Para una institución como la Universidad de Antioquia, mientras que las afugias se sienten día a día, soluciones a la calamidad económica como la venta de una porción de sus activos se convierten en trámites difíciles de llevar a la práctica por la filigrana que implican.
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La enajenación de un conjunto de inmuebles fue mencionada en junio con el fin de obtener cerca de $92.000 millones, a raíz del agravamiento de la problemática financiera de la alma máter. Hoy la desfinanciación llega a $348.000 millones, y lo único que ha entrado a las arcas de la U. de A. por concepto de las mencionadas ventas son cerca de $70 millones, porque esto de ofrecer lotes y otros inmuebles no es como soplar y hacer botellas, más si son de una entidad pública que tiene que regirse por procedimientos que garanticen transparencia.
El rector, John Jairo Arboleda, aclaró que algunos de estos bienes habían sido obtenidos en los primeros años de este siglo, durante la gobernación de Guillermo Gaviria, como dación de pago en cambio de las transferencias ordenadas por la Ley 30 de 1993 que no había hecho el Departamento en el año 1998. Entre ellos estaba el Edificio Antioquia, también conocido como la Naviera, donde funcionaron las Rentas Departamentales, en pleno centro de Medellín; varios locales de estanquillos, dos predios ubicados en la calle Córdoba y el lote del radio faro de Arboletes (Urabá).
En 2017 el Consejo Superior Universitario (CSU) le dio el visto bueno a la venta de 23 bienes entre ellos los anteriormente mencionados, bajo el principio de que no eran estratégicos para cumplir la misión de la universidad y con el fin de obtener recursos necesarios para cubrir un déficit que ha ido creciendo con los años. Sin embargo, no se logró nada en ese momento. El plan se reactivó en 2022 con un martillo que pretendía ofertar varios bienes pero significó otro fracaso que se unió luego al de la subasta de la Hacienda el Progreso, al año siguiente, más los de los lotes en el centro de Medellín este año.
Resultaba obligatorio que primero estos bienes se le ofrecieran al municipio donde están y al Departamento, y solo si estos no manifestaban interés se abrían los remates, que como ya se dijo no tuvieron éxito. Por esta razón los equipos financiero y legal de la U. de A. trataron luego de finiquitar negocios de manera individual en una filigrana desgastante, en la cual solo han podido monetizar los casi $70 millones que pagó el Municipio de Santo Domingo por el local del antiguo estanquillo del corregimiento de Santiago –cerca de la estación del tren-, con destino a una sede cultural.
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El Progreso, en el corregimiento El Hatillo, de Barbosa, es el inmueble más valioso entre todos, pues en un avalúo que falta actualizar está tasado $45.474 millones. Sobre este se llegó hasta firmar un compromiso de compraventa pero finalmente no fructificó y ahora hay nuevas conversaciones.
Otro de los bienes de importancia son el 92% de las acciones de la Reforestadora San Sebastián, en Magdalena, producto de una donación. Esta cuenta con un terreno de 5.252,5 hectáreas cerca de Mompox, con un valor mínimo de $27.500 millones, aunque se necesitan resolver algunos líos laborales que hay de por medio. El rector Arboleda explicó que primero se lo ofrecieron a la Agencia de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, sin éxito, y en este gobierno están tratando de vendérselo a la Agencia de Tierras para que lo haga parte de sus planes de reforma agraria del presidente Gustavo Petro.
El rector Arboleda añadió además que ya firmaron un compromiso de compraventa a 30 meses por un valioso lote en la comuna de Villa Hermosa que está avaluado en $18.463 millones y hacen votos para que no se trunque la transacción.
Y por los dos predios de la carrera Córdoba, que superan los $2.100 millones, tienen una oferta que involucra el pago por plazos. No obstante, para finiquitar la transacción, estos requieren de una evaluación arqueológica porque son vecinos del Museo del Agua, donde se hallaron vestigios del antiguo acueducto.
Así las cosas, el único paquete que falta por sacar a subasta son 16 oficinas en el edificio Suramericana. En principio el martillo no había salido porque en algunos de los espacios funcionaban salones de clase de la Escuela de Idiomas, pero estas fueron trasladadas al Paraninfo de la Plazuela de San Ignacio en el transcurso del año.
Ahora, buscan subsanar otro trámite porque esta edificación también está afectada como bien de interés cultural y arquitectónico, y hay que tener permiso del Consejo Municipal de Patrimonio; como en Medellín no existe ese organismo, toca que lo emita el comité departamental. “Llevamos siete meses esperando. Con la carta de autorización empezamos la venta”, apuntó el director jurídico de la U. de A., Agustín Vélez.
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La esperanza es que este mes se subsane ese escollo para sacar la oferta antes de enero.
Como en los anteriores casos, comenzarán ofreciendo el paquete completo y si no se presenta un postor que pague el valor mínimo que dice el avalúo, pasarían a un plan de venta individual, lo que agrega más arandelas al proceso.
Los anteriores representan los bienes más valiosos, toda vez que del listado de 23 predios que figuraban en el conjunto inicial se sacó el edificio Antioquia debido a su valor patrimonial y el radio faro de Arboletes porque le encontraron utilidad para instalar aparatos de monitoreo dentro de un proyecto de mitigación de erosión costera que desarrolla la U. de A. con la Gobernación.
Arboleda resaltó que el beneficio para la universidad con la venta no solo está representado en los recursos que obtendrá sino que se alivia del tormento de tener que estar pensando en evitar posibles invasiones de los terrenos y ahorra además $1.460 millones en predial, servicios públicos, administración, vigilancia y mantenimiento.
“Estos no hacen parte de la misión institucional, ni están siendo utilizados, ni hay que reacomodar a nadie. Es una decisión que tomó el Consejo Superior desde 2017 y que el propósito precisamente, dada la situación financiera que la universidad ha atravesado en estos 32 años, es que sea una buena forma de ingresar ingresos que le permitan un respiro”, puntualizó Arboleda.