Como si ya no fuera suficiente el caos que consume Gaza, un convoy de 109 camiones de la ONU cargados con alimentos fue atacado el pasado sábado tras cruzar el punto fronterizo de Kerem Shalom.
Hombres armados interceptaron el cargamento, obligaron a los conductores a punta de pistola a descargar la ayuda y les lanzaron granadas de asalto. La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) confirmó que en total 97 de los camiones fueron saqueados. Es un “colapso total del orden civil” que hace casi imposible operar en el terreno, dijo el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini.
“Hace apenas unos meses teníamos escoltas locales para garantizar la distribución de la ayuda. Ahora, las bandas y clanes familiares pelean entre sí por cualquier recurso disponible”, explicó Lazzarini durante una rueda de prensa en Ginebra.
La población de Gaza enfrenta una severa escasez de alimentos, agua y medicamentos. Y luego del asalto al convoy, cientos de personas, desesperadas por sobrevivir, intentaron asaltar el centro de operaciones de la UNRWA pensando que ahí se encontraba la ayuda saqueada. Sin embargo, el almacén estaba vacío.
“Este saqueo es un reflejo de lo que ocurre cuando el tejido social colapsa por completo. La desesperación ha superado cualquier noción de orden”, añadió Lazzarini.
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El Ministerio del Interior de Gaza aseguró haber eliminado a más de 20 miembros de las bandas responsables del robo. La ayuda no fue recuperada y la crisis humanitaria se sigue exacerbando.
En medio de este desastre, las tensiones entre Israel y las organizaciones internacionales han escalado. La UNRWA acusó a Israel de ignorar sus obligaciones legales de garantizar la entrega segura de ayuda humanitaria, según lo establecido en el derecho internacional.
Israel, por su parte, responsabilizó a Hamás del caos y del desvío de ayuda humanitaria. Según un comunicado del organismo militar israelí, “los desafíos para las organizaciones de la ONU en la distribución de ayuda son consecuencia directa de la falta de control por parte de Hamás”.
Mientras tanto, un informe de 29 ONG señaló que los saqueos y la crisis humanitaria son resultado de múltiples factores: los ataques israelíes contra las fuerzas de seguridad en Gaza, la escasez de bienes esenciales, el cierre de rutas de acceso y la pobreza de la población de Gaza.
El mismo día del saqueo, ataques israelíes dejaron más de 30 muertos en Gaza. Entre ellos, 17 personas murieron en una casa cerca del hospital Kamal Adwan, incluidos familiares del Dr. Hani Badran, médico del centro.
Desde el inicio del conflicto, el 7 de octubre de 2023, más de 43.920 personas han muerto en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio.
Sin duda, Gaza enfrenta una catástrofe social, humana y familiar. Los bombardeos y la falta de recursos agravan el orden civil. La ONU ha advertido sobre el riesgo inminente de hambruna, especialmente en el norte de Gaza. “Estamos presenciando la destrucción total de una comunidad. La ayuda es esencial, pero sin un cese al fuego, estamos luchando una batalla perdida”, concluyó un funcionario de la ONU.