En el tercero de sus cuatro debates, la Comisión Primera del Senado aprobó la reforma política y desde el Pacto Histórico lograron incluir una proposición que desde ya levanta ampolla: que haya vía libre al transfuguismo para que congresistas, diputados, concejales y ediles puedan cambiar de partido por única vez sin sanción alguna.
Si bien en el propio Parlamento se tramita un proyecto particular para habilitar el transfuguismo, la senadora petrista Clara López presentó un inciso para que cualquier miembro de una corporación pública pueda renunciar a su partido hasta un mes antes del primer día de inscripciones sin perder su curul. Actualmente, la norma indica que para que no haya sanciones se debe renunciar un año antes.
Desde la oposición, el senador Carlos Fernando Motoa (Cambio Radical) reclamó que la reforma política “se convirtió en una colcha de retazos, con más cosas malas que positivas, como normas contradictorias e incoherentes que contemplan disposiciones tan arbitrarias como el transfuguismo”.
La reforma busca garantizar la financiación 100 % estatal de las campañas, consagrar listas cerradas con paridad de género y –particularmente– la elección independiente de los magistrados del CNE (Consejo Nacional Electoral).
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Sin embargo, persisten los reparos a que siga siendo el Congreso –y no las altas cortes–, quien elija a los magistrados de esa Corporación. Si bien el proyecto original del Gobierno contemplaba quitarle esa facultad al Parlamento –buscando eliminar el tufillo político que sigue contaminando las decisiones de sus integrantes y que se ha exacerbado tras la investigación contra la campaña de Gustavo Petro–, los congresistas hicieron caso omiso y una vez más lograron hacerse a esa competencia.
La semana pasada, en el tercero de sus ocho debates, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de acto legislativo que permite el transfuguismo.
El proyecto, cuyo ponente es el senador liberal Alejandro Carlos Chacón, busca que el cambio de colectividad pueda darse cada cuatro años, siempre y cuando el dirigente renuncie un mes antes de las inscripciones para las elecciones y no un año antes, como actualmente lo establece la ley.
La Misión de Observación Electoral (MOE) prendió nuevamente las alertas por cuenta de la aprobación de la iniciativa. Según el organismo electoral, el transfuguismo no solo debilita la democracia representativa, sino que también pone en riesgo la disciplina partidaria, dificulta la consolidación de un sistema político estable y socava la confianza de los ciudadanos en sus instituciones democráticas.
“Colombia necesita reformas políticas que aborden de manera integral los problemas estructurales del sistema electoral, fortalezcan los partidos y garanticen mayor transparencia en los procesos democráticos. Propuestas como el transfuguismo perpetúan la personalización de la política, erosionan la cohesión interna de los partidos y desfavorecen la consolidación de una representación democrática responsable”, reclamó Frey Alejandro Muñoz, subdirector de la MOE.
En esa línea, Muñoz sostuvo que los partidos ya cuentan con mecanismos de democracia interna que permiten a sus miembros expresar posiciones divergentes y solucionar diferencias dentro del marco institucional.
“En casos extremos, los representantes tienen la posibilidad de renunciar un año antes de las elecciones, una alternativa que respeta el equilibrio entre libertad individual y responsabilidad política”, explicó el organismo.