La gran mortalidad por la pandemia del covid-19 y las fallas en la disposición de la cantidad de cadáveres inspiraron a investigadores la Universidad ITM de Medellín para desarrollar una solución innovadora ante la necesidad de gestionar el manejo de cuerpos que ya dio sus resultados.
Este centro de estudios anunció que un grupo de investigadores adscritos a él diseñaron un ataúd de bajo costo, tanto para humanos como para mascotas, que ofrece una alternativa segura, eficiente y digna para emergencias como las similares a la pandemia, desastres naturales o accidentes con números altos de fallecimientos.
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El diseño acaba de recibir patente de invención por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
“Observando la crisis mundial provocada por la pandemia y la deficiente gestión de cadáveres, especialmente en América Latina, decidimos investigar cómo dignificar este proceso en situaciones de emergencia. Nuestro análisis se centró en los ritos funerarios y en la necesidad de desarrollar soluciones prácticas y respetuosas”, explicó la docente investigadora Erika Imbet Vargas.
La profesora Imbert añadió que la patente otorgada estimula el desarrollo de otras soluciones para mejorar la calidad de vida.
La caja mortuoria está inspirada en la estructura hexagonal de los paneles de abejas y permite un apilamiento eficiente y seguro de los cadáveres, además de que su diseño cumple con los estándares internacionales para el manejo de despojos mortales.
La resistencia y hermetismo facilitan la conservación de los cuerpos hasta 20 días sin refrigeración, lo que minimiza riesgos sanitarios y facilita la logística.
No obstante, hay que mantenerlos idealmente en sitios fríos, secos y oscuros, con el fin de no promover el crecimiento bacteriano que es lo que hace que la materia orgánica se descomponga de manera paulatina.
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“El sistema es oscuro por dentro, lo que ayuda un poco con el efecto negativo que también puede tener la radiación y la luz”, detalló el docente del Departamento de Diseño del ITM Andrés Montoya, quien participó en este proyecto.
Así mismo, su sistema de numeración garantiza la identificación y su fabricación con materiales sostenibles lo hace accesible y respetuoso con el medio ambiente.
Montoya agregó que el cajón se hace de componentes reciclables como cartón, aluminio o pet, que se consiguen en presentaciones laminadas y se pueden separar.
“Qué bondades tienen?, que se pueden desarrollar con industrias que fabrican empaques, de las cuales hay gran cantidad en Colombia”, apuntó el docente, quien destacó de paso que estos ataúdes se pueden hacer en muchas tallas, bien para animales o humanos.
Adicionalmente, resulta una opción extremadamente liviana, ya que una caja del tamaño de un ser humano puede pesar solo dos kilos.
La investigación recibió la patente de invención por ser la única que existe en su tipo, un logro que le apunta al programa de Consolidación del Sistema de Innovación e Investigación en Educación del Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) de Medellín.
La intención del Centro de Emprendimiento, Transferencia e Innovación del ITM es llevar este desarrollo al mercado, conectando con potenciales clientes interesados en una solución eficiente y humanitaria para la gestión de cadáveres.
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Vale la pena recordar que la pandemia por el covid-19 generó a la vez una emergencia sanitaria, porque los gobierno de muchas ciudades vieron copadas sus capacidades para tener cadáveres, debido a la cantidad de personas que fallecieron.
Los medios de comunicación mostraron entonces situaciones extremas, con cuerpos tirados en las calles, frigoríficos de emergencia instalados en cualquier parte y hasta contenedores de carga que tuvieron que ser dispuestos como cavas para conservar los cuerpos humanos.