Un domingo por la mañana de julio, Kamala Harris hacía panqueques y un rompecabezas con sus sobrinas nietas cuando recibió la llamada que lo cambió todo. “Estábamos ocupadas con el rompecabezas y suena el teléfono, y es Joe”, contó Harris al locutor radiofónico Howard Stern. “Me levanté para contestar y entonces la vida cambió”.
El presidente Joe Biden le anunció que se retiraba de la carrera por la Casa Blanca. Hasta ese día, Harris tenía uno de los índices de aprobación más bajos para una “vicepresidenta”.
Le recomendamos: ¿Por qué en Estados Unidos no siempre gana el que tiene más votos? Así funcionan los Colegios Electorales
Pero en pocas semanas montó una campaña electoral de la nada y persiguió a Donald Trump en las encuestas. Encadenó los mítines, recaudó más de mil millones de dólares en fondos y trajo lo que ella llamó una explosión de alegría a un partido que había perdido la esperanza.
Pero la euforia se fue desvaneciendo y Harris se vio obligada a luchar para intentar ganar las elecciones presidenciales de este 5 de noviembre.
“No es fácil. Normalmente, la gente se postula para la presidencia durante dos años, y ella apenas ha estado en campaña desde finales de julio”, declaró a la AFP David Karol, profesor de política en la Universidad de Maryland.
Harris fue una pionera desde el momento en que entró a la Casa Blanca como la primera mujer, negra y surasiática vicepresidenta de Estados Unidos. El comienzo fue difícil. Harris recibió críticas devastadoras que ponían en tela de juicio su aptitud para el cargo.
Se hizo famosa por sus “galimatías”.
Además, Biden le encargó que llegara a las raíces del problema de la migración ilegal en el país, lo que dio a los republicanos una línea de ataque. Hasta hoy la llaman la “zarina de la frontera”.
Puede leer: Trump y Harris concentran su atención en ocho Estados clave durante el tramo final de campaña electoral
Pero las cosas comenzaron a cambiar en 2022. Cuando la Corte Suprema anuló el derecho federal al aborto, Harris finalmente encontró su voz. Se movilizó por todo el país y asumió un papel cada vez más prominente en la segunda campaña presidencial de Biden.
Algunos funcionarios reconocían en privado que se planteaba ser candidata en 2028. Pocos presagiaron que sería mucho antes. En parte porque Harris fue subestimada durante mucho tiempo, tanto por algunos demócratas como por los republicanos.
Trump pronto descubrió que la mujer a la que llamaba “camarada Kamala” y “loca” era una rival de peso. En su único debate electoral, fue ella quien se impuso.
Harris ha evitado deliberadamente mencionar su raza o género durante la campaña. Cuando habla de su pasado, lo hace principalmente para mencionar a su madre nacida en la India, que la crio a ella y a su hermana sola. Pocas veces cita a su padre, natural de Jamaica.
No oculta su devoción por su marido, Doug Emhoff, cuyos hijos, Cole y Emma, la llaman “Momala”. Ha criticado al compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, por sus comentarios contra “mujeres sin hijos y con gatos”.
Es frecuente escucharla hablar sobre su trayectoria profesional como fiscal y luego como fiscal general de California, en contraste con Trump, condenado penalmente.
Harris también ha mencionado que tiene un arma, consciente de que está muy bien visto entre los votantes republicanos. En 2019, la hoy vicepresidenta dijo a periodistas: “Tengo un arma probablemente por las mismas razones que la mayoría de la gente: por mi seguridad personal. Fui fiscal”.
Le sugerimos: El voto latino, clave en EE. UU., pero aún descuidado por los partidos
Cuatro años antes, en una entrevista con Politico, había confesado ser “una buena tiradora”. Eso sí, durante años, apenas mencionó el arma, pero desde que hace campaña para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos no pierde ocasión para hablar de ello.
“Tengo un arma”, dijo recientemente la vicepresidenta en el plató de la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey. ¿Es una pistola o un revólver? Se desconoce. La candidata demócrata a la Casa Blanca no lo ha especificado ni ha revelado el fabricante. Lo único que se sabe es que la guarda en un lugar seguro, en su casa de California. “Si alguien irrumpe en mi casa, recibirá un disparo”, dijo entre risas ante una atónita Oprah.
En un país traumatizado por matanzas con armas de fuego, muchos estadounidenses quedaron estupefactos. ¿No se supone que el Partido Demócrata encarna la lucha contra la violencia con armas de fuego personales?
“Kamala Harris quiere evitar que sus oponentes la retraten como contraria a las armas. La forma más fácil de hacerlo es anunciar que posee un arma”, dijo Joan Burbick. “Es muy interesante que haya bromeado con Oprah sobre el hecho de que dispararía a un intruso que entrara a robar. Se considera que los demócratas no son suficientemente duros con la delincuencia”, analiza Steffen Schmidt, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Iowa.
En un país donde criticar la enorme cantidad de armas de fuego en manos de la población puede llevar a perder unas elecciones, la candidata ha elegido a un compañero de fórmula con un perfil tranquilizador: Tim Walz, de Nebraska, que es cazador y exmilitar.
Una de las declaraciones que ha suscitado gran controversia es la frase “no vengan”, pronunciada por Kamala y dirigida a los migrantes que intentan llegar a la frontera sur del país. Esta afirmación, hecha en el marco de su visita a Guatemala en junio de 2021, generó reacciones diversas y abrió un amplio debate sobre la política migratoria de Estados Unidos y la situación en los países de origen.
La frase de Harris fue parte de un esfuerzo por abordar las causas profundas de la migración desde Centroamérica. Durante su viaje, la vicepresidenta enfatizó que la migración no es la solución a los problemas que enfrentan las comunidades en países como Guatemala, Honduras y El Salvador. En su discurso, subrayó la necesidad de trabajar en conjunto para mejorar las condiciones locales, tales como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades.
La declaración “no vengan” fue recibida con críticas tanto a nivel nacional como internacional. Para muchos, este mensaje parecía desestimar las realidades desesperadas que enfrentan millones de personas que sienten que no tienen otra opción que huir de sus hogares. Organizaciones de derechos humanos y activistas señalaron que tal mensaje podía exacerbar la vulnerabilidad de los migrantes, al desalentar su búsqueda de asilo y protección.
Algunos argumentaron que la frase reflejaba una postura conservadora sobre la inmigración, sugiriendo que Estados Unidos no está dispuesto a asumir su parte de responsabilidad frente a la crisis migratoria. Por otro lado, defensores de la declaración defendieron que el enfoque de Harris buscaba enviar un mensaje claro para desincentivar la migración irregular, que a menudo se acompaña de peligros y explotación.
Siga leyendo: ¿Por qué no se conoce al ganador el mismo día de las elecciones en Estados Unidos?
Se siente incómoda con los medios de comunicación y fue criticada por negarse a conceder entrevistas durante varias semanas. La pregunta ahora es si ella puede juntar las piezas del rompecabezas y romper el techo de cristal más alto de Estados Unidos para convertirse en su primera mujer presidenta.
Con información de AFP...