Además de múltiples afectaciones que causan a la salud que van desde quemaduras graves y amputaciones hasta riesgo de enfermedades neurológicas, los irresponsables encargados de fabricar, vender, comprar y quemar pólvora son responsables de una crisis ambiental completamente evitable.
Según denunció el Área Metropolitana, la fauna en el Valle de Aburrá está completamente arrinconada por cuenta de la quema masiva de pólvora. La entidad reportó que en el primer fin de semana de la temporada decembrina recibieron 22 reportes de animales que, intentando huir de la amenaza de la pólvora, abandonaron sus hábitats y en medio del desespero terminaron buscando refugio en decenas de casas.
Uno de los casos ocurrió en Robledo, donde un currucutú juvenil ingresó a una casa al quedar desorientado por el ruido. La familia lo encontró y le dio resguardo durante la noche y la madrugada de la alborada y a la mañana siguiente advirtieron que sus padres estaban buscándolo por lo que lo devolvieron cuidadosamente cerca al nido para que sus padres lo hallaran.
También en la comuna Laureles - Estado hubo varios reportes, uno de ellos sobre tres zarigüeyas, también juveniles, que ingresaron a una casa en Los Colores en la madrugada del domingo, completamente aturdidas por el ruido. Al encontrarlas, la familia las protegió y a la mañana siguiente llamaron a la autoridad ambiental que llegó por ellas y tras una valoración inicial las llevaron a la estación de paso para ser alimentadas y luego reintroducidas en su hábitat.
La emergencia también alcanzó a un gavilán rescatado por los bomberos en Envigado. El bello gavián quedó en shock y reflejaba signos de estrés, pues se había arrancado buena parte del plumaje, por lo cual quedó bajo el cuidado del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación del Área Metropolitana CAVR.
En redes sociales también se reportaron emergencias con loros y guacamayas que abandonaron sus nidos. Las autoridades pidieron a la ciudadanía reportar cualquier caso que vean de aves heridas o fallecidas para hacer el rescate y recuperación.
No solo la fauna se vio afectada. La calidad del aire, como era de esperarse, se vio seriamente afectada. El Amva reportó que las estaciones de calidad del aire reflejaron un aumento en las concentraciones de material particulado en las zonas de la Universidad CES, en la comuna 4 Aranjuez, en San Cristóbal y en el sector La Quintana, en Robledo, así como en Altavista. También ocurrió en Bello.
“Cabe destacar que, los reportes presentados en la estación CES fueron las concentraciones promedio más altas registradas durante los eventos históricos de los que se tiene registro, alcanzando un pico de 102,8″, informó la entidad.
El ruido fue punto aparte. Según las mediciones de los sensores de ruido de la red de Ciudadanos Científicos, también coordinado por el Amva, hubo un incremento de 3.2 decibeles, representando un incremento de 0.6 decibeles en comparación con el año anterior.
Las zonas donde se sintió el ruido de manera más nociva fue en el norte de Medellín, con un incremento de 7.2 decibeles; En Bello, con un incremento de 4.1 decibeles, y Envigado, al sur del Valle de Aburrá, con un incremento de 3.7 decibeles.