El sacrificio de Peanut, la famosa ardilla de las redes sociales, ocurrido en Nueva York, Estados Unidos, ha propiciado un duro debate en redes sobre los derechos de los animales silvestres rescatados y adoptados para la tenencia doméstica.
El frenesí, al parecer, fue aprovechado por la campaña del candidato republicano Donald Trump, quien rechazó la muerte de la pequeña estrella animal a manos de las autoridades ambientales. O al menos así se veía en un comunicado que supuestamente firmó la campaña. Lo que más tarde habría sido aclarado por tratarse de un supuesto “fake news”, según el famoso portal TMZ.
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“Las autoridades de Nueva York, bajo su terrible gobernador, se esforzaron más en encontrar y eliminar a una ardilla que era inocente que en controlar a los inmigrantes ilegales que han inundado su estado”, se lee en el comunicado firmado supuestamente por Donald Trump.
A raíz de esto, usuarios colmaron las redes sociales de imágenes creadas con inteligencia artificial (IA) del candidato con ardillas y mapaches, provocando además una oleada de opiniones, debates y discusiones.
“Si Peanut hubiera podido decirles que era de México, lo habrían enviado en su camino y le habrían dado una habitación de hotel y una tarjeta de regalo de 500 dólares; en cambio, le quitaron la vida”, se lee en otro aparte del texto que se viralizó en redes y que es atribuido al candidato Trump.
Sin embargo, el comunicado no fue publicado en ninguna red social oficial de la campaña, por lo que no hay certeza acerca de su veracidad.
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Lo que sí es cierto es el movimiento ciudadano que se ha levantado a raíz del sacrificio de la ardilla, cuyo dueño confirmó que fue confiscada por el Departamento de Conservación Ambiental y posteriormente sometida a eutanasia junto a Fred, un mapache, luego de realizarles pruebas de rabia.
Mark Longo y su esposa, dueños de Peanut, expresaron su profundo dolor en un video publicado también en redes sociales. A través de un emotivo contenido, en el que aprovecharon para mostrar varios momentos compartidos con la ardilla, agradecieron a su mascota por “los mejores siete años de su vida” y lamentaron no haber podido protegerla mejor.
Detallaron que los tomó por sorpresa cuando los funcionarios llegaron a su casa y santuario de animales, cerca de la frontera con Pensilvania, tras haber “recibido quejas de que se estaban manteniendo animales salvajes de manera ilegal y potencialmente insegura”.
Se llevaron a sus animales y días después, sin ningún reporte acerca de su paradero, fueron informados de que todos habían sido sacrificados, lo que provocó un rechazo que no para de crecer en la virtualidad.