Armando Benedetti sabe tanto de política como de apertura de investigaciones en su contra. Su larga trayectoria ha estado marcada por escándalos y actuaciones sujetas a múltiples reproches, algunas presuntamente ilegales.
Esta semana está, una vez más, ocupando las principales portadas de los medios del país, y no por sus logros como funcionario público, sino por su renuncia como embajador de Colombia ante la FAO y su aterrizaje en el Palacio de Nariño, justo al lado de la oficina de Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE).Le puede interesar: No se salvó: Armando Benedetti vuelve a la Corte Suprema y estos son sus caminos
Con su regreso a Colombia y la pérdida de su fuero tras su renuncia como funcionario del Gobierno, surgió el interrogante sobre el futuro de las siete investigaciones que adelanta en su contra la Corte Suprema de Justicia.
Al respecto, analistas expertos aclararon que ese alto tribunal no pierde competencia para seguir adelante con los casos, toda vez que la mayoría de los hechos por los que Benedetti es investigado ocurrieron cuando se desempeñaba como senador de la República.
“Aunque Benedetti haya renunciado a la embajada, la investigación en su contra sigue en cabeza de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, dado que él goza del fuero de congresista; por tanto, esa prerrogativa prevalece frente al fuero de embajador. La única posibilidad de que la investigación la asuma la Fiscalía General de la Nación es que Benedetti renuncie a su fuero constitucional, algo muy poco probable debido al tinte político que representa”, explicó el penalista Duván Castañeda a El Tiempo.
Sobre ese particular, la Corte Suprema tuvo que sentar jurisprudencia, ratificando que cuando los hechos ocurren mientras el implicado es congresista, se mantiene el fuero ante ese alto tribunal. El pronunciamiento de la corporación surgió a raíz de la estrategia de algunos investigados que, para evadir enfrentarse a la Corte, renunciaban a su curul para ser investigados por la justicia ordinaria.
Sin embargo, la interpretación de la norma es variada, y es posible que, según considere la Corte, por tiempo y modo de ocurrencia de los hechos, los casos pasen a la Fiscalía por reparto.
Sobre sus investigaciones, Benedetti afirma que es inocente y alega una persecución por parte de la magistrada Cristina Lombana, quien lo ha investigado desde hace varios años.
“Vuelve Lombana con sus jugaditas y su persecución para investigarme nuevamente en lo que ya fue recusada e inhabilitada. Desde 2018 me ha abierto más de 10 procesos sacados de la manga, investigaciones sin ningún sustento, testigo o prueba. Sostengo mi confianza en la Corte Suprema”, publicó Benedetti en sus redes sociales.
La investigación más reciente en su contra está relacionada con sus actuaciones mientras era senador y estuvo al frente de un proyecto de ley que terminó beneficiando a una empresa de Euclides Torres en el sector de seguridad. Tras eso, Benedetti amplió sus relaciones con los Torres; su fórmula a la Cámara en ese momento era Efraín Torres, hijo de Euclides, pero también se volvió cercano a Pedro Flórez, casado con Karina Llanos Torres, sobrina de Euclides, quien también fue congresista.
Otro proceso tiene que ver con el delito de enriquecimiento ilícito de servidor público. La investigación se inició luego de que no pudiera explicar de manera suficiente su patrimonio, que incluye varias propiedades en Barranquilla, una mansión en Puerto Colombia y Bogotá, así como giros al exterior realizados por personas dentro de su Unidad de Trabajo Legislativo. Una de esas personas era la hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Laura Sarabia.
Asimismo, tiene una investigación por posible compra de votos en La Guajira y por exigencias de dinero en el año 2010 para que la Fiduprevisora pagara derechos pensionales en el departamento de Córdoba, entre otros casos.
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