Con su sistema electoral indirecto que se diferencia de todos los demás, Estados Unidos deja claro que es un país fiel a sus tradiciones constitucionales y la fecha de la posesión presidencial no es la excepción.
El Capitolio, el corazón de la democracia estadounidense, es el lugar en el que se marcará el inicio oficial de un mandato que estará lleno de expectativas y que definirá, durante los próximos cuatro años, el rumbo de una nación.
La ceremonia de posesión, que comienza al mediodía del 20 de enero del 2025, sigue un protocolo bastante estricto y detallado. En el centro de todo estará el presidente que sea electo hoy, y deberá jurar ante la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, repitiendo el juramento que exige “preservar, proteger y defender la Constitución” del país.
Este acto simbólico será presidido por el presidente de la Corte Suprema, y colocará su mano sobre una Biblia, una tradición que, aunque no es obligatoria, la mayoría de mandatarios han seguido.
La ceremonia es una representación de la transferencia de poder pacífica, uno de los principios más importantes de la democracia estadounidense. A este evento asisten figuras clave de los tres poderes del país, ex presidentes, senadores, miembros de la Cámara de Representantes y una lista extensa de invitados internacionales.
Este año, aunque habrá controles de seguridad reforzados y una posible reducción de público debido a los hechos ocurridos en la pasada posesión en el 2021, cuando un grupo de personas se tomaron el Capitolio rechazando la envestidura de Joe Biden.
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Para muchos estadounidenses, el 20 de enero es más que un cambio de mando; el acto en sí mismo se convierte en un espectáculo nacional que millones de ciudadanos siguen en vivo desde sus hogares, con ceremonias y desfiles transmitidos en las principales cadenas de televisión del país.
Por tradición, una vez el nuevo presidente tome el juramento, suele pronunciar su primer discurso como jefe de Estado, donde deja claro su plan para el país y la visión de gobierno que acompañará su mandato.
La posesión del próximo 2025 será un momento crucial para el país y las palabras del mandatario electo serán claves para apaciguar la polarización que se vivió durante la campaña, que ha sido escenario de un clima turbulento donde se ha cuestionado incluso a la democracia del país. Será entonces la toma de posesión esa forma de reafirmar el imperio de la ley y la democracia y abrir paso a un liderazgo que deberá unir al país en medio de estas divisiones.
Con el Capitolio como testigo, el próximo presidente o presidenta tomará las riendas del país, enfrentando desde el primer día temas complejos como la economía, la inmigración, y la política exterior. Un reto gigantesco, pero también una oportunidad para dar un nuevo rumbo al espíritu democrático de Estados Unidos.Siga leyendo: Este martes también se elige al Senado y la Cámara de Representantes en EE. UU., ¿cómo está el panorama?