La comuna 13 está intranquila; en los dos últimos meses se han vuelto a desempolvar las armas y se han escuchado hasta disparos de fusil, según relatan sus habitantes, por cuenta de una nueva guerra de poderes ilegales que se desató alrededor de las emblemáticas escaleras eléctricas a cielo abierto.
El punto de desfogue de esta oleada de violencia habría sido una redada ocurrida en la primera semana de septiembre pasado, que según la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá dejó 14 capturas de integrantes del combo de Las Independencias.
Entre quienes cayeron estarían el máximo cabecilla de esa organización, conocido con el alias de Conrado, lo mismo que tres coordinadores de operaciones a quienes identificaban como Sebitas, Abuelo y Pavas.
Ya, de tiempo atrás, en la primera administración del alcalde Federico Gutiérrez, las bandas que operan en los sectores de Belencito y Villa Laura habían recibido duros reveses con la aprehensión de sus jefes, entre los cuales estaba alias Harold, que quedó libre de nuevo hace cerca de tres meses, y aunque aparentemente salió sin el poder que detentaba antes, el evento coincidiría con la muerte de un sujeto del que se dijo que estaba cobrando vacunas entre el Plan del Che y Villa Laura, que es el sector donde siempre dominó Harold.
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Ahora, esta nueva operación se mostró como la redención de los guías y comerciantes que suelen ser extorsionados, así como un golpe contundente contra el tráfico de estupefacientes en el sector.
Sin embargo, con los otrora jefes indiscutidos de la criminalidad del sector tras las rejas o debilitados, otros ilegales habrían aprovechado para entrar a disputar el dominio de las rentas criminales en el sector que constituye el principal atractivo turístico de la ciudad en la actualidad.
Cuentan los habitantes que en ese momento empezó a oírse de los Chamos, dos jóvenes venezolanos que entraron a pelear a sangre y fuego y contarían con armas largas para respaldar ese propósito. Existen versiones de que estos no tendrían vinculación con la reconocida empresa transnacional del crimen denominada Tren de Aragua, pero lo cierto es que deben tener algún tipo de relaciones de alto nivel para atreverse a disputar un territorio donde por años fueron los grupos originarios los que mandaron. “Por tener una moto afuera de la casa cobran como 15.000 pesos semanales y si la persona no paga, se la roban”, expresa una fuente.
Esa sería la causa para que solo en el penúltimo fin de semana hayan hurtado tres de estos vehículos en el trayecto del viaducto comprendido entre el Plan del Che y Villa Laura.
“Ellos mismos mandan a hacer los robos a quienes no les copian”, apuntó la fuente refiriéndose a Los Chamos.
De manera indirecta, quienes ejercen labores relacionadas con el turismo también se han visto afectados porque a la vez que los amos territoriales de vieja data siguen “vacunando”, los nuevos “señores” hacen lo propio y de no recibir la respuesta que esperan toman represalias como no permitirles subir a los guías con sus clientes.
Si bien el visitante del común puede que no note nada extraño, quienes allí viven y trabajan sienten zozobra a cualquier hora y sobre todo en la noche, cuando suelen darse las mayores disputas bajo el ocultamiento de la oscuridad. Relatan que se han presentado hasta enfrentamientos con fusiles.
Una habitante les contó a periodistas de EL COLOMBIANO de dos incidentes que demuestran lo caldeado que está el ambiente. En una de las escenas, una guía que iba con un grupo de turistas hacia el Plan del Che sacó un revólver para desafiar a quienes aparentemente le estaban increpando por el pago del “impuesto” por permitirle trabajar.
La otra escena fue un escándalo en una de las calles de entrada a las escaleras, cuando un integrante de Los Chamos le dijo a la dueña de un puesto de venta ubicado sobre la acera: “Me hace el favor y se mueve de ahí que el puesto ya está vendido”.
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La respuesta, a gritos fue: “Me hago matar pero de acá no me muevo, porque yo ya pagué por este lugar”.
Antes, el recorrido de las escaleras estaba dividido entre los combos de las Independencias, La Torre y el Plan del Che, de manera que se respetaban sus límites y cada uno cobraba en el tramo respectivo que le tocaba.
Por acá pagan los establecimientos públicos, los vendedores informales, los transportadores de vehículos colectivos y hasta los grafiteros por ocupar un muro con sus dibujos.
Incluso en una época se volvió “moda” una especie de secuestro exprés en que los miembros de combos retenían algún vehículo que subía a surtir mercancía en los negocios de la zona junto con el conductor o el ayudante mientras que el otro bajaba a tramitar con la empresa respectiva el pago de un rescate; de lo contrario no liberaban ni el automotor ni a la persona.
Es más, existe la versión de que una empresa productora de cerveza tuvo que dejar de mandar sus camiones por acá porque le estaban exigiendo “vacuna” y que en consecuencia, a los dueños de los locales les tocaba comprar las bebidas a intermediarios que sí pagaban la extorsión.
Ahora el temor es que llega diciembre, un mes en el que los combos acostumbran hacer un cobro extra a modo de “prima navideña” y en este caso, si no se resuelve la disputa de poder, podría ser por partida doble.
Una arista más de la zozobra que se vive en la comuna 13 corre por cuenta de las represalias que estarían tomando algunos grupos delincuenciales contra señalados pedófilos. Ese sería el motivo de tres asesinatos que se habrían presentado.
En uno de ellos, hace cerca de tres semanas, la víctima mortal habría sido un hombre al que su misma esposa señaló públicamente de estar teniendo relaciones sexuales con una menor de edad, razón por la cual una de las bandas que hacen presencia en el área reaccionó con la consecuencia ya mencionada. Y detrás de la muerte de dos jóvenes que al parecer eran drogadictos en el Parque de los Sentidos o Parque de la Paz, diagonal al convento de las hermanas Lauritas, en Belencito, un viernes hace tres semanas, estaría la misma conducta violatoria de la integridad de niños como origen.
Pero los actos pedófilos no serían algo solo incidental sino que se estaría convirtiendo en parte de la oferta de turismo sexual que se ofrece en la comuna 13, tal cual se ha denunciado en otros sitios como El Poblado.
“Eso comenzó con unos muchachos de combos que empezaron a ofrecer recorridos y de paso ofrecían a los turistas droga y servicios sexuales”, relató una persona que conoce los bajos fondos de la comuna 13.
A principios de septiembre, cuando el propio alcalde Federico Gutiérrez presentó los resultados de la redada en la Comuna 13, indicó que las rentas que manejaba la banda de Las Independencias (que a la vez depende del grupo delincuencial organizado de Robledo) ascendían a $2.500 millones y que solo por venta de estupefacientes podrían recibir $50 millones semanales. Ese ese sería el botín que está en juego.
Los 14 integrantes fueron capturados durante 24 allanamientos en los barrios Las Independencias 1, 2 y 3, 20 de Julio y Belencito, y en la vereda El Corazón, del corregimiento Altavista. El alcalde Gutiérrez anunció que habría más operativos.