Para ponerlo en términos coloquiales, el Ministerio de las Culturas, Artes y Saberes se anotó una moñona con el anuncio de que la famosa Casa Zea, uno de los inmuebles patrimoniales más importantes de Medellín, se convertirá en la Casa de Cultura de Paz Betsabé Espinal, en la que varias organizaciones juveniles y comunitarias de la ciudad ejecutarán un proyecto de autogestión, formación artística y economías populares. Lo de la moñona se explica por varias razones.
En primer lugar, porque Casa Zea es un hito arquitectónico de la ciudad al liderar la transición de la arquitectura colonial a la republicana, combinando ambos estilos en esa fachada tan característica que existe desde 1881 en la esquina de Boyacá con Tenerife. Además es una de las huellas más importantes del científico y político Francisco Antonio Zea, quien aunque jamás vivió allí sí fue su propietario. En 1954 el caserón de 535 metros cuadrados fue declarado Monumento Nacional. Sin embargo, aunque el inmueble estaba en uso por parte de la Alcaldía de Medellín como sede descentralizada de varias dependencias, jamás se convirtió en el gran centro cultural que alguna vez se prometió y terminó invisibilizada pese a su valor patrimonial, histórico y arquitectónico.
Recuperar la vocación que siempre debió tener es el primer logro. Todo comenzó cuando el Ministerio le solicitó en abril a la Alcaldía entregar el inmueble que tenía en comodato, algo que en su momento cayó mal en el Distrito. La decisión la tomó el equipo del ministro Juan David Correa, luego de que la Alcaldía de Federico Gutiérrez se negara a darle cabida en la estación del ferrocarril de El Bosque a la Biblioteca Popular Betsabé Espinal, lo cual era uno de los compromisos previos adquiridos con los jóvenes que hicieron parte del estallido social, como parte de los procesos de restauración, pues en dicho lugar la fuerza pública cometió todo tipo de excesos, incluyendo una denuncia por abuso sexual.
A principios de este año hubo rifirrafe entre la alcaldía Gutiérrez y Mincultura, pues pese a que se habían adelantado varios procesos para abrirle espacio allí a varias organizaciones juveniles, finalmente la decisión del alcalde fue establecer allí una sede de Buen Comienzo. Lo que adujo el alcalde es que consideraba que abrir allí la biblioteca popular era premiar a los responsables del vandalismo en la ciudad durante el Estallido Social.
Según recalcó el ministro Correa a EL COLOMBIANO, la apertura de este espacio en Casa Zea lo consideran un triunfo, pero no como un pulso político sino como un triunfo de las organizaciones juveniles y culturales de Medellín. Aunque sí lamentó que, pese al anuncio de abrir el Buen Comienzo, hoy la estación de El Bosque continúe cerrada.
El otro logro es, precisamente, el del surgimiento de un espacio en el corazón de la ciudad que amplía la oferta cultural y donde se busca que confluyan proyectos juveniles y emprendimientos de todo tipo. El ministro explicó que desde la próxima semana se sentarán a crear el modelo de gobernanza, que estará liderado por esa cartera, pero que ofrecerá la posibilidad de que las organizaciones se apropien y hagan autogestión para el funcionamiento de la biblioteca popular, pero también de una sala de cine y de un taller de litografía para desarrollar oficios relacionados.
Entre los proyectos también está la posibilidad, relató el ministro, de abrir espacios para pequeños emprendimientos como restaurantes, cafés y hasta huerta agroecológica. Correa resaltó que uno de los nortes de este proyecto es que las comunidades en la zona, es decir, los vecinos, las madres cabeza de hogar que se la rebuscan en la zona, comerciantes informales, entre otros, encuentren allí un espacio de encuentro, de cuidado y se conecten con nuevas posibilidades de empleo. Otras casas culturales con este mismo espíritu, contó Correa, se están organizando en Cartagena, Bogotá y Cali, por ejemplo, en edificios entregados por la SAE, es decir, que lugares que antes fueron símbolo de la ilegalidad se convertirán en epicentros de arte, cultura y emprendimiento.
“Es una prueba viviente de que todo lo que pasó en ese estallido tenía un trasfondo, una intención, y estamos logrando trabajar para la comunidad. Este espacio nos acoge después de toda esa tormenta y es un resultado de que resistir funciona”, resaltó Sara Salazar, integrante de la Biblioteca Popular Betsabé Espinal, que nació en medio del estallido en 2021.
Eso sí, hay que aclarar que, por ahora, el Ministerio de las Culturas va solo en este proyecto porque aunque según el ministro le han reiterado la invitación a la alcaldía para sumarse, esta no ha encontrado eco en la administración. Por eso le reiteró, esta vez públicamente, el mensaje al alcalde Gutiérrez para que el Gobierno Nacional y el Distrito encuentren como un punto en común la obligación de adelantar todas las gestiones necesarias para abrir y mantener espacios de reconciliación y oportunidades para los jóvenes. “Aprovecho para enviarle el mensaje a la alcaldía a que se sume. Podemos construir esto juntos. También le extendemos la invitación al Explora, ojalá Comfama se integre y otros actores que son tan importantes en la zona como la Pascasia y demás referentes culturales, que confluyan para entretejer entre todos este proyecto. No se trata de excluir a nadie y tampoco hay animadversión con el alcalde. El objetivo real es consolidar este espacio que no es del Ministerio sino de la ciudad, de los jóvenes”, puntualizó.
Consultada al respecto, desde la Secretaría de Cultura solo manifestaron que no están vinculados y que el proceso lo adelanta actualmente solo el Ministerio.
Finalmente, el tercer punto que se anota Minculturas es la reivindicación de la memoria de Betsabé Espinal, una deuda del departamento con una de los personajes más trascendentales del siglo XX en cuanto a luchas sociales y cuyo legado ha sido ampliamente invisibilizado. Para no ir tan lejos, la casa en la que la líder obrera murió en noviembre de 1932 no tiene en absoluto ninguna seña que la recuerde. Esa casa queda a poco menos de 3 kilómetros de donde ahora quedará el Centro Cultural que lleva su nombre.