La plenaria de la Cámara de Representantes aprobó en el cuarto debate el proyecto de ley que permitirá que los congresistas puedan cambiarse de partido sin incurrir en penalidades, como la doble militancia, y que ha sido denominado entre la opinión pública como “ley de transfuguismo”.
De esta manera, a la iniciativa le quedan otros cuatro debates para convertirse en ley de la República, los cuales se programarán para 2025, en la próxima legislatura.
En caso de ser aprobada, esta norma permitirá que, una vez cada cuatro años, un congresista pueda cambiarse de partido político sin consecuencias legales, siempre y cuando renuncie a su anterior colectividad un mes antes. En la actual legislación, esa renuncia debe hacerse un año antes.
La idea ha avanzado en medio de múltiples cuestionamientos, pues hay quienes creen que podría fomentar la corrupción y las fracturas internas en los partidos.
“Nos quedan cuatro debates más, una vuelta más, y de seguro tendremos posibilidad de discutir y de avanzar”, señaló Carlos Ardila, representante a la Cámara por el partido Liberal y ponente del proyecto.
En lo discutido hasta ahora, recordó Ardila, se eliminó el artículo sobre el voto obligatorio para las próximas dos elecciones.
Uno de los opositores a esta propuesta es Jorge Eliécer Tamayo, representante a la Cámara por el partido de la U. “Es cambiarse de partido como cambiarse de camiseta, no hay responsabilidad política, no hay identidad ideológica ni programática con los partidos. Hay que dignificar la política y el qué hacer de los legisladores, para que la gente vote consciente, de lo contrario será una defraudación al elector”, opinó.
Gustavo Bolívar, director del Departamento de Prosperidad Social, expresó este martes en su cuenta de X: “La Reforma Política hundida ayer por el Senado, acababa de tajo con las corrupción en las campañas. Preveía financiación estatal 100%, listas cerradas y cremallera. Lo único malo de la Reforma era el transfuguismo. Que una Persona cambie de partido como cambiar de calzones. Adivinen qué es lo único que sobrevive. Sí, el transfuguismo. El Nido de Ratas no lo cambia nadie”.
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