Luego de más de un año cerrado por el desplome de un cielorraso que ocasionó la muerte de un niño y heridas a tres más, fue reabierto en Envigado el jardín infantil donde ocurrió esta tragedia.
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Antes de lo acontecido, el establecimiento era conocido como Centro de Desarrollo Infantil Michín, pero con la reinauguración pasó a llamarse CDI Martín Úsuga Escudero, en memoria del menor de edad que falleció en el trágico incidente.
Pero no se trata solo de un cambio en la denominación, sino que la Alcaldía de Envigado realizó un mejoramiento de la infraestructura educativa con una inversión superior a los 497 millones de pesos.
Entre los trabajos acometidos están la instalación de cerramientos, protección de ventanería y puertas, reinstalación de redes existentes (eléctricas, voz y datos), así como la red hidrosanitaria y la instalación de cielo falso en drywall y superboard, estucado y pintura.
Fuera de eso, la Secretaría de Educación efectuó jornadas de sensibilización y visitas guiadas para las familias y las agentes educativas que han laborado allí para darles informe de las intervenciones hechas.
“Estas pasantías con cerca de 140 familias, sirven como escenario para la apropiación y resignificación de ambientes educativos y protectores para la primera infancia”, explicó la Secretaría de Educación a través de un comunicado.
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La tragedia que dio origen a toda esta historia sucedió a principios de octubre de 2023 cuando se desplomó un cielorraso y les cayó encima a cinco alumnos de esta institución ubicada en el sector de El Salado.
Así fue como en el mismo sitio falleció el niño Úsuga y quedaron lesionados dos compañeritos. Aparte, también una profesora sufrió lesiones que requirieron de atención médica.
Entre tanto, el resto de los casi 260 estudiantes fueron evacuados. De inmediato, la administración municipal anunció que clausuraría el lugar mientras se realizaban las investigaciones de las causas que ocasionaron la catástrofe.
Lo que causó extrañeza es que se trataba de una edificación construida hacía solo 16 años y que la estructura que colapsó no mostraba ninguna grieta ni indicios que pudieran suscitar alerta a las autoridades o las docentes sobre su estado.
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En su momento, el padre del niño que resultó víctima de la situación solicitó que el jardín infantil fuera rebautizado con el nombre de este como una forma de homenaje y desagravio para la familia, ya que había sido el espacio donde su hijo había sido feliz.