Este día de velitas no será igual para Genaro González, quien recuerda la sonrisa de su hija Michelle Dayana y lo amorosa que era con su familia. El dolor permanece, ya es un año de aquel crimen que marcó su vida.
Michelle Dayana González murió el 7 de diciembre de 2023, a manos de Harold Echeverry, al interior de un taller de mecánica ubicado en el barrio San Judas Tadeo, en Cali. La adolescente de 15 años había salido de su casa a comprar mecato, pero no regresó, lo que generó angustia en sus familiares que la buscaron por todo el sector.
Sin embargo, horas después fue hallado su cuerpo al interior de baldes y bolsas en el taller donde trabajaba Harold, quien luego huyó y días después fue capturado en Villavicencio.
Don Genaro contó al medio El País que para él ha sido un año difícil emocionalmente, porque Dayana dejó un vacío en su corazón.
“Día a día la recuerdo, aunque tenemos que seguir adelante. A pesar de la adversidad siempre está en mi mente. Hay momentos en los que tengo bajones de ánimo, pero Dios me ha dado fortaleza para afrontar esta situación”, aseguró el padre.
Aunque ha intentado salir adelante con sus otros hijos, todavía le cuesta: “Es un vacío tremendo, la verdad es que no sé si en algún momento lo podamos sanar. Creo que es algo que siempre va a estar en nuestros corazones”.
Contó que Michelle era una gran deportista, le gustaba la naturaleza, las mariposas y caminar. Además, tenía una bondad que la reflejaba en sus seres queridos.
“Ahora vivimos en otro barrio porque mi esposa quedó muy alterada y nerviosa. A cada rato veíamos que pasaban carros y se paraban frente a la casa, a veces subían los vidrios y eso nos daba mucho miedo, pero ahora que nos mudamos estamos más tranquilos”, afirmó don Genaro al medio vallecaucano.
Por su parte, el feminicida Harold Echeverry contó en el programa Conducta Delictiva que él administraba el taller donde cometió el crimen, además alcanzó a ver a Michelle varias veces cuando salía del colegio.
“Ella (Michelle) era del paisaje, una persona normal como la persona de la tienda, la vecina... pero nunca me llamó la atención, ni le pregunté el nombre. Nunca me metí a su círculo personal o familiar, simplemente le hacía el saludo”, agregó.
Echeverry aseguró que ese 7 de diciembre había trabajado, pero que se quedó en el taller porque estaba “cansado”.
“Yo me había tomado unas cervezas y me automediqué con una pastilla de fluoxetina (para la ansiedad)... yo andaba en consumo de drogas o alucinógenos. Ella me dijo ese día que necesitaba decirme algo y yo le dije que también tenía que decirle algo, eso fue todo”, dijo.