El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló el viernes 8 de noviembre un presunto complot iraní para asesinar a Donald Trump. Un sospechoso dijo haber sido contactado por un funcionario del Gobierno iraní antes de las elecciones de esta semana para matar al ahora presidente electo
Investigadores estadounidenses se enteraron del plan para matar a Donald Trump a través de Farhad Shakeri, un presunto agente del Gobierno iraní que pasó un tiempo en prisiones estadounidenses por robo y que, según las autoridades, mantiene una red de socios criminales reclutados por Teherán para tramas de vigilancia y asesinatos a sueldo. Shakeri, de 51 años, es descrito en la demanda como un afgano residente en Teherán que pasó una década en la cárcel en Nueva York, donde conoció a sus socios, antes de ser deportado -ahora se le supone en Irán-, y que es un miembro “activo” de la Guardia Revolucionaria.
El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI. Según la acusación, el plan de asesinato frustrado estaba supuestamente dirigido por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán para vengar la muerte del general iraní Qasem Suleimani, muerto en 2020 en un ataque estadounidense en Irak ordenado por el entonces presidente Trump. Shakeri dijo a los investigadores que un contacto en la Guardia Revolucionaria iraní le dio instrucciones en septiembre de que dejara a un lado otros trabajos que estaba realizando y montara un plan en siete días para vigilar y, en última instancia, matar a Donald Trump, según una querella criminal desvelada en un tribunal federal de Manhattan.
Shakeri aseguró a los investigadores que el funcionario le dijo que si no podía armar un plan dentro del plazo de siete días, entonces el complot se pondría en pausa hasta después de las elecciones porque el funcionario asumió que Trump perdería y que sería más fácil matarlo entonces, dice la denuncia.
En un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Islámica, su portavoz Esmail Baghai consideró “totalmente infundadas y rechazó las acusaciones según las cuales Irán está implicado en un intento de asesinato contra antiguos y actuales responsables estadounidenses”.
El complot, revelado pocos días después de la victoria de Trump frente a la demócrata Kamala Harris, refleja lo que los funcionarios federales han descrito como esfuerzos continuos de Irán para atacar a funcionarios del Gobierno estadounidense, incluido Trump.
Meses atrás, el Departamento de Justicia acusó a un hombre paquistaní con vínculos con Irán de un complot de asesinato por encargo dirigido a funcionarios estadounidenses.
(Con AFP)