Las acusaciones contra Hollman Morris no son solo de acoso sexual. En RTVC, el medio del que es presidente tras la salida de Nórida Rodríguez hace siete meses, hay un reproche silencioso de periodistas del servicio informativo a su labor, además de incomodidad e incertidumbre que ellos mismos califican como censura. Pero esta no es la primera vez que ocurre con las gerencias de Morris en medios de comunicación.
En julio de 2014 una noticia local se volvió nacional y los noticieros le dieron eco por la relevancia del debate periodístico. El reconocido periodista Mauricio Arroyave había decidido renunciar a su cargo como director de El Primer Café, el espacio más influyente de Canal Capital de entonces. Arroyave dijo de frente que Hollman Morris lo censuraba y que había decidido enviar a un “delegado administrativo” para estar al tanto de los contenidos que iba a sacar al aire y aprobarlos.
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“Hubo una serie de discusiones. Terminó la segunda ronda electoral y ganó Juan Manuel Santos y en El Primer Café decidimos invitar al concejal progresista Carlos Vicente De Roux para que nos diera su análisis de las elecciones. Hollman me llamó a su oficina y me preguntó que quién había tomado la decisión de invitar a Carlos Vicente De Roux, me cuestionó que de quién había sido esa idea. Yo le informé que había sido una decisión del consejo de redacción y su respuesta fue: no señor, Carlos Vicente De Roux no es un amigo nuestro, no es amigo de Canal Capital. Necesito que entrevistes a concejales que son amigos de Canal Capital. Quiero que de aquí en adelante todos los invitados y las orientaciones de las entrevistas las apruebe yo personalmente”, puntualizó Arroyave en Blu Radio en 2014.
Tras la renuncia de Arroyave, el periodista Manuel Salazar, uno de los más sonoros en Bogotá, hizo lo mismo. Salió del programa y acusó a Hollman Morris de censurarlo.
“Yo renuncio en solidaridad con Mauricio Arroyave. Va el alcalde Petro a una entrevista y yo le estoy haciendo preguntas, la que nos hacemos todos los ciudadanos, y el alcalde no estaba incómodo. Pero Hollman sí y entonces por interno me dice que por qué le hice esa pregunta y me corta el micrófono. Me censura cuando no puedo entrevistar a Luis Felipe Henao, me censura cuando no puedo entrevistar a Clara López, me censura cuando se pone bravo porque va Carlos Vicente De Roux”, agregó Salazar.
Luego de 10 años desde ese cargo de administración de un medio de comunicación público, no ha cambiado mucho para Morris.
RTVC se convirtió en un portavoz oficial del Gobierno que además usa recursos públicos para hacer investigaciones periodísticas que siempre tienden a replicar la línea del presidente o a afectar a quienes son vistos como “enemigos” del mandatario.
El medio público realizó un contrato con la Revista Raya, que reveló el escándalo de Pegasus, por 480 millones de pesos para siete meses y tiene el objetivo de hacer la coproducción de un programa llamado Señal Investigativa.
Este se emite en Señal Colombia todos los domingos. Algunos de los títulos de las investigaciones son los siguientes: “La caída del fiscal estrella de Francisco Barbosa”; “la plata desaparecida de Electricaribe”; “habla el abogado que señaló un plan para atentar contra el presidente”; “amenaza a Barbosa, las pruebas de una noticia falsa”; “encubrimiento a exfuncionarios de Duque en corrupción las marionetas”; “qué hay detrás de los alfiles políticos del Consejo Nacional Electoral”; “el nuevo rumbo del caso Odebrecht en Colombia, lo que ocultaron las fiscalías”.
Hasta ahora no existe una sola investigación sobre el poder del Gobierno que tiene varios escándalos de corrupción en desarrollo. Pero esa no es la única estrategia con la que Morris convirtió a RTVC en el segundo experimento de lo que sucedió con Canal Capital en la administración Petro. “Nos censuran a todos los invitados que proponemos que no sean de esa línea”.
Uno de los aciertos de Morris es que ha logrado darle relevancia a productos específicos en los que ha puesto todo el énfasis. “El Calentao”, que se emite en las mañanas, “Noches de opinión” y el noticiero que se emite en televisión en las franjas del medio día y la noche son sus productos centrales.
En esa apuesta, Morris le ha quitado toda la relevancia a Radio Nacional en Bogotá, que es una emisora histórica en Colombia con una penetración regional con 68 frecuencias y 25 emisoras en ciudades, y que además desarrolló tradicionalmente un enfoque cultural.Morris, a diferencia de lo que pasó en Canal Capital, ya no es quien veta personajes o dice de qué se puede hablar o de qué no.
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“Él ha puesto unos censores, que son personas de toda su confianza en varios de los contenidos estratégicos y son los que nos dan sus mensajes y nos dicen a quién sí podemos invitar”, dijo una de las fuentes.
Justamente, uno de esos “censores”, como los llaman los empleados, es Pablo Bastidas, un periodista que ha trabajado con Morris desde hace varios años. Meses atrás hubo un episodio que recuerda la experiencia de Arroyave y Salazar en Canal Capital.
“Propusieron a Juanita Goebertus, la directora de Human Rights Watch para América Latina con el fin de hablar de Derechos Humanos en la región. La invitada iba a estar para el engranaje de El Calentao y Radio Nacional y Bastidas inmediatamente lo negó”.
El episodio generó la molestia del profesor Mauricio Jaramillo, quien se ha convertido en el “anchor” más influyente de RTVC porque está alineado con el Gobierno y cuestiona a los medios tradicionales en columnas y sus trinos personales.
Según relataron cuatro fuentes más, Jaramillo se dio cuenta de que habían vetado a Goebertus para el programa de la mañana y tuvo una discusión dura con Bastidas, con quien ha tenido otros desacuerdos notorios.
Finalmente Goebertus salió por petición de Jaramillo y contra la decisión de Bastidas. Otra situación similar ocurrió con la propuesta de invitar a Ronald Rodríguez, director del observatorio de la Universidad del Rosario, para hablar sobre la situación electoral en ese país. Bastidas también lo negó y no salió.
Además de los vetos a quienes puedan tener alguna línea crítica contra el presidente, lo que sí ocurre es que los invitados de ese fragmento suelen ser políticos que ratifican las ideas o las apuestas de Petro y Morris sin contradictores.
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En las últimas semanas han entrevistado a Clara López, el sindicalista Fabio Arias de la CUT, Gloria Flórez y Esmeralda Hernández, del Pacto, y Heidi Sánchez, concejal de Bogotá. En este último caso las fuentes aseguraron que hay una orden para cuestionar al alcalde Carlos Fernando Galán en cada oportunidad y los periodistas del informativo tienen la misma instrucción.
Tele Hollman
La otra preocupación de los empleados de RTVC con los que habló este diario es que las plataformas del medio público se han empezado a usar para que Morris figure. Eso ocurre en las emisiones al aire pero también en los “posts” y las descripciones de las cuentas de Instagram, X, y Facebook. Por ejemplo, el viernes pasado la cuenta oficial de Radio Nacional en Instagram publicó seis posts de Hollman Morris.
Había reels del gerente en la calle saludando personas y hasta imágenes repetidas sobre la inauguración de una sede en Cali, lo que en estrategia digital es una mala práctica porque se pierde interacción con las audiencias.
Un desprevenido pensaría que se trata de la cuenta personal de Morris y no la de una radio nacional pública enfocada en cultura.
“Siento que los medios públicos se convirtieron en replicadores de Hollman y del presidente y no están para eso”, dijo una fuente adentro.
En esa línea, Morris ha usado las emisiones al aire para cuestionar a otros medios de comunicación como Caracol Radio o Infobae. Pero hay una alerta más.
“Estamos muy preocupados por lo que va a pasar el próximo año que es de campaña electoral, porque en las administraciones anteriores invitábamos a todos los candidatos y les dábamos el mismo tiempo. Es muy grave que RTVC se convierta en un instrumento de campaña para el Gobierno”, agregó otra persona en condición de reserva.
En las reuniones generales con la redacción de periodistas Morris ha dicho que RTVC es un medio de puertas abiertas y que no hay censura.
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Pero la verdad es que, como le dijo a Arroyave en 2014 en Canal Capital, lo que hace es emplear a sus delegados para que sean ellos los censores. “No es solo Bastidas. Hay uno en el noticiero de televisión y otras personas de toda su confianza que son las que dan la línea. Nos está usando para sus guerras personales. Como periodistas no estamos acostumbrados a eso y esa no es nuestra labor”, señaló otra fuente.
El famoso “stand by”
Otra de las constantes es la sensación de maltrato laboral e incertidumbre. El presidente Gustavo Petro puso un trino la semana pasada cuestionando una supuesta “masacre laboral” por el Grupo Prisa tras una operación de alianza con Canal Uno que, dijo, no había sido autorizada por el Gobierno. Pero lo que está pasando en RTVC también podría ser de estudio para los movimientos sindicales. En Radio Nacional la sensación es de desmantelamiento.
“En total había al inicio de año tres editores de noticias y siete reporteros, más cuatro periodistas de la mesa del noticiero en la mañana. Algunos periodistas se fueron en el transcurso del año y no autorizaron reemplazarlos. Hasta hace poco quedaban dos editores y ningún periodista en Bogotá”, dijo una persona que vivió la situación de manera directa.
La mayoría de contratos son por prestación de servicios y, cuando se acaban, lo que hace Morris a través de sus gerentes en cada medio es no renovarlos y dejarlos en “stand by”.
Los periodistas, editores y productores dejan de trabajar esperando incluso por meses que les confirmen o no la continuidad y a los que sí tienen contrato los cargan con el trabajo de los que pararon.
Durante la COP 16 en Cali hubo productores que trabajaron desde las 6 de la mañana hasta la media noche sin parar, de acuerdo con chats conocidos por este periódico. Lo mismo ha ocurrido en el área administrativa.
Incluso, en las últimos días empezó a circular una carta anónima que escribieron personas de esa vertical acusando a dos funcionarias cercanas a Hollman de maltrato laboral y de, como dijo el presidente, “una masacre” por la falta de renovación de contratos.
Esta situación no es para todos los trabajadores. A quienes se han plegado a ese modelo les ha ido bien. Uno de los coordinadores digitales tiene una cuenta de Instagram que se llama “Peñalosadas” y en X defiende a Morris y cuestiona a periodistas de medios tradicionales de manera permanente.
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El presidente del medio les ha dicho a los periodistas que tienen que defenderlo porque “RTVC paga la lonchera de todos, no solo la mía”. Han llamado a periodistas que tienen influencia en sus redes para pedirles de manera clara que publiquen trinos en defensa de Hollman cuando este tiene alguna controversia pública.
“A mi nunca me habían pedido eso y me parece muy incómodo”, dijo una fuente más, pero la molestia por esas solicitudes es general.
En conclusión, el modelo de Canal Capital es el imperante hoy en el medio del Estado, es decir de todos los ciudadanos. Este es, según sus propios trabajadores, el de vetos, censura y el uso de las plataformas del conglomerado para el beneficio personal de Morris y la defensa de frente de la línea del presidente Petro. EL COLOMBIANO le envió un cuestionario puntual al presidente de RTVC pero hasta el cierre de esta edición no contestó.
Una de las fuentes termina su relato con este diario con el siguiente interrogante: “¿Esto es un medio de comunicación de Hollman Morris o es un medio de comunicación de los colombianos?”.