Divorciarse en Colombia puede convertirse en un lío, más allá de los traumas y las moralinas. La ley está hecha para que el trámite se tenga que realizar bajo un mutuo acuerdo en una notaría y, cuando esto no sucede, la parte interesada en la separación tiene que interponer una demanda ante un juez de familia y demostrar las razones de su proceder —infidelidad o incumplimiento de los deberes conyugales—; el asunto entonces cae sobre la separación de bienes y lo hijos, trayendo más drama a una situación de por sí problemática.
Ahora, con la aprobación en el Congreso del divorcio unilateral o “libre”, el trámite solo necesitará que una de las partes quiera separarse. En Colombia existían hasta este momento 10 causales de divorcio y, ahora, se suma la décima en el artículo 154 del Código Civil, que permite el divorcio por la “sola voluntad de cualquiera de los cónyuges”. Resta que el presidente Gustavo Petro firme el proyecto para que entre en vigencia.
Una de las congresistas que más celebró este paso en el Congreso fue Katherine Miranda, su autora, quien dijo: “Este proyecto de ley es en favor de nosotras, las mujeres que en muchos casos han tenido que vivir por ese proceso absolutamente costoso y a muchas de ellas les ha costado la vida. Estamos legislando a favor de la dignidad humana, del libre desarrollo de la personalidad”.
Lo cierto es que el divorcio es cada vez una realidad más presente en el país. En 2014 —según datos de la Registraduría—, hubo 22.000 casos, y desde entonces cada año ha venido subiendo progresivamente. Justo el año pasado se divorciaron 31.000 parejas.
En julio del año pasado, el Grupo de Inteligencia de Negocios y Estadísticas Institucionales de la Superintendencia de Notariado y Registro, entidad que recopiló la información reportada por las 920 notarías del país, reportó que entre enero de 2023 y abril de 2024 hubo 88.069 casamientos y 32.567 divorcios de parejas heterosexuales, lo que significó que, por cada 100 uniones, 37 terminaron en divorcio.
Dice la entidad: “Durante el mismo lapso, se celebraron 918 ceremonias nupciales entre parejas del mismo sexo: 477 entre mujeres y 441 entre hombres. De estas uniones solo 35 se disolvieron, lo que revela que de cada 100 matrimonios homosexuales cuatro terminaron en divorcio. Este dato denota una mayor estabilidad de las bodas homosexuales frente a las heterosexuales”.
Si bien los divorcios cada vez son más comunes hay casos donde una de las personas en pareja decide no dar el paso, por lo que a la contraparte le toca esperar dos años para demostrar que no hay relación.
La abogada Natalia López dice: “La norma establece dos vías: de mutuo consentimiento y otra contenciosa. La segunda sucede cuando uno no está dispuesto, por diversas razones, a conceder la solicitud, entonces se acude a la vía jurisdiccional. En este caso lleva una demanda ante un juez y él determina si quien pide el divorcio cumple con las condiciones que exige la norma para que se pueda declarar el divorcio y al otro como cónyuge culpable... de por sí un trámite de divorcio trae un drama, pero no solo recae sobre la separación de bienes y de los hijos, porque en sí el divorcio busca generar una modificación en el estado civil de las personas, pasando de casado a ser civil nuevamente”.
Dice López que, por el otro lado, el trámite del divorcio de mutuo consentimiento no es muy demorado, “pero cuando hay hijos menores, está supeditado a la verificación de la garantía de los derechos por parte del defensor de familia”.
Con este proyecto del Congreso, que recibió 89 votos a favor y 12 en contra, también se le pone un tatequieto a maneras abuso de parejas que no dan el divorcio para evitar que el cónyuge los abandone, una conducta muy practicada por hombres que quieren mantener “amarrada” a su pareja.