Gloria y Gustavo, una pareja de adultos mayores que soñaron toda su vida con conocer España, tuvieron que esperar cerca de 36 horas en el aeropuerto El Dorado de Bogotá hace algunas semanas para poder montarse por fin al avión en un vuelo de cerca de diez horas. No podían regresar a su finca ubicada a las afueras de la capital con su equipaje pesado. Dicen que no recibieron respuestas claras de ninguna persona de la aerolínea y que fueron sometidos a la incertidumbre de no saber por qué su vuelo se había retrasado y sobre todo cuándo realmente iban a volar.
Historias como las de Gustavo y Gloria se repiten por decenas a diario. En redes sociales abundan testimonios de personas a las que les aplazaron sus vuelos a pocas horas de abordar y que igual tienen que llegar al aeropuerto a la hora inicial. También se ven personas que han tenido que dormir en el piso utilizando sus maletas como almohada y que sea cual sea el motivo de su viaje tuvieron que cambiar sus planes con cansancio y frustración. Pero, ¿cuál es la causa real de esta problemática? ¿Qué responsabilidad tiene la Aerocivil y las aerolíneas como Avianca, que es una de las que más quejas recibe?
EL COLOMBIANO habló con varias fuentes involucradas en este sector, quienes advierten que puede “venir un colapso” en vísperas a la temporada alta de fin de año que afectará no solo a El Dorado sino a todos los demás aeropuertos del país.
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“El corazón de la operación”
Los problemas de operación en los aeropuertos de Colombia y en particular en Bogotá, podrían dividirse en dos grandes grupos: los estructurales y los urgentes, según expertos consultados.
Parte de lo estructural puede reflejarse en un estudio de capacidades, que obtuvo este diario, realizado en junio de 2023 por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés). Una de las conclusiones más importantes es que El Dorado puede recibir 68 operaciones por hora, esto incluye aterrizajes y despegues; sin embargo, la Aerocivil “decidió que serían 74, lo cual es absolutamente insostenible. Es como si tuvieras un restaurante y tienes solo diez mesas, pero vendes para 1.000 personas. En esas mesas no te van a caber y se va a ver retrasado el servicio”, le dijo a este medio una funcionaria del sector aéreo que conoce en detalle estas operaciones, pero que prefiere no revelar su identidad.
Esa situación, explica la funcionaria, afecta a otras ciudades del país por los aviones funcionan con “programaciones en línea”, es decir que van, por ejemplo, de Bogotá a Medellín y de ahí a Cartagena. “El Dorado es el corazón de la operación en Colombia. Entre el 60 y 70 por ciento del tráfico se maneja desde ahí. Si no funciona todas las regiones se ven afectadas. Además, Bogotá, por su ubicación geográfica estratégica, tiene conectividad con América tanto al norte como al sur y con Europa. En un país como Colombia, donde no hay un sistema férreo nacional, como sí ocurre en otros países, se recarga el peso del sector aéreo que es un servicio de primera necesidad.
ILS, controladores y radares
En el plano de lo urgente, según las fuentes, tampoco se estaría ejecutando el estudio de capacidades por parte de Aerocivil. Por ejemplo, lo que sucede con herramientas tecnológicas como el Sistema de Aterrizaje con Visibilidad Reducida (ILS, por sus siglas en inglés) que es crucial para los aterrizajes, ya que asiste a las aeronaves en maniobras en el aeropuerto El Dorado. Hace poco más de una semana una aeronave impactó una antena del ILS lo que generó un grave daño, más aún en temporada de lluvias y con clima nublado. Esto es “tan retador, pues en este momento el ILS de la pista norte no sirve y no se puede aterrizar bien. Si el piloto no puede ver la pista, se reprograma o alarga el vuelo”, dice un experto.
Algo parecido sucede con los controladores, pues la infraestructura actual es insuficiente. Tampoco tienen las condiciones para operar y menos en diciembre cuando el clima empeora, como suele ocurrir. Además, las fallas se extienden a problemas con las luces de aproximación en el Aeropuerto José María Córdova de Medellín y con los sistemas de navegación en terminales como Cartagena y Bucaramanga.
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Aerolíneas y Aerocivil
Aunque la gente se queja de las aerolíneas, y con razón, lo cierto es que esas empresas no son las únicas responsables de los cambios de itinerarios o problemas con los vuelos y aviones. Todas las aerolíneas están sometidas a las decisiones que disponga la Aeronáutica Civil y que se ve reflejado, por ejemplo, en que cada noche ajustan la operación del día siguiente y les toca cancelar “en caliente” algunos vuelos, lo que afecta a los pasajeros, que es lo que ocurre con frecuencia en El Dorado.
“La responsabilidad de las aerolíneas en mi concepción es mínima sin decir que no aprovechan el desorden para justificar sus incumplimientos”, le dijo a EL COLOMBIANO Martín Peñalosa, líder sindical de la Aerocivil.
La Aeronáutica Civil es una unidad administrativa especial del Ministerio de Transporte que desarrolla políticas, planes, programas y normas en materia de aeronáutica civil y transporte aéreo. Su papel es fundamental porque dirige y coordina el desarrollo de las operaciones.
Para dirigir esa oficina, el presidente Gustavo Petro nombró a Sergio París, quien fue su gerente de Transmilenio en la Alcaldía de Bogotá. París ha tenido que enfrentar acusaciones por presuntas irregularidades en la entidad que han llegado hasta debates de control político en el Congreso y, más grave aún, en los entes de control como la Contraloría que encontró un detrimento patrimonial de 4.000 millones de pesos en agosto de este año.Este hallazgo puso en el foco la gestión y administración de la Aerocivil, generando preocupación y necesidad de tomar medidas correctivas. El informe de 465 páginas documenta 34 hallazgos administrativos. De estos, 27 presentan presunta incidencia disciplinaria, dos tienen connotación fiscal con un valor de más de 3.000 millones de pesos, y otros dos fueron remitidos para abrir indagaciones preliminares.
El pasado 18 de noviembre, la IATA hizo un llamado urgente a que “se garantice una operación estable y adecuada en el aeropuerto El Dorado de cara a la temporada alta de fin de año”.
La Aerocivil, por su parte, ha respondido que cumple con los estándares internacionales, a pesar de los retos urgentes para abordar como el daño en las antenas. También ha señalado que está incrementando su planta de personal en lo que tiene que ver con controladores aéreos.
Lo cierto es que diciembre llegará no solo con su alegría, sino con el fuerte clima que puede estar anunciando un vuelo con destino al colapso. Ningún pasajero querrá subirse en ese avión.