una zona a la que esta administración (como casi todas las que le precedieron) ha prometido “recuperar”.
El corazón de la ciudad, que recibe más de millón y medio de viajes diarios, se revitalizaría en las noches de diciembre con un corredor iluminado que uniría hitos como el Cementerio San Pedro, la Plaza Botero, el Parque de los Deseos y la Iglesia del Perpetuo Socorro, dice Zapata.
Parte de ese “recuperar” del que han hablado los políticos, consiste precisamente en darle vida nocturna a un espacio en el que en las noches espantan.
Además, la avenida Bolívar, por donde pasa el metro, no tiene en las noches un flujo de vehículos como la regional y la zona, a diferencia de Conquistadores, está plagada de parqueaderos.
“Reimaginar los alumbrados en el viaducto del metro no solo abordaría las complicaciones logísticas que se han acumulado a lo largo de los años; propiciaría una transformación necesaria. El espacio público, en su esencia, es el telón de fondo de nuestras tradiciones; Navidad y diciembre merecen un escenario que trascienda el caos y promueva una experiencia verdaderamente inclusiva, cómoda y sostenible. Estamos a tiempo de transformar esta celebración en un reflejo de la ciudad en la que deseamos vivir”, concluye este experto en movilidad.
Consultamos a EPM sobre si han contemplado la posibilidad de trasladar los alumbrados navideños, pero hasta el cierre de este artículo no hemos recibido respuesta. De cualquier manera, estas páginas quedan abiertas para que siga el debate.Siga leyendo: En Montebello, Antioquia, se adelantó la Navidad por una buena causa