Siete municipios del Norte, Nordeste y Bajo Cauca antioqueño que están dentro de la zona de influencia del Parque Natural Nudo de Paramillo y la Serranía de San Lucas se beneficiarán de una estrategia gubernamental para recuperar 450 hectáreas afectadas por la minería ilegal y los cultivos ilícitos.
Se trata de una zona que ha sido deforestada y dañada por estas actividades ilegales durante muchos años, ocasionando una gran pérdida de la biodiversidad.
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La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia) será la que liderará este proyecto pionero en el país, que a la vez actúa en favor de la paz y la naturaleza, con inversión de recursos aportados por organismos multilaterales.
En total serán 13.000 millones de pesos para devolver el equilibrio en estas 450 hectáreas, plantando 200.000 árboles y con la conformación de 21 negocios verdes en los municipios de Anorí, Briceño, Valdivia, El Bagre, Yarumal, Ituango y Segovia.
Se estima que con las acciones propuestas se impactarán de manera positiva 210 familias campesinas, asociaciones de mujeres, jóvenes y grupos étnicos.
Entre Corantioquia y las administraciones de los municipios señalados definirán la selección de los beneficiarios con base en los siguientes criterios: ser campesinos, estar asociados, ser propietarios o poseedores de entre dos y diez hectáreas de tierra y de estar dispuestos a ponerlas a disposición para ser restauradas o que quieran hacer parte de una nueva vocación productiva que fortalezca la economía del territorio.
El dinero proviene de Corantioquia, la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), la Alta Consejería para la Paz y la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC).
“Nuestro rol es fundamental porque acompañamos de manera técnica todo el soporte de este proyecto, evidenciamos las principales problemáticas que existen en esta zona del departamento y logramos que estas entidades se vincularan con el recurso económico necesario para hacer de esta iniciativa una realidad”, dijo la directora de Corantioquia, Liliana Taborda.
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Por su parte, Fabio Valencia Cossio, quien hace parte de la delegación del Gobierno y representa a la oposición en la Mesa de Diálogos con el Estado Mayor de los Bloques (EMB, disidencia de las Farc que lidera alias Calarcá), resaltó la importancia de este proyecto para lograr condiciones propicias hacia la conquista de la paz en las subregiones donde se aplica.
“El proceso de paz está diseñado para que se fundamente en transformaciones territoriales, es decir, que donde haya presencia del grupo con el que se está dialogando, haya un beneficio para las comunidades. Se trata de reforestar, pero también de reconversión laboral, es decir, que cambien su actividad ilegal por una nueva forma de economía legal, acompañados por Corantioquia”, concluyó.
Esta área aledaña al Nudo de Paramillo y la Serranía de San Lucas ha estado durante varias décadas afectada por la presencia de grupos armados y actividades ilegales.
Históricamente en la zona han hecho presencia tanto las guerrillas de las extintas Farc y del EPL, como el Eln. Igualmente, los grupos paramilitares han conformado fortines en sus inmediaciones y bandas de narcotraficantes han aprovechado la topografía para ubicar allí tanto cultivos ilícitos como laboratorios de procesamiento.
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La explotación minera sin las mínimas condiciones de cuidado del medio ambiente es otro flagelo, pues a la vez que ha deteriorado el ambiente, ha servido para la generación de rentas que alimentan las finanzas de esos factores de violencia.