Donald Trump celebró su victoria como el nuevo presidente de los Estados Unidos. En medio de su discurso desde West Palm Beach, en Florida, el presidente electo, de 78 años, reiteró su promesa de implementar unas políticas más estrictas en cuanto a inmigración después de una clara narrativa antiinmigrantes que caracterizó su campaña.
“Tenemos un país que necesita ayuda y la necesita con urgencia. Vamos a arreglar nuestras fronteras, vamos a arreglar todo lo relacionado con nuestro país y por algo hicimos historia esta noche”, afirmó Trump ante sus seguidores en la noche del martes 5 de noviembre.
Trump, que ya ocupó la presidencia entre 2016 y 2021, prometió “cerrar las fronteras”, insistiendo en que cualquier entrada al país debe hacerse “de manera legal”.
“Hay que cerrar las fronteras. Queremos que la gente vuelva a entrar, tenemos que hacerlo, tenemos que dejarlos entrar. Pero tienen que entrar legalmente”, anotó el republicano
“Esta será verdaderamente la época dorada de Estados Unidos”. “Esta es una victoria magnífica para el pueblo estadounidense que nos permitirá hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, señaló Trump quien regresará a la Casa Blanca el próximo 20 de enero de 2025.
Cuando asuma la presidencia, si cumple lo prometido en su campaña electoral, Trump derogará el Estatuto de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) que beneficia a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, y llevará a cabo la “mayor deportación de la historia de Estados Unidos” de inmigrantes indocumentados.
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El magnate republicano aupado por su discurso antiinmigración, ha prometido derogar el derecho de ‘Ius soli’, la nacionalidad automática por nacimiento, prohibir la escolarización de hijos de indocumentados, separar a niños de sus padres en la frontera y desmantelar el sistema de asilo.
Esta medida podría afectar a los más de once millones de personas, buena parte mexicanos, que llevan viviendo, trabajando y pagando impuestos en el país -de media quince años-, sin que hayan podido regularizar su situación.
En su inflamada retórica antiinmigación, para Trump los extranjeros son “animales” que están “envenenando la sangre” del país, convertido en el “basurero del mundo”.
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Trump le debe su victoria en las históricas elecciones del martes, en parte a los latinos, que constituyen un 12% del electorado.
Según un recuento de la cadena CBS, el republicano recibió el apoyo del 45% de los latinos que acudieron a las urnas, frente al 53% de Harris, un enorme cambio con respecto a las elecciones de 2020 cuando le votaron el 32% frente al 65% a Joe Biden.