Las delegaciones de paz del Gobierno y del ELN volverán a tener una reunión para intentar descongelar la mesa de negociación. La nueva ronda arranca este martes 19 de noviembre y se extenderá hasta el próximo lunes en Cuba. Estos son los retos y puntos críticos en los que las partes deben avanzar.
La mesa de diálogos entre las partes está congelada desde el pasado 11 de abril por cuenta de varias peticiones de la guerrilla que para el Gobierno resultaron difíciles de cumplir. Luego venció el cese al fuego bilateral y a partir de allí ambos bandos permanecen en confrontaciones armadas.
Lea más: ELN y Gobierno volverán a sentarse en Mesa de Diálogos, ¿se destraban las negociaciones?
En la antesala de esta nuevo intento por reabrir la negociación, el ELN decretó un paro armado que tuvo confinadas a 45.000 personas que habitan las riberas de los ríos San Juan, Sipí y Cajón en el Chocó, justo cuando ese departamento vivía una crisis por cuenta de las lluvias y las inundaciones.
“El presidente mismo ha tomado nota y ha advertido al ELN que todas las cuestiones que ellos plantean, el modelo poscapitalista que ellos plantean, lo podemos discutir, pero lo podemos discutir en paz; no lo podemos discutir con un fusil en la mano apuntándole a quien sea”, dijo el consejero comisionado de paz, Otty Patiño.
Ambas partes han manifestado la voluntad de volver a sentarse en la mesa. Sin embargo, deben solucionar varios puntos que –en el primer intento– terminaron por profundizar la crisis.
Los ilegales, por ejemplo, pusieron tres condiciones al Gobierno para poder continuar en la mesa: materializar el Fondo Multidonante para financiarlos a cambio de cesar el secuestro extorsivo, suspender las conversaciones con el frente Comuneros del Sur –una disidencia que se les formó en Nariño– y frenar las operaciones ofensivas de las FF.MM. y grupos paramilitares en su contra.
La última pretención del ELN era que el Gobierno los excluyera de la lista de Grupos Armados Organizados. Una decisión del Ejecutivo en ese sentido implicaría, cuando menos, que la Fuerza Pública dejara en un segundo plano los operativos contra esa guerrilla.
“Si prosiguen los diálogos, el Gobierno, a mi entender, debería exigirle al ELN cumplimiento previo –haya o no haya cese al fuego– que respete del derecho internacional humanitario. De lo contrario, el ELN va a seguir con la iniciativa: va a seguir jalonando concesiones para él, sin dar ninguna”, había dicho Juan Camilo Restrepo, exjefe negociador ante el ELN en diálogo con este diario.
El Gobierno, por su parte, ha calificado de “innegocibale” que el ELN continúe con la práctica del secuestro con fines extorsivos. De hecho, el primer viento de crisis –en esta conversación que está a punto de completar dos años– llegó el 28 de octubre del año pasado, cuando la guerrilla secuestró a Luis Manuel Díaz –padre del jugador Luis Díaz– en La Guajira.
Entérese: “Todavía esperamos una muestra inequívoca de paz del ELN”: José F. Lafaurie
El hombre estuvo secuestrado por 8 días y desde el Gobierno pusieron un ultimátum en la mesa que duró poco. La delegación oficial exigió al ELN que cesara con la práctica del secuestro extorsivo y los guerrilleros solo mantuvieron el compromiso por 91 días.
Los guerrilleros también propusieron que se replantee el modelo de negociación. En él pide que exista una cláusula sobre incumplimientos e insisten en que la implementación de cada acuerdo sea inmediata.
Esta guerrilla sigue expandiéndose y puede llegar a contar con más de 6.000 hombres y mujeres armados por todo el territorio nacional, además de las redes de milicianos infiltradas en la población civil.
Siga leyendo: Así viven las comunidades asediadas por las lluvias e intimidadas por el ELN en Chocó
Un informe reciente de la Defensoría del Pueblo reveló que este grupo criminal tenía injerencia en 189 municipios en 2022, y para 2023 extendió su presencia a 231 municipios en 19 departamentos.
En Colombia, ese grupo ilegal tiene activas las confrontaciones armadas con el Estado colombiano, el Clan del Golfo y las disidencias de las FARC.