Cinco días de ofensiva le bastaron a una coalición de grupos rebeldes sirios para expulsar al Ejército y a las milicias proiraníes, aliadas del presidente Bashar al Asad, de grandes zonas del noroeste de Siria, reviviendo el avispero de la guerra civil en ese país.
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Tras algunos años de una calma precaria, la alianza de milicias rebeldes –dominada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS)– inició el pasado miércoles 27 de noviembre un asalto fulgurante con la promesa de “liberar” el noroeste del país del régimen de Al Asad. Se trata de los enfrentamientos de mayor magnitud en años en Siria, escenario de una guerra civil que estalló tras la violenta represión de protestas pacíficas en 2011.
Ataque de las fuerzas pro-régimen contra un barrio de Idlib, ciudad del norte de Siria. AFPLa ofensiva ya deja más de 400 muertos, en su mayoría combatientes, pero también al menos 61 civiles, según reportó este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Representa, además, el mayor golpe al Gobierno de Al Asad desde principios de 2020, cuando el Ejército sirio recuperó el control de varias zonas estratégicas de Idlib bajo dominio de facciones insurgentes.
Y es que en menos de una semana los insurgentes han logrado victorias militares impactantes: no solo se han hecho con el control de Alepo, la segunda ciudad de Siria, –algo que ocurre por primera vez desde que estalló la guerra en 2011–, sino que también han recuperado el control de la totalidad de la provincia de Idlib e incluso se han aventurado a adentrarse en el norte de la demarcación administrativa de Hama, más al sur.
Una valla publicitaria con la imagen del presidente sirio Bashar al-Assad y una bandera nacional son arrancadas por combatientes antigubernamentales en Alepo. AFPEn el complejo caleidoscopio de la guerra civil sria, con fuerte presencia de fuerzas extranjeras, otro frente se intensificó este domingo a 40 km al norte de Alepo, donde combatientes proturcos arrebataron a las fuerzas kurdas la ciudad de Tal Rifat y varias localidades aledañas, señaló el OSDH.
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Para ello, los rebeldes han utilizado tácticas de guerrilla e incluso se han hecho explotar en coches bomba para romper las primeras líneas de defensa de las milicias proiraníes y del Ejército. Además, cuentan con un amplio arsenal de cohetes, armas pesadas e incluso drones de asalto.
Su avance no se ha topado con una gran resistencia. Los soldados sirios incluso admitieron el sábado su retirada de Alepo, aunque el Ejército aseguró que es “temporal” y que tienen el objetivo de reagruparse para llevar a cabo un contraataque.
¿Pero por qué la ofensiva comienza justo ahora y cómo es que los insurgentes lograron tanto éxito tras años de avances limitados? Nanar Hawach, analista del International Crisis Group, le dijo a CNN que los rebeldes están tratando de sacar provecho de un gobierno debilitado cuyos aliados claves (Rusia, Irán y Hezbolá) están muy ocupados por otros conflictos y han bajado la guardia en sus operaciones en Siria.
“Los rebeldes ven una oportunidad de poner a prueba las líneas del frente con Hezbolá debilitado, un Irán presionado y una Rusia ocupada con Ucrania”, afirmó.
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Así luce la autopista a Maaret al-Numan, en la provincia noroccidental siria de Idlib, en medio de la ofensiva de los rebeldes en Siria. AFP¿Flaquea el apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá?
Con un Ejército débil, a Al Asad no le quedó más remedio para poder sobrevivir en 2015 que pedir la intervención de Rusia en el conflicto, con lo que Moscú se convirtió en el principal socio de Damasco en el frente aéreo de la guerra.
Aunque la fuerza aérea no es la parte de su maquinaria bélica más agotada por el esfuerzo en Ucrania, es evidente que tres años de desgaste pesan
Sin embargo, el Kremlin se encuentra ahora concentrado en atender las implicaciones de la invasión a Ucrania. De ahí que Aaron Stein, presidente del Foreign Policy Research Institute (FPRI), señala que “la presencia de Rusia (en la zona) se ha reducido considerablemente y los bombardeos aéreos en respuesta (a la ofensiva rebelde) tienen una utilidad limitada”.
“El Kremlin presta a Damasco un apoyo aéreo fundamental. Aunque la fuerza aérea no es la parte de su maquinaria bélica más agotada por el esfuerzo en Ucrania, es evidente que tres años de desgaste en aquel frente pesan, y que Moscú debe de haber reducido su atención en Siria”, señala también Andrea Rizzi, corresponsal de asuntos globales del diario El País.
Tropas rusas entregando equipamiento militar en la región rusa de Kursk. EFEMás crítico es el caso del grupo chií libanés Hezbolá, primera línea de defensa de las tropas de Al Asad y señalado de ayudar a sostener el régimen tras el inicio de la guerra civil, y que hoy se encuentra significativamente debilitado tras poco más de un año de hostilidades con Israel.
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Según el último recuento del OSDH, Israel ha lanzado unos 160 ataques contra territorio sirio desde principios de 2024, matando a unos 60 integrantes de Hezbolá en ese país. Israel también ha destruido gran cantidad de depósitos de armas y centros de comando del grupo chií, a lo que se suma la necesidad de la milicia de mover sus tropas de Siria a otros puntos para sostener la batalla con el Ejército hebreo.
“Uno de los objetivos de Hezbolá era tener una presencia tangible en Siria, pero esta se ha reducido durante el último año debido a la retirada de tropas, especialmente con la escalada israelí”, señaló Hawach a CNN.
Combatientes de Hezbolá. EFEJustamente, los rebeldes iniciaron su ofensiva el pasado 27 de noviembre, coincidiendo con la entrada en vigor de la tregua entre Israel y Hezbolá en el Líbano.
Irán, por su parte, ha mantenido su presencia en Siria para proteger su presencia regional y a sus aliados, pero su cuerpo de defensa (la Guardia Revolucionaria) ha sido objeto de múltiples ataques de Israel en los últimos años. Según Rizzi, “(Irán) ha visto completamente inhibida su proyección en el país”.
Aaron Stein también califica esta ofensiva de los rebeldes como un "recordatorio de la debilidad del régimen", con un gobierno que si bien ha logrado sobrevivir tiene pocos avances que mostrar. Los problemas, dice un análisis de CNN, ya eran evidentes antes de la guerra.
Bashar Al Asad promete que 'recurrirá a la fuerza'
Pese a ese panorama, los aliados han mostrado su apoyo a Damasco. Rusia indicó que su aviación estaba ayudando al ejército sirio a “hacer retroceder” a los rebeldes en Idlib, Hama y Alepo, mientras que el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, ofreció este domingo a Siria “diversos tipos de ayuda” para luchar contra la ofensiva.
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El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi (izquierda), reunido con el presidente sirio, Bashar al-Asad (derecha). AFPLa presidencia de Irán también señaló que Siria "se ha enfrentado anteriormente a mucho más dificultades que las que enfrenta hoy, y que es capaz de lograr la victoria contra el terrorismo y sus patrocinadores", además de reiterar el compromiso de su país "con la integridad territorial y la estabilidad de Siria".
Al Asad, por su parte, prometió que recurrirá a la fuerza para hacerle frente a la operación. “El terrorismo solo entiende el lenguaje de la fuerza, y es con este que lo romperemos”, afirmó.
*Con AFP y Efe
Angie Nataly Ruiz Hurtado