Lo primero que hay que decir es que no es solo la elección a la Presidencia la que se define el primer martes de noviembre en Estados Unidos. En el segundo día hábil de la semana también se eligen alcaldes, gobernadores, miembros del Congreso entre otros cargos de elección popular en la nación norteamericana –las de medio término, a mitad del mandato presidencial–, una tradición contraria a la del resto de países de América en los que se ejerce el derecho al voto los domingos.
Pero, en este caso, hablaremos solo de la elección presidencial. Entonces, ¿por qué un martes se elige al presidente en Estados Unidos? Aunque puede parecer un detalle trivial, la elección de este día tiene orígenes históricos y legales en una de las democracias más sólidas del mundo.
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Para hablar del origen del “Supermartes”, como es llamado este día por el peso definitorio que tiene, hay que remontarse al Estados Unidos del siglo XIX en el que la gran mayoría de la población estadounidense se dedicaba a la agricultura, vivía en el campo y tenía unas tradiciones religiosas muy arraigadas en las que, como en otros países, el domingo era el día dedicado a la iglesia y la oración. Por esa razón, el fin de semana quedó inicialmente descartado para organizar una elección.
Luego, se planteó el lunes, pero se descartó muy rápidamente debido a que esas personas que vivían en el campo no iban a tener el tiempo suficiente para llegar a las urbes a ejercer su derecho a votar. Entonces se llegó al martes, un día hábil, laboral y que no intervenía con las dinámicas del comercio, que era muchos más movido a final de la semana.
Con el día elegido, en 1845, el Congreso de Estados Unidos formalizó la elección del primer martes de noviembre para la jornada presidencial a través de al Ley de elecciones, que aún sigue vigente.
Pero además de estas razones se sumó una más por la cual, específicamente, en el primer martes de noviembre se vota para elegir al presidente y es que encontraron en esa fecha un día en el que todo el país, por lo general, tiene buenas condiciones climáticas por lo que se puede salir a votar sin ningún contratiempo.
Sin embargo, lo que no está unificado es el horario, pues este lo determina cada estado y a veces varía incluso según el condado. Muchos colegios electorales abren entre las 6:00 y las 8:00 de la mañana y cierran entre las 7:00 y las 9:00 de la noche, lo que impide que el mismo día haya un resultado.
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De acuerdo con el Think tank Bipartisan Policy Center, son aproximadamente 244 millones de ciudadanos estadounidenses mayores de 18 años habilitados para votar, pero no todos ejercen su derecho. En las últimas elecciones, las de 2020, el 66 % de los estadounidenses salieron a votar, en lo que fue la tasa más alta de participación desde 1900, según el Centro de Investigación Pew.
No obstante, recuerde que en Estados Unidos no siempre gana el que obtiene la mayoría de votos, pues la elección final queda en manos del Colegio electoral, que tiene 538 votos y varía en cada estado, ya que se determina en función de la población, es decir, mientras California cuenta con la mayor cantidad, 54 votos, Washington DC, la capital del país, solo tiene tres.
Así las cosas, para que un candidato pueda proclamarse ganador de las elecciones necesita hacerse con 270 del Colegio Electoral, o más.