El poderoso senador de Córdoba, José Elías Chagui, estuvo visitando la oficina en la Casa de Nariño de Jaime Ramírez Cobo. La visita no tendría nada de extraño si no fuera porque ambos protagonizan el escándalo más grande del Gobierno Petro que es de la UNGRD.
Como lo reveló EL COLOMBIANO, Jaime Ramírez es la mano derecha de Laura Sarabia; amigo personal suyo desde hace varios años (trabajaron juntos en el Congreso y es amigo a su vez de su pareja) y quien tiene una de las funciones clave de Presidencia en el relacionamiento político. Ese cargo, que ha existido desde hace varios gobiernos, es el que se encarga de organizar la estrategia frente a los congresistas para que los proyectos de la administración pasen en la Cámara y en el Senado. El trabajo se hace de la mano del ministro del Interior y sus asesores.
El nombre de Ramírez apareció en el escándalo por unos chats en los que se mencionaba a él y a su pareja Daniela Andrade por supuestamente tener prebendas con congresistas en el desarrollo de su cargo. Eso nunca se probó y él mismo desestimó los chats como calumnias. Pero la historia es más compleja.
Ramírez sí aparece en unos chats que Sneyder Pinilla aportó a la Fiscalía en los que se evidencia que el asesor le pidió en noviembre al exsubdirector de la UNGRD gestionar con urgencia tres contratos para Córdoba, Bolívar y Arauca que se necesitaban para que no se “cayeran los créditos de la nación”. De acuerdo con los chats, el propio Ramírez le envió una matriz con los tres contratos para los municipios específicos por un total de 92.000 millones de pesos. Esos contratos tenían el fin de que congresistas de la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público dieran el visto bueno para unos créditos con los que el ministro de Hacienda buscaba alivianar la deuda. Por esos chats, en los que también participó el ministro Ricardo Bonilla de manera directa, la Fiscalía le abrió una investigación en la que no ha habido ningún avance.
Pero esos no eran los únicos contratos. Pinilla también le entregó a la Fiscalía y a la Corte otros chats reveladores en los que tuvo una conversación directa con José Elías Chagui. Los chats son de febrero y además hay evidencia de por lo menos una llamada telefónica. Unos días antes del 05 de febrero, Chagui llamó al exsubdirector y este último le contestó. “Estoy en PMU senador”. Chagui le dijo: “tranquilo, era para comentarte q acabo de salir de reunión con ministro interior. En la tarde hablamos. Abrazo! (SIC)”.
El 05 de febrero, Chagui lo volvió a llamar pero no hubo respuesta. Luego le escribió: “Hola! Buenas tardes Dr. Cómo está? Cuando pueda me regala una llamada”. Hay pruebas de que en efecto se generó una llamada de un minuto en el chat y, tras colgar, el senador cordobés le preguntó a Pinilla cómo se llamaba “el proyecto”.
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Pinilla le contestó: “El tuyo”? Y el senador respondió: “Si. Que el ministro va para hacienda hacer eso. Me lo pidió (SIC)”. Se refería al entonces ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. En la conversación aparece después un documento en formato pdf que envió Pinilla llamado presupuesto proyecto.
No es lo único. Por ese chat entregado a la Corte Suprema el alto tribunal decidió abrir una investigación contra Chagui, igual que contra otros congresistas aún indagados. Pero hace solo unos días se conoció que Olmedo López, al igual que Pinilla, entregaron su celular a la Fiscalía para que sea evaluado técnicamente. Además de esa prueba, López le dio al ente acusador una nueva matriz en la que aparecen más de 20 nombres sobre los que ha estado contestando en interrogatorios y seguirá testificando. Allí aparece el de Chagui.
José Elías Chagui, de La U, es un congresista de Cereté sin estudios profesionales, primo de la exsenadora Ruby Chagui y del núcleo de esa familia que tiene relevancia en Córdoba. Ruby trabajó como jefe de prensa del expresidente Álvaro Uribe y fue muy cercana a él hasta que se hizo congresista el periodo anterior. Quien heredó su poder en el Congreso actual fue José Elías aunque no se le conocen muchas posiciones contundentes frente a los temas de mayor exposición en el parlamento.
El COLOMBIANO envió un derecho de petición a Presidencia en el que aparecen las visitas a Jaime Ramírez Cobo de parte de varios congresistas durante los meses en los que los contratos de la UNGRD se estaban decidiendo. En la respuesta aparece una primera visita el 15 de mayo de este año a las 11.50 am hasta las 12:59 pm, una hora. Para el 15 de mayo aún su nombre no era público en el escándalo.
La mención de su nombre en los chats de Pinilla apareció por primera vez el 21 de mayo, es decir seis días después de su reunión con Ramírez Cobo; ambos tienen una relación directa en el escándalo. Luego aparece otra el 13 de junio del mismo año a las 11:26, un mes después, de que ya se conocía su participación en el caso UNGRD y la indagación de la Corte Suprema. Esa visita no tiene hora de salida.
Este periódico buscó a Chagui para una respuesta pero el senador no contestó. El documento es clave porque queda la pregunta de qué temas abordaron los dos hombres involucrados en el caso antes de que el nombre de ambos se hiciera público.
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El congresista ha contestado que se trataba de una gestión legítima y legal para una obra de infraestructura en Sahagún. Pero no se conocen más detalles sobre qué tipo de contrato, cuáles contratistas y por qué monto. Es claro que Pinilla le envió un documento en PDF con la estructuración de un proyecto, lo que parece no tener relación con las funciones como congresista de Chagui. Y al mismo tiempo no se entiende por qué se menciona el nombre del ministro del Interior en la intermediación.
A pesar de que Olmedo López y Pinilla ya confesaron ser responsables y entregaron los nombres y pruebas en varios casos, no ha habido ninguna decisión ni de la Fiscalía ni de la Corte. La falta de avances en la investigación que más extraña es en el expediente de Sandra Ortíz, la exalta consejera para las regiones. Ella fue mencionada por ambos testigos como la supuesta “mensajera” que tenía la misión de entregarle 3.000 millones de pesos al expresidente del Senado, Iván Name. Fue varias veces a la Fiscalía y guardó silencio. Pero hasta hoy no hay ninguna acción en su contra.